Traidores golpistas y la revolución con Maduro

Qué nadie se haga el pendejo. No fueron pocos los que dentro de las filas del chavismo vieron con malos ojos la postulación de Nicolás Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, hecha por el Comandante Hugo Chávez en diciembre del dos mil doce, en caso de algún hecho sobrevenido, como, efectivamente, lo fue, la muerte del líder de la revolución bolivariana y socialista del siglo XXI.
Muchos de los que se creían herederos, no del legado del Comandante Hugo Chávez, sino del poder, han mostrado su verdadera naturaleza en la medida en que las oposiciones transnacionales y criollas han avanzado en su tarea de liquidar el chavismo, lo que necesariamente pasa por "La Salida" de Nicolás Maduro. Unos, porque desprecian la condición de chofer de autobús de Nicolás Maduro, lo que los hace suponer tácitamente que el Presidente es bruto, más que ignorante. Otros, porque militando en el chavismo, siempre han manoseado la idea de la tradicional convivencia entre caimanes del mismo caño, con la vieja guardia cuartorrepublicana, porque, además, en sus fueros internos jamás han creído en el socialismo y, cuando mucho, llegan a aceptar el carácter reivindicacionista del chavismo, desde Chávez hasta Maduro, lo que explica el porqué fueron defensores aguerridos de preservar el viejo modelo educativo, en la primaria, básica y educación universitaria, amén de tantos acuerdos con los parásitos que se atornillaron eternamente, como rectores monárquicos de las universidades emblemáticas nucleadas en la llamada AVERU.
El caso es que desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia de la República, él ha tenido que lidiar: tanto con la derecha fascista y golpista que fuerza por restaurar la IV República de los ladrones y chulos pseudoempresarios nucleados e Fedecámaras-Venamcham y sus bufones políticos; como con las conspiraciones en el seno del chavismo, las que disfrazadas de crítica purismo e hipercultismo, han servido a los más bastardos intereses golpistas del gobierno estadounidense, a fin de cuentas, el más interesado en liquidar el chavismo en todas sus manifestaciones, para seguir domeñando a nuestra región latinoamericana y caribeña, que históricamente le ha proveído todas sus riquezas robadas a nuestros pueblos.
El caso es que, aún así, Nicolás Maduro se ha mantenido en el gobierno contra todo pronóstico, incluso con la base social bastante resentida contra el gobierno, porque no ha logrado abatir el desabastecimiento programado, la especulación y la inflación generalizada y, sobre todo, porque ha permitido que el Pueblo se exponga diariamente a colas de miseria, bajo sol y agua, para comprar uno que otro producto que venden los parásitos especuladores y golpistas del sector privado, lo que ha hecho que de manera clientelar -no con postura revolucionaria, ni como socialista, porque la inmensa mayoría no sabe qué es el socialismo bolivariano y chavista del siglo XXI- ahora asuma una actitud descreída y resentida contra Nicolás Maduro, a quien, además, le recriminan haber permitido que el sector privado y la oligarquía criolla impusieran su boicot económico, con total impunidad.
Con este panorama, fácil de revertir en favor del Pueblo y de la revolución bolivariana, socialista y chavista, ahora los sectores más recalcitrantes, ayudados por los traidores y por los corruptos que siempre se refugian y son protegidos del gobierno estadounidense, están todos ellos apelando a inéditas e inusitadas formas de lucha, para dejar sin aliento político al gobierno que preside Nicolás Maduro y apurar una nueva etapa u oleada golpista, que va, con la combinación de formas de lucha, entre las que cuentan: juicio político contra el Presidente Nicolás Maduro desde la Asamblea Nacional, destitución ilegal e inconstitucional de Nicolás Maduro, desconocimiento y desautorización de los demás poderes públicos, sobre todo, del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE), promoción de insubordinaciones de particulares en los cuarteles, desmoralización y labor de sapa en el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y, así, hasta lograr crear la sensación de caos, mediáticamente, que justifique la incursión armada y sangrienta que anhela Barack Husseín Obama, antes de entregar su mandato imperial.
Por otra parte, hay quienes desde las filas de la revolución, esperan como los violinistas del Titanic, con una falsa lealtad, a que el barco de la revolución se hunda y, hay quienes, todavía, no se han dado cuenta de que lo urgente es abatir la guerra económica en todas sus manifestaciones.
Ahora bien, atacar el principal enemigo de la revolución, implica hacer la revolución y para ello, más que la disposición y las acciones acertadas y desacertadas del gobierno, se requiere de ese chavismo que cantando consignas y marchando, vaya al mismo tiempo, en masa, colectívamente, sin culillo y sin pedir permiso, enfrentando, al mayor y al detal, en los caseríos, barriadas, centros comerciales, supermercados y comercios, tanto a los especuladores, como a quienes desabastecen, acaparan, bachaquean, ralentizan y simplifican la producción. También, requerimos que cada uno de nosotros y entre todos, produzcamos lo que sea, pero que produzcamos. Y dejemos que los traidores ladren.



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Luis Alexander Pino Araque


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