Mejor que cualquier recurso; es nuestra esperanza: La tierra

 

Hubo de ocurrir una crítica condición económica-política-social para aprender a valorar y entender que nuestro mejor recurso que poseemos le significa las millones de hectáreas que estaban en estado ocioso y en manos parasitarias. Y que hoy cada ciudadano común experimenta la sensación y satisfacción de llevar a su mesa el bocado alimenticio producto de su sudor. Comprender la innumerable utilidad existente del colectivo para en cada mínimo espacio de tierra producir la arepa de cada día, que la independencia comienza por el estómago, que si logramos la independencia alimenticia habremos de haber ganado la lucha, la batalla y la victoria será concisa. Que cualquier mineral nos podrá ayudar en lo monetario, pero que ninguno posee la magia de ver brotar una planta cuyos derivados frutos son de inmenso beneficio humano, que su recurso inagotable está supeditado a la consciencia de cada ser que sobre su faz habita, que ni el oro ni el lujo suplen a una mazorca de maíz ni a cualquier otro fruto, que ni todas las armas del mundo tienen el poder de salvar vidas como lo tiene un pedazo de tierra, que millones de pedazos produciendo en manos millones de seres (conuco) mitigarán el hambre de un pueblo y que miles de pueblos con consciencia agrícola vencerán toda el hambre del mundo.

Venezuela hoy de puertas a su realidad, quitas lagañas que hasta produjeron ceguera contra su soberanía alimenticia; hubo de conocer bien a fondo el descalabro de depender para tomar iniciativa de producción en masa agrícola como comienzo de re-culturizar su ancestro a la siembra, hubo de sentir el látigo de la canalla especulándole, escamoteándole su derecho a la arepa, hubo de sacrificarse con las interminables colas, con la estafa, con el robo y contrabando por parte de los pudientes dueños de empresas y negocios parasitarios e improductivos que aumentaron su garganta de codicia a través de ampliar la garganta de puerto desangrando las divisa de la nación; todo eso, y mucho más hubo de suceder para comprender nuestra necesidad del debido uso de La Tierra. Y hoy entre dime y diretes se ha avanzado más de lo esperado, los detractores de la producción se siente acorralados y derrotados, apelan a otras marramuncias, la desesperación se hace de su otra imprudencia política, pero su inerte cuerpo político ha de recibir los "santos oleos" están muertos en vida. Su sepelio político se realizará el 1 de septiembre, es el último paseo hacia su siempre morada fúnebre. Requiéscat in pace.

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 869 veces.



Omar Ignacio Pinto


Visite el perfil de Omar Ignacio Pinto para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Omar Ignacio Pinto

Omar Ignacio Pinto

Más artículos de este autor