Reformismo vs Capitalismo Salvaje

Hace bastante tiempo Juan Nuño (profesor de filosofía de la UCV y articulista del El Nacional) respondiendo a un artículo donde fue aludido por Emeterio Gómez (profesor de economía en la UCV y articulista de El Universal), que hablaba sobre la ética del capitalismo, le hizo ver al economista que el capitalismo no tenía ética, que todo capitalismo es "salvaje", es decir, carente de acciones humanamente racionales, de propuestas políticas, de teoría política. Creo que de ahí viene la expresión "capitalismo salvaje", la misma que se usa ahora pero para diferenciar a un capitalismo salvaje de otro que es "bueno". Es decir, la expresión nació de una discusión sobre la eticidad del capitalismo, dónde el escepticismo y las razones crudas y simples del Filósofo se impondrían, por encima de los deseos y los sofismas del profesor economista. La "metáfora" vino de una "corrección" conceptual sobre lo que puede ser o no ético, y no de una clasificación ética de las prácticas humanas dentro del capitalismo.

La práctica humana capitalista sirve a una sola lógica, la cual se impone sin resistencia a la voluntad de las personas con vocación individualista y de un egoísmo extremo (Por ejemplo, buena parte del inmenso consumo de electricidad en este país proveniente del consumo residencial, el cual es producto de una práctica social egoísta e individualista, indiferente al éxito o fracaso de la sociedad). No hay un ser que pueda actuar dentro de esa lógica que a la vez no quiera aspirar a ser exclusivo, distinguido, destacarse en la vanidad.

Accionando dentro de esa lógica, en el ámbito de los empresarios no existe un individuo que pueda dejar de explotar la fuerza de trabajo humano, de producir plusvalía, de enajenar a las cosas de su utilidad, incluyendo al trabajo humano mismo, convirtiendo todo en mercancías. Y en sentido positivo, no existe un empresario que piense primero en la sociedad. Mientras su práctica sea capitalista está impedido de hacer esto, el ideal capitalista son las maquilas mexicanas. Un empresario capitalista que se respete, mucho menos va a dejar que el Estado controle sus decisiones, sus proyectos personales y mucho menos sus ganancias.

El origen del capital (la acumulación originaria del capital) está signado por contravalores fundados en la mentira y marcado por la violencia. Su historia es la historia del despojo de la sociedad de sus medios de trabajo y de la tierra, es la historia de un solo robo. En su origen yace el oportunismo, el engaño, la manipulación, la astucia, atributos humanos que compartimos con los mejores depredadores en la naturaleza (los tigres y leones, por ejemplo), es decir, con el mundo salvaje.

Marx dedicó buena parte de su vida a una investigación para desmontar la mecánica del proceso de producción capitalista y que no dejara nada a la imaginación; demostrar que las justificaciones teóricas del capitalismo –liberales y ahora neoliberales – están montadas sobre una mentira, que no son otra cosa que justificaciones, basadas en premisas fantasmagóricas derivadas de la teología, o metafísicas.

¿Será que en el gobierno no hay marxistas? De seguro que no. No conocen el sentido de su crítica a la economía política burguesa. Bien, el sentido de esa crítica está enraizado en el mismo estilo obsesivo para descifrar lo que se esconde detrás de una mentira; detallista, reiterativo, terco en su forma fastidiosa de querer explicarlo todo hasta el mínimo detalle. Cuando nos extraviamos en su lectura, afortunadamente contamos con Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Gramsci, el Che. No se trata de un reproche cultural, es teórico y político.

El asunto es que este fenómeno de carencia teórica política, o sea, el de ver en el capitalismo las soluciones para los problemas que crea el mismo capitalismo, ya se conoce desde el pasado y se llama, uno revisionismo y otro reformismo. Es decir, cuando el Vicepresidente Istúriz declara:

"El Capitalismo salvaje destruyó la cadena distributiva de alimentos" (Por: TeleSUR | Martes, 26/04/2016 07:06 AM)", y no habla de capitalismo, sin apellidos, está revisando el sentido de la crítica marxista, para poder reformar al capitalismo desdoblándolo, en uno malo salvaje y otro bueno, que serviría para "cambiar" a la sociedad.

Desconoce el sentido original de la expresión "capitalismo salvaje" del señor Juan Nuño, la cuál describe muy bien la naturaleza salvaje del capitalismo y la ausencia de ética en sus prácticas, el calificativo "salvaje" en Isturis quiere dar a entender que hay un capitalismo bueno, que no es salvaje, el de Pérez abad y el de los camaroneros[i] , que ahora están dispuestos a traerse su cochinito con dólares, de afuera, e invertirlos en Venezuela (¿Invertirlos en Venezuela? ¡Uff!), ¿Será que en la Tierra existe este capitalismo bueno?

¿Se han preguntado por qué Pérez Abad, siendo vicepresidente de economía no confisca las empresas de Mendoza, un descarado, que declaró hace un ratico, que piensa cerrarlas todas, gradualmente, en todo el país? ¿Por qué no ordena su expropiación?… ¿Será que Abad cree, de verdad verdad que Lorenzo Mendoza necesita dólares para comprar insumos? ¿O qué su deuda es un deuda nuestra? ¿Qué debemos pagársela nosotros por una especie de derecho principesco, una especie de derecho de "pernada" a violar nuestras mujeres recién esposadas?

Personalmente, puedo vivir sin ningunas de las marcas y productos de las Empresas Polar, muy a pesar de lo que digan por ahí algunos súper pendejos. Creo que toda Venezuela puede vivir sin ellos, y muchos estamos esperando a que el gobierno gobierne, frente a los descaros del principito.

Es el espíritu del capitalismo. La lógica del capitalismo ahora domina a todos los que conspiran contra "las mejores intenciones del gobierno", y controla a "las malas intenciones" del gobierno. La lógica del capitalismo explica la ética de no tener ninguna, la que hace que Pérez Abad y sus amigos se alíen con un gobierno políticamente indefenso para pugnar con ventajas en contra de sus competidores capitalistas. Pérez Abad no es un empresario bueno, es un vivo, un oportunista más.

En socialismo se construye desde los principios, el espíritu humano se debe afirmar cada instante sobre ellos. Cuando se pierde el camino contamos con nuestros principios para rectificar el rumbo y retomarlo de nuevo. No es un instinto el que nos guía. No es una vocación de poder mezquino o la supervivencia egoísta, individualista, la salvación personal, indiferentes al destino del resto de la sociedad. Es la voluntad y un grupo de principios socialistas lo que hace posible sostener una lucha revolucionaria.

El socialismo es armonía social pero sobre la base de la justicia y la igualdad, nacida de un sentimiento de amor a la humanidad. Pero a ese sentimiento de amor hay que educarlo, de modo racional, humanamente racional, para que se transforme en conciencia de debernos a la sociedad, amor al prójimo consciente, hecho revolución, hecho política, teoría, ciencia, estudio, prácticas de vida, ética.

Por eso no se puede ir sin principios en una dirección y en otra a la vez porque nos quedamos inmóviles. No se puede alentar a las comunas y al trabajo comunal y al mismo tiempo estimular el egoísmo, al provecho privado individualista, al capitalismo y a su espíritu. Una cosa se anula con la otra en la conciencia, en la voluntad, como una sustancia alcalina se anula frente a un ácido. Quedamos inermes antes los fascistas.

No tiene sentido condenar de capitalistas, de individualistas a los que se han lucrado de los bienes públicos y al tiempo, en otra dimensión del gobierno apoyar ese mismo espíritu y esa lógica, pero de forma directa, oficial, fortaleciendo a pequeños o grandes empresarios con dólares y ventajas impositivas y legales, frente a los débiles esfuerzos comunitarios, y los conucos urbanos. O apoyando a las empresas privadas de cara al abandono de las empresas socialistas, poniéndolas en manos de los seres más vivos, ineptos e inconscientes, más contaminados del espíritu capitalista, egoístas e indiferentes, que hay en el país, dentro de tanta gente buena y honesta; a los buenos y honestos se los castigas por ser malos ejemplos para el letargo del burocratismo.

Es el reformismo. Una lucha, pero para sostener un estado de contradicción y no resolverla. No es un conflicto moral. Es sostener conscientemente un estado crónico de mala consciencia con ánimo capitalista, junto a un discurso socialista huero. El reformismo es una forma de hacer capitalismo, pero mojigato, sin querer pagar el precio social que se paga cuando se explota a los más pobres; joder sin sentirse culpable. El reformismo se sostiene en la mentira, en el engaño, en la demagogia, como en el "capitalismo salvaje". Es un estado psicológico-político de negación sostenida de la realidad, de las contradicciones sociales, de la lucha de clases que se dan en capitalismo. Es la peste emocional pequeñoburguesa. Sería bueno saber qué opina Jorge R. de esta peste emocional que ha infectado los órganos vitales del cuerpo de nuestra revolución.


 

[i] Ministerio Público acusó a dos empresarios por comercializar ilícitamente más de 100 mil reses del Estado. (Caracas, 26 de abril de 2016) El Ministerio Público acusó a los empresarios… quienes serían los responsables de obtener, distribuir y comercializar de manera irregular más de 100 mil reses de ganado, propiedad del Estado venezolano. Esta situación ocurrió de manera reiterada, desde marzo de 2015, por medio de compañías tipo maletín creadas por los dos hombres, las cuales registraban una sola dirección fiscal con sede en Caracas. (Por: Prensa Ministerio Público | Martes, 26/04/2016 11:33 AM. Crédito: Prensa Bolipuertos)



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Héctor Baiz

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