¡Ojo…! y los camaleones que no firmaron…?

Confesamos que nos cuesta demasiado intentar diferenciar entre los burócratas escuálidos en cargos de muy alta confianza que hayan firmado para revocarle el mandato al Presidente Nicolás Maduro y aquellos otros que por cuidar la chamba de idéntica categoría que detentan, optaron por no firmar y se mantienen allí luciendo el disfraz de revolucionarios para seguir no sólo entrabando y hasta maquinando todo tipo de fechorías en perjuicio de los recursos del país, por lo que vale que nos hagamos esta pregunta, ¿cuál de los dos especímenes es peor?

Si duda, ambos son personajes que en absoluto nos merecen respeto alguno; sus conductas son totalmente reprochables, pero quienes se ganan la medalla de ser los más indignos y que a ojos vista sólo es posible calificarlos, sin muchas cavilaciones, de piltrafas humanas, son los segundos, los que ocultan su odio y desprecio por la Revolución Bolivariana para mantenerse en sus cargos y, lamentablemente, de esa especie de sujetos están atiborradas las instituciones del Poder Ejecutivo y aquellas otras, como Gobernaciones y Alcaldías, en manos de afectos a la Revolución..

Esa realidad no es nada nueva. Efectivamente, esos sujetos han abundado en los entes públicos en manos del chavismo y a través de ellos son miles de otros venezolanos que adversan al gobierno que no dejan de cooperar para su desestabilización, los cuales y a través de la influencia que esos sujetos tienen, se involucran de forma abierta en contrataciones de todo tipo y calibre en casi toda la administración pública, básicamente en las áreas de la construcción de obras públicas (carreteras, puentes, edificios de la Misión Vivienda, recintos penitenciarios, escuelas, etcétera, etcétera) y la distribución de bienes elaborados por empresas del Estado, como son –a título de ejemplo- los derivados del petróleo (lubricantes en general, liga de frenos, polietileno, disolventes, etcétera), en donde las componendas y el reparto de coimas mil millonarias están a la orden del día y lo lamentable es que nada sucede para evitar tantas corruptelas, de donde se hace obvio descifrar que en cada una de ellas funcionan a todo dar, como dicen los mexicanos, las complicidades con los órganos del control interno que parecieran estar sólo de adorno, si es que acaso existen, porque es importante resaltarlo, en muchos entes públicos no los hay, en flagrante desacato de lo dispuesto en la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República Bolivariana ...,en su Título II, Capítulo II, artículos 35 al 39, ambos inclusive.

El Presidente Chávez nunca dejó de advertirle a su pueblo acerca del peligro que se cierne sobre la Revolución con la infiltración de sujetos que nada tienen que ver con ella, los calificó de mil maneras y creemos que su mayor acierto lo hizo a pocos días de la celebración de las elecciones estadales y municipales del año 2008, cuando los llamó camaleones, animales esos que, como sabemos, cambian de colores según el estado del tiempo y conforme se lo imponen su organismo, los encuentros con otros animales en su lucha a muerte por el sustento, o por la preservación de la madriguera o de la vida misma.

Hemos sabido a través de muchas fuentes, tantas como las que puede tener cualquier ciudadano del común, más o menos informado, que ese tipo de sujetos no son escasos, los hay y lo reiteramos, en cantidad apreciable en todas las instancias de la burocracia oficial y que, además, es tal el descaro con que algunos cuantos actúan, que no ocultan su condición de enemigos acérrimos del proceso de cambios revolucionarios y que ante la pregunta de cómo consiguieron esas cargos de tanta relevancia y responsabilidad, contestan

de inmediato y sin inmutarse, "que gracias a sus buenos contactos con el alto gobierno…" y otros porque, sencillamente, se colocan la camisa roja, rojita, se hacen pasar por chavistas hasta la médula y así logran infiltrarse en la burocracia estatal sin ser detectados, para igualmente sabotear la gestión pública y cometer todo tipo de fechorías…

¿Será cierto que haya tanta complicidad en algunos cuadros de la revolución para apadrinar y defender a tantos zánganos e indignos personajes?

No dudamos que por allí andan las cosas, pues para nadie es un secreto que muchos, muchísimos asuntos no han marchado y ni siquiera se han hecho como han sido planificados y ordenados por la más altas instancia del Estado, tanto durante el mandato del Comandante Hugo Chávez , como ahora con el Presidente Nicolás Maduro, precisamente, por culpa de esos saboteadores, de manera que ningún revolucionario que se precie de serlo, debe bajar la guardia ni un milímetro, no solo para impedir que se reinstale el "guarimbeo" en ninguna instancia del Gobierno, sino que los enemigos que tenemos infiltrados allí, continúen haciendo de las suyas, como ya sabemos que ha sucedido en el país en más de una ocasión.

Hay que limpiar los niveles gerenciales y de decisión en todas las instancias gubernamentales. Los anuncios que hasta la fecha han hecho los camaradas Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez son muy alentadores a esos fines, pero se deben establecer algunas estrategias que no solamente garanticen que nos hemos deslastrado de los funcionarios que firmaron para salir del Presidente, sino de aquellos camaleones y quintas columnas que son tan peligrosos y quizás mucho más que los primeros para la estabilidad de la Revolución que allí están bien agazapados la inmensa mayoría, buscando la forma de que no sean descubiertos…

De manera que antes de que concluya el presente año, debemos tener la certeza de que las gerencias medias y altas del gobierno no sólo sean definitivamente afectas y dispuestas a trabajar con honestidad a toda prueba y sin descanso alguno en la construcción del socialismo, sino que quienes sean designados para ejercerlas, demuestren en el día a día su esfuerzo e incansable empeño para el logro de ese objetivo. A estos últimos y como la mejor prueba que le puedan dar a su pueblo de que jamás se desentenderán de su condición de revolucionarios y se entregaran con pasión y entrega total al cumplimiento de la misión que se les ha encargado, que periódicamente les soliciten a los órganos del control público, tanto interno, como externo, que les revisen sus cuentas y los resultados de sus trabajos de acuerdo a los planes y programas que hayan sido establecidos por el alto gobierno.

Para quienes no lo sepan, durante la Cuarta República tanto adecos como copeyanos se tenían mucho recelo y siempre fueron muy previsivos en el tema. Cuando se intercambiaban el poder, colocaban en las posiciones de decisión y de mando sólo a sus respectivos militantes y en eso se extremaban en las medidas de revisión y verificación para no equivocarse. Ambas toldas políticas disponían para ello de una instancia en sus direcciones nacionales que se la conoció como la Secretaría de Profesionales y Técnicos que tenía esa responsabilidad y que, nos consta, manejaban el tema con excesiva rigurosidad…!!!


 



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Iván Oliver Rugeles


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