Binóculo Nº 224

Tarek William, la OLP viola los derechos humanos. ¿No lo sabías?

He dicho un millón de veces y lo diré dos millones más que la inseguridad es un problema estructural. Jamás se resolverá mientras exista un Poder Judicial que es un antro del delito, un sistema penitenciario lleno de funcionarios mal pagados susceptibles de corrupción, y un sistema policial profundamente corrompido. Esos tres elementos deben corregirse al mismo tiempo, porque uno sin el otro no sirven. Mucho menos en una sociedad donde la corrupción pareciera ser el punto de partida de todo, la génesis de la vida.

Y antes, necesariamente debemos comenzar por la escuela y la familia. Porque si hubiéramos comenzado por allí, con toda seguridad que nos hubiéramos ahorrado todos esos problemas. Pero si tenemos una escuela donde una profesora de cuarto año de bachillerato tiene sexo con dos alumnos y se hace filmar por un tercero, entenderíamos que la descomposición moral llega a niveles realmente preocupantes. O policías y guardias nacionales, u oficiales del ejército que secuestran personas para cobrar rescate, entenderíamos de qué tamaño es la tragedia.

Por ello desde que comenzó esa cosa amorfa y sin objetivo, conocido como Operación para la Liberación del Pueblo, mejor definida como OLP, a hacer piruetas y locuras irracionales, concluí casi de inmediato que eso no solo no iba para ningún lado, sino que se volvería contra el pueblo, porque incapaces de encontrar a los malandros, la policía le entrarían a la gente con métodos similares a los de la Cuarta República. Y una más. Demostró ser totalmente antifuncional. No es posible activar 900 tipos para matar un malandro y quitarle un chopo. Tiene alguien idea de cuánto cuesta eso, además de con una eficiencia casi cero. Me causó mucha risa ver a un gobernador anunciar que una OLP había comenzado a las tres de la mañana, movilizaron 700 hombres y hasta un helicóptero para matar un malandro, recuperar un chopo, un machete y dos cortaúñas. "Coño, se están burlando de mi", me dije. Las redes sociales están llenas de fotos de malandros con fusiles de alta potencia, pistolas, granadas, hasta lanzamorteros y me dice este gobernador, además hasta con bombos y platillos, que mataron un malandro y le quitaron un chopo. ¡Por favor! No me orinen la cara.

Y por si no fuera suficiente esa ineficiencia, venía escuchando de la violación de los derechos humanos, no de los malandros que en verdad a estas alturas me importan un carajo, pero sí de la gente sana, común y corriente. Unos camaradas de Anzoátegui me contaron que en un barrio donde hubo una OLP, la barbarie fue peor que la ejercida por el ejército con la gente de Bandera Roja, cuando asesinaron a 25 jóvenes guerrilleros que fueron sorprendidos en un encuentro político nacional en Cantaura. Por cierto, Gabriel Puerta Aponte no ha respondido sobre eso. También camaradas de los barrios de Caracas me contaron las barbaries que se cometieron en una OLP en El Valle. Yo viví las propias en Carabobo y lo que se hizo en sitios como Los Guayos, Diego Ibarra, Morón y la parroquia Miguel Peña. Fueron de tal magnitud los desmanes de esos operativos en todo el país que José Vicente Rangel debió denunciarlo en varias oportunidades, hasta que por fin pararon esa barbarie, esa iniciativa reptiliana de violación a los derechos humanos, hasta que hace poco Nicolás volvió a anunciarla. "En esta nueva fase de la OLP vamos a corregir problemas y errores, debilidades que hubo en la primera fase. Hemos aprendido", dijo el 29 de mayo.

Pues hermano, debo decirte que no aprendieron un coño porque no corrigieron un carajo. Es más, pareciera que los policías regresaron con más arrechera, comportándose como animales contra gente inocente, violando no solo los derechos humanos, sino las leyes, porque hasta donde yo sé, no se pueden entrar a una casa, destrozar todo y golpear a las personas, sin una orden de allanamiento. Incluso robar lo que encuentran de valor.

