Debatir qué estuvo mal, cómo y por qué.
Reservar el debate para el ámbito interno, pues toda competencia de acusaciones e invectivas desacredita.
Reafirmar el socialismo como base ideológica, guía y meta de las organizaciones políticas.
Seleccionar escrupulosamente funcionarios y candidatos por trayectoria, ejecutoria y convocatoria y no por parentescos o acuerdos de cúpulas.
Articular escuelas de formación política e ideológica de cuadros.
Sanear las estructuras de corruptos que destruyen cuanto tocan.
Investigar exhaustivamente aumentos inusitados de fortunas y de signos externos de riqueza tanto en el sector público como en el privado.
Combatir la guerra económica, en la cual hasta ahora ha peleado sólo el bando agresor.
Mantener en sus cargos y no relevar de inmediato a los funcionarios que ejerzan en forma activa y efectiva el control de precios, de acaparamientos y de desabastecimiento.
Asumir el control estatal de la importación y distribución de alimentos y bienes básicos.
Asumir el control estatal de la banca.
Dejar de premiar con dólares a tasa preferencial a un empresariado que no los emplea en las finalidades previstas sino en la destrucción del país.
Clarificar que votar por un revocatorio también revocará todas las conquistas económicas, sociales, culturales y asistenciales logradas en quince años.
Solicitar del Tribunal Supremo de Justicia la nulidad de las leyes que atenten contra el principio de irreversibilidad de las conquistas sociales acogido en la Constitución.
Vetar por acto presidencial las leyes que nieguen o destruyan derechos económicos, sociales, políticos o culturales.
Proponer una reforma tributaria que aplique el principio de progresividad a los grandes contribuyentes, y denunciar como cómplices de éstos a los parlamentarios que se opongan.
Establecer un precio del combustible que resarza por lo menos su costo de producción.
Apoyar activamente a los movimientos sociales que luchen contra el paramilitarismo, la corrupción, el bachaqueo y el contrabando de extracción.
Informar que se vive una crisis económica planetaria, con escasez de alimentos global, en la cual el precio de los hidrocarburos ha bajado más de la mitad y el gobierno ha disminuido su ingreso en la misma medida.
Divulgar los incomparables logros económicos, sociales, culturales, educativos y políticos del bolivarianismo y su cumplimiento de las Metas del Milenio.
Rememorar los miserables indicadores económicos, sociales y culturales del siglo pasado y de los países que caen bajo gobiernos neoliberales.
Examinar minuciosamente el origen, antecedentes, trayectoria y actividades de los posibles titulares de beneficios sociales.
Recordar que quien sube precios, acapara y esconde mercancías es el empresariado actor de la Guerra Económica y no el gobierno.
Revelar que están sometidos a juicio más de dos mil funcionarios por corrupción.
Rememorar que el bolivarianismo restauró las prestaciones sociales para los trabajadores y que si no luchan por ellas el neoliberalismo se las volverá a quitar.
Reestructurar el sistema de medios públicos para desterrar sus prácticas meramente reactivas y convertirlo en generador de matrices de opinión y de agendas de debate.
Instalar plataformas 2.0 y 3.0 y encargar a expertos su manejo y contenidos.
Dejar de remedar formatos, interrupciones, inserciones, cintillos, acoso al usuario, chabacanerías y vulgaridades de los medios capitalistas en los socialistas.
Sustituir eventología efímera por acciones de gobierno perdurables.
Erradicar el paramilitarismo y su concomitante, la parapolítica.
Mantener el riguroso control de fronteras para inhabilitar paramilitares, bachaqueros y contrabandistas.
Rotar con regularidad y frecuencia efectivos y mandos del control de fronteras.
Impedir que se autodesigne representante del gobierno ante las FANB y vicecersa quien propuso la privatización de PDVSA, el derrocamiento del gobierno bolivariano mediante el artículo 350 de la Constitución y el enjuiciamiento de Chávez por la Corte Penal de La Haya.
Investigar a las ONGS e inhabilitar a las financiadas por la potencia hostil que declaró a Venezuela amenaza extraordinaria para su seguridad.
Descartar asesores extranjeros que nunca han ganado el poder en sus países y pueden contribuir a que en el nuestro lo perdamos.
Abandonar toda esperanza de pacto, conciliación o contubernio con una derecha que lleva 16 años tratando de asesinar al bolivarianismo.
Actuar en lugar de decir que se actuará.