Culminó la Cumbre de Margarita. Se inició una nueva era para la Diplomacia de Paz. 120 países, 60 miembros observadores, una Declaración con 907 párrafos, variedad de temas, que incluyeron desde el combate eficaz a las raíces del terrorismo –de Estado, financiero, mediático, ecológico- los embates del cambio climático; la necesidad de defender la soberanía alimentaria; la preservación de los territorios y los recursos naturales; la alerta ante peligrosas mega-alianzas que conspiran contra el agro; los controles para frenar la destructividad de una ciencia que no esta al servicio de la humanidad y el ambiente; la necesidad de profundizar procesos constituyentes