"Maldita vieja, dinos dónde está o si no te vamos a matar a ti a los carajitos y le vamos a prender fuego a la casa", le dijeron unos PNB a la pobre mujer en una zona de Miranda en esa "nueva fase" de la OLP según Maduro. En esa oportunidad se llevaron a los hombres de varias casas para un sitio y los golpearon a todos. Es como un odio, como una venganza, destruyeron los enseres y hasta se robaron unos pocos reales y un celular. Lo curioso es que ellos estaban buscando a un ladrón. O sea, ladrones, pero con placa y pistola, buscando ladrones. Increíble. Ya lo hicieron en otro sitio con la misma barbarie, con la misma intensidad, sin escrúpulos y más aún, ignorantes de que Venezuela es firmante de la Carta Universal de los Derechos Humanos.

Yo siempre he dicho que no hay una cosa más fácil que agarrar a un malandro. El bocón del general-gobernador que tuvimos en Carabobo cuyo nombre no mencionó porque es una mala palabra, dijo que acabaría con la inseguridad armando a la gente del barrio y poniendo cámaras en sitios claves. Como diría El Chavo "que bruto, póngale cero".

Pero sí es cierto que las comunidades saben todo lo que ocurre en su entorno. Es el mejor servicio de inteligencia que puede haber. Y además, si los servicios de inteligencia del Estado no saben dónde están los malandros en este país, estamos jodidos, es mejor entregarnos, apagar la luz e irnos para el carajo.

Las OLP es la mayor violación a los derechos humanos que exista en la actualidad. Y a ese ritmo, el salvajismo acabará por lanzar a la gente de los helicópteros como ocurrió en la década de los 60. Insisto, a estas alturas me importa un carajo lo que hagan con los malandros porque los venezolanos estamos hastiados de ellos, y no es cierto que sean seres humanos porque un delincuente no es humano; pero policías entrando en una casa armados rompiendo todo, golpeando a la gente, amenazando a las 3 de la mañana por la arrechera de no encontrar al malandro que buscan, eso dice mucho de este proceso al que Nicolás se empeña en llamar revolución. La primera condición de un revolucionario es la consideración, el respeto y la solidaridad. El Che lo decía "el revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor". Y si lo miramos desde el punto de vista político, vayan ahora a decirles a esa señora y su familia que voten por nosotros el año que viene porque estamos en el camino correcto.

Y como todo revolucionario debe ser autocrítico, el primer denunciante de toda esa barbarie debería ser el Defensor del Pueblo, Tarek William Saab. Públicamente, con una rueda de prensa. Porque ese es un deber sagrado. Chávez hubiera sido el primer cuestionador de ese irrespeto al pueblo, y estoy seguro que Nicolás no estará de acuerdo con eso. Tampoco Padrino López.

Lo cierto es que no se corrigió un carajo, porque es un problema estructural, no van a detener la inseguridad porque manden un montón de policías a allanar casas y golpear a la gente, incluyendo niños. Por el contrario, Si se acudieran al pueblo desde un principio, no estaríamos en esto. Mucho más ahora que la delincuencia mutó. El delito hoy día no tiene nada que ver con hambre. Y a él se incorporaron policías y militares que formaron bandas, secuestraron y atracaron con las armas de reglamento.

Es decir, la inseguridad es un complicadísimo problema de Estado que no se va a resolver con OLP, y que el gobierno debe asumir con mucha seriedad. Y eso pasa por constituir un equipo multidisciplinario que comience a explicar causas y consecuencias. De lo contrario, la inseguridad no se detendrá y los malandros serán cada vez más… Y la violación de a los derechos humanos, mayor. Ahora veremos qué va a decir Tarek.

Caminito de hormigas…

María Corina está aprovechando la cayapa que se está armando contra Henry Ramos. Se está acercando a Julio Borges y propone una sola fuerza entre su partido, junto a Primero Justicia y Voluntad Popular… 700 bolos cuesta una bombonita de gas en la avenida 190 de Naguanagua. Está regulada en 150. Cuánta falta de gobierno… Tres semanas lleva un bote de aguas servidas en la ciudad hospitalaria Enrique Tejera. Tres semanas. Sin comentarios… Un millón de bolívares se debe dar para que le asigne un autobús de los rojitos que compró el gobierno. El 80% lo están comprando escuálidos y además, hay gente que tiene hasta tres, explotando a choferes a quienes les hacen pagar 35 mil diarios, repito 35 mil diarios. Lo que quede es para él…



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Rafael Rodríguez Olmos

Periodista, analista político, profesor universitario y articulista. Desde hace nueve años mantiene su programa de radio ¿Aquí no es así?, que se transmite en Valencia por Tecnológica 93.7 FM.

 rafaelolmos101@gmail.com      @aureliano2327

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