Termidor en PDVSA

A fines de junio, el emperador con "pies de barro" se manifestaba contra la Soberana e Independiente República Bolivariana de Venezuela de manera abierta y desafiante, solicitando la liberación de sus agentes conspiradores, detenidos por sus 43 crímenes cometidos en la patria de Bolívar y Chávez, además de exigirnos como si de una colonia se tratara, que: "El proceso democrático debe ser respetado, y eso incluye los esfuerzos legítimos para realizar un referendo revocatorio, de acuerdo con la ley venezolana", obviaba Obama, que en la Venezuela Bolivariana, la Soberanía reside intransferiblemente en el Pueblo y será éste, quien decida si ese Derecho Democrática, lo ejerce o no, un sector político de la sociedad. La respuesta de nuestra Cancillería, ante la insolencia imperial, no se hizo esperar, rechazando su grosero injerencismo en los asuntos internos de un país libre y soberano, destacando en el texto del Comunicado de fecha 30 de junio 2016, un aparte que bien merece recordemos: "Venezuela denuncia ante la comunidad internacional que la política nacional ha sido infiltrada por agentes al servicio de centros de poder en los EEUU, educados, formados y equipados para la desestabilización política, económica y social de Venezuela, afectando el derecho a la paz y al desarrollo del pueblo venezolano. Dichos agentes han cometido crímenes de toda naturaleza alentados para derrocar el gobierno legítimo y constitucional de Venezuela y perturbar la paz de la nación". El lector desprevenido, seguramente, encontrará como fuera de contexto lo allí expresado por nuestra Cancillería, pero lo que sí queda bien claro en el mensaje es, que en nuestra República Soberana e Independiente viene actuando una quinta columna que ha vendido su alma y cuerpo a los intereses imperialistas antinacionales, con rasgos derechistas -fascistas (MUD) e izquierdista con careta de supuesto "chavismo", incluso, añadiríamos, con inserción funcional en el Alto Gobierno, decidiendo políticas y actuaciones contrarias no solo a nuestra Constitución, el Plan Ley de la Patria, sino a los Principios que dieron origen a la Revolución Bolivariana, liderada por nuestro Comandante Hugo Chávez y que hoy, lleva sobre sus hombros el camarada Presidente Nicolás Maduro.

Por estos días, somos testigos de altos funcionarios supuestos "revolucionarios", promoviendo y ejecutando políticas de marcado corte neoliberal como son los tarifazos al mejor estilo FMI-Macri, como el caso de CANTV-Movilnet que motivó la reacción del Ejecutivo Nacional en rechazo al paquetazo propuesto por Jacqueline Farías y su banda de la MUD, que le acompaña en los altos cargos gerenciales de nuestra principal industria de telecomunicaciones. Esperamos y aspiramos de la clase trabajadora de las telecomunicaciones, respuestas contundentes en resguardo de esa industria propiedad de todas y todos los venezolanos. No terminábamos de pasar ese trago amargo, cuando se está haciendo pública la intervención del Presidente de PDVSA, Eulogio del Pino, ante la Cámara Petrolera de Venezuela, organización empresarial que reúne a sectores de la burguesía nacional dedicados al sector hidrocarburos. No pudo ser más elocuente, en lo que es su visión del negocio petrolero nacional: "Debemos ir a un nuevo modelo con mayoría del sector privado y eso pasa por un reconocimiento de errores: creo que lo que se hizo en el lago de Maracaibo tuvo muchos errores, debemos reconocerlo y hemos ido a un esquema en el cual a todos aquellos empresarios, que aún quieran continuar, vamos a devolverle sus actividades". Eulogio del Pino, propone la vuelta a la llamada "Apertura Petrolera". Leyendo a del Pino, es como si recordáramos la vieja PDVSA, a ese meritócrata que durante un tiempo fuera su presidente: "La privatización de Petróleos de Venezuela no puede ser vista como un tabú…el Estado venezolano tiene un excesivo control sobre el negocio petrolero…El rol del Estado debe ser suministrador de materia prima y de creador de infraestructura…pero no debe ser actor, porque lejos de multiplicar el valor del negocio, lo va a reducir" (Luis Giusti, presidente de PDVSA, El Nacional, 09 de julio de 1997). Esa era, la visión reinante en la cuarta república hasta que llegara nuestro Comandante Hugo Chávez, quien paralizó ese proceso de transferencia de activos nacionales al sector privado nacional y transnacional, importantes actividades de nuestra industria petrolera que habían estado reservadas al Estado venezolano desde la llamada "nacionalización" chucuta de los tiempos de Carlos Andrés Pérez. Esa política de reversión petrolera, fue duramente atacada por nuestro Comandante Chávez, tal como lo expresó en su discurso ante el país para presentarles el Plan Estratégico de PDVSA, el 18 de agosto de 2005: "Estamos revirtiendo definitivamente la Apertura Petrolera. Esta era nefasta para el interés nacional, lesiva del interés de Venezuela, violatoria de la Constitución del 61 y de la Ley anterior, la Ley de Minas e Hidrocarburos. Cuando firmaron la Apertura Petrolera violaron la Constitución flagrantemente y el Congreso de entonces también aprobó la violación de la Constitución, los pocos que levantamos nuestra voz desde las calles o desde algunas instituciones fuimos acallados por la avalancha mediática…" No por casualidad, Hugo Chávez, fue del criterio que sin el manejo íntegro de nuestra industria petrolera sería imposible hablar de Soberanía e Independencia Nacional. Así lo expresó en su discurso de celebración de su política de Plena Soberanía Petrolera y día de la Nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco ante las trabajadoras y trabajadores petroleros, expresándoles con suma claridad, que: "No puede haber un proyecto socialista si nuestro país no tiene el control y el dominio de sus riquezas, recursos naturales y su economía…"

