El papa Francisco y el diálogo de lo posible

La crisis por la que atraviesa la sociedad venezolana de nuestro tiempo, posee componentes coyunturales y estructurales, que requieren de una salida a corto plazo para evitar situaciones de convulsión social de pronósticos reservados, particularmente las relacionadas con el componente coyuntural, ya que lo estructural es de naturaleza global y sistemico, y por lo tanto de solución a largo plazo, pero que requiere que se vayan sentando las bases para su abordaje en términos de superación, es el caso del agotamiento del modelo económico extractivista-rentista, y su sustitución por un modelo de producción social basado en la diversificación, agro productivo y del desarrollo de la pequeña y mediana empresa, así como la superación de la crisis moral con su derivación de la cultura alienante del consumismo desbordado, mediante políticas que conlleven a la concientizacion y formación del ciudadano, al rescate de lo nuestro, es decir a desarrollar una contra cultura para enfrentar las imposiciones foráneas que marcan hoy la manera de ser y consumir de buena parte de la población venezolana.

Cuando hablamos de lo coyuntural nos estamos refiriendo a factores asociados al conflicto político oposición-gobierno, expresado en el conflicto de poderes públicos, a la ineficiencia, al burocratismo y la corrupción en las instancias del Estado y sus vasos comunicantes con sectores privados.

De lo dicho anteriormente tomaremos una arista que nos parece fundamental a los fines de la distensión de la conflictividad social estimulada por el componente político entre el chavismo y la MUD, y el componente económico expresado en la escasez de productos alimentarios básicos de primera necesidad, y farmacéuticos, y en la indetenible inflación, así como la inseguridad desbordada, creemos que a través del diálogo sincero, constructivo y con voluntad política oposición/Gobierno se puede conseguir un clima de distensión mientras se avanza en la superación de la crisis estructural, una frase que repetidamente ha hecho el Gobernador de Lara "O dialogamos, o nos matamos" consideró que tiene vigencia hoy. Iniciativas de esta idea han venido presentando diversos factores como lo son por ejemplo la Unasur, los ex presidentes invitados Leonel Hernandez, Zapatero y Torrijos, también el Vaticano, una encuesta reciente señala que el 88% de los venezolanos les agrada la idea de la intermediación del Jesuita argentino Jorge Mario Bergoglio hoy el Papa de la Iglesia Católica.

En el supuesto caso de que este diálogo se haga posible a nuestra manera de ver se lograrían dos objetivos, el primero de ellos procurar un ambiente de paz para la tranquilidad del pueblo venezolano y en segundo lugar para dejar en evidencia los sectores extremistas tanto de la oposición como del chavismo que juegan al caos, para como dice un dicho popular, "pescar en río revuelto", establecer el diálogo para el logro de objetivos concretos no es un asunto ideológico, no es confrontación de modelos económicos o políticos, es asunto pragmático y si se quiere humanitario, es pensando en el pueblo opositor o chavista, que en fin de cuenta es el mismo pueblo, cuyas condiciones materiales de vida se han deteriorado severamente en los últimos tres años, independientemente de las causas que han determinado dicho deterioro, ya sabemos que poseen un componente externo, ergo la guerra económica y endogena, ergo la corrupción, la improvisación y la escasa propensión para aceptar la crítica, asumiendo que todo aquel que haga uso de esta facultad humana es tildado de traidor a la patria.



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Mariano Crespo Colina

Universitario, socialista, bolivariano y humanista, partidario de la no concesión a la derecha golpista.

 mcrespo48@yahoo.es      @dialogoambiente

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