Mensaje para la esperanza venezolana

El cambio a lo desconocido es y será siempre un paradigma difícil de romper, el ser humano por naturaleza y por su instinto de supervivencia en la mayoría de los casos es conservador, pero de vez en cuando aparece una generación que se atreve a dar ese paso trascendental, ese paso que hace un punto y aparte en la historia de la sociedad, este paso se convierte en el punto de partida de una nueva realidad, una nueva forma de afrontar los retos, acomodados en un sistema nuevo, una mecánica mas eficaz y una nomenclatura para manejar su destino. A partir de ese momento esa generación toma la batuta y la dirección de esa sociedad, ese grupo humano deja atrás la parálisis paradigmática y la disonancia cognoscitiva para ver al mundo desde otra perspectiva, esa generación que por antonomasia debe ser creativa, innovadora, sagaz, intuitiva, astuta y sobre todo auténtica; Esta generación afrontara los retos con una fuerza que impulsara a esa sociedad a nuevos horizontes, a lugares comunes donde todos comprendan que el bienestar de todos es la única forma de gobernar en paz y en armonía. Siento que en nuestro país estamos desarrollando esa generación, Cuando analizamos estos errores históricos, los cuales nos han enseñado y aún nos siguen enseñando cuan capaces somos de destruir lo bueno para imponer los criterios de la inconformidad social y exaltar los fracasos anteriores para adornar o exculpar los nuevos fracasos, estas experiencias de las que hablo son la semilla de una nueva generación de hombres y mujeres los cuales serán capaces de encausar las nuevas formas de ser justos, de aplicar con incorruptible honestidad los cambios que sean requeridos por nuestra sociedad, la cual hoy esta hundida en dudas y angustias sociales, deseo que esta nueva sociedad sea construida con bases morales sólidas, con equilibrio social y de justicia, la cual promueve la educación como forma de imponer la moralidad en los hombres, la dignidad de un pueblo y la organización pueblo gobierno para un mejor vivir, manteniendo el respeto a la disidencia y con las puertas abiertas a la discusión sana de los nuevos temas que de seguro enriquecerán al país político. Destruir es fácil, ejemplos tenemos por doquier, la ignorancia puede destruir la simbología y la heráldica de una nación, su idiosincrasia y hasta su condición y gentilicio, hasta esa mínima expresión como la heráldica de nuestros símbolos y escudos patrios puede ser suficiente para perder el norte de una República, nuestros símbolos son la huella indeleble de lo que nuestros héroes quisieron dejar plasmado en los anales del tiempo, cambiarlos es alterar su pensamiento y su legado, Ahora nos toca construir y reconstruir, dejar morir lo malo y dejar nacer lo bueno, es cuestión de tiempo el descubrir nuestra grandeza como patria y sobretodo como sociedad, Venezuela debe reencontrarse con su historia y comenzar ese nuevo capítulo que de seguro nos dará satisfacciones profundas en el alma y en la moral de nuestro pueblo; Caminemos con la frente en alto a defender el orgullo de ser Venezolanos, con el afán de desterrar toda injerencia extranjera y devolver al venezolano las ganas de trabajar no solo por lo individual, si no que también sea por el país, por esa nación hermosa que nos dejó Miranda, Bolívar , Páez, Sucre, Anzoátegui y tantos héroes que no alcanzaría esta edición para nombrarlos; La razón de mi reflección es por el bienestar de mi gente, de mi país y sobre todo por el futuro de nuestros hijos y las ingentes generaciones de Venezolanos que aspiraran a una mejor y próspera República, en la cual vivir y desarrollarse en libertad, como ciudadanos de bien..



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Rodolfo J. Gil

Abogado. Presidente de la Fundación Agua Para Todos

 rodolfogilg@gmail.com      @aguaparatodos1

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