En su discurso, Eulogio del Pino confiesa que: "En la faja del Orinoco, tenemos firmados acuerdos con 20 empresas mixtas con una modalidad que rige esta nueva estrategia que estamos llevando adelante porque son compañías en la cual la parte privada tiene 80% y PDVSA 20%"; lo cual nos indica, que la propuesta privatización es ya un hecho consumado, contrario a la Constitución de nuestra República Bolivariana de Venezuela que, en su artículo 12, consagra que: "…los yacimientos de hidrocarburos, cualesquiera que sea su naturaleza, existentes en el territorio nacional, bajo el lecho del mar territorial, en la zona económica exclusiva y en la plataforma continental, pertenecen a la República, son bienes del dominio público y por lo tanto, inalienables e imprescriptibles", desarrollándose dicho mandato Constitucional en la Ley Orgánica de Hidrocarburos que en su artículo 22, ordena que las actividades de exploración y producción de petróleo y gas, serán realizadas directamente por el Ejecutivo Nacional o por empresas de su exclusiva propiedad o por "empresas donde tenga el control de sus decisiones, por mantener una participación mayor del 50% del capital social". Sin duda, esa declaratoria del actual presidente de PDVSA, no es más que una declaratoria de fraude a la nación, pues quienes pensábamos que nuestra principal industria nacional era propiedad de todas y todos los venezolanos, hoy nos despertamos con una realidad contraria a los principios y normas que caracterizaron la vida política de nuestro Comandante Chávez, siendo uno de los ejes fundamentales que caracterizaron su actuación política en vida: la defensa del patrimonio y las riquezas naturales, propiedad de todo el pueblo venezolano.

Esa actuación del actual presidente de PDVSA, Eulogio del Pino, debemos rechazarla y activarnos contra ese golpe petrolero ocasionado desde lo interno de nuestra Revolución y su Gobierno. Debemos activarnos en 13 de abril, trabajadores y trabajadoras de la patria en función de recuperar lo cedido al capital nacional y transnacional por la actual Junta directiva de PDVSA, nunca antes directiva alguna de nuestra principal industria fue capaz de ceder tanto en la entrega de nuestra riqueza petrolera. El llamado tiene que ser, al propio Presidente Nicolás Maduro, quien debe explicarnos a los venezolanos y venezolanas sobre esa nueva política petrolera, antinacional y entreguista de las riquezas del pueblo venezolano. Inaudito, que en febrero pasado, Usted Presidente Maduro le denominara a la Faja Petrolífera como "Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez Frías", con lo cual ese pedazo de nuestro territorio patrio se enarbolaba como una bandera de dignidad nacional, consustanciado de las ideas de Independencia y Soberanía que siempre enarboló nuestro Comandante Infinito, y desde lo interno de nuestra PDVSA se le entierre un cuchillo de traición a esa ideas con las que nos consustanciamos quienes le compartimos en vida y, con orgullo le seguimos y compartimos sus ideas y propósitos de reivindicarnos como pueblo libre y soberano. Señaló en esa oportunidad el Presidente Maduro: "He decidido nombrar hoy y para siempre de la historia la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez", justificando esa decisión presidencial, en la decisiva y obstinada actuación de nuestro Comandante Chávez en procura de la nacionalización de nuestra riqueza petrolera.

Debemos rechazar, esa política privatizadora de la actual Junta Directiva de nuestra PDVSA, pues la misma coloca en riesgo los objetivos estratégicos trazados por nuestro Comandante Chávez en procura de la mayor suma de felicidad posible para nuestro pueblo, pues como siempre nos alertó: "La lógica del capitalismo es la máxima ganancia y listo, lo demás no me importa, eso es un valor clavado hasta la médula del capitalista. No ve a los demás, no los percibe, no los siente, destroza a los valores humanos, hace inviable a las sociedades…" De allí, que nuestro Comandante Infinito establecía como premisa fundamental del ingreso petrolero: "Lo social, cada bolívar que podamos ahorrar en PDVSA de unos presupuestos generalmente inflados, de un nivel de costos y gastos exagerados, cada bolívar que ahí se recorte para ahorrarlo debemos dirigirlo a la salud, debemos dirigirlo a la educación, debemos dirigirlo a las viviendas, debemos dirigirlo a los créditos, a la pequeña y mediana industria, a la microempresa, y el impacto va a ser fuerte" (Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional, año 2004).

Al privatizar el proceso productivo de nuestra industria petrolera, el ministro Eulogio del Pino, coloca en riesgo la continuidad de la gran obra social de la Revolución Bolivariana en salud, educación, viviendas, cultura, el programa de Petrorinoco que garantiza el pago de las prestaciones sociales y pasivos laborales de las trabajadoras y los trabajadores universitarios, en fin, coloca el punto final a la Revolución Bolivariana, sin que nos hayamos avocado a las labores de resistencia contra el Termidor enquistado en PDVSA. ¡Hora de despertar!

Postcriptum: El término "Termidor" hace referencia a aquel período de la revolución francesa signado por la contrarrevolución en el poder, el derrocamiento de los jacobinos revolucionarios a manos de un ala reaccionaria de la burguesía.



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Henry Escalante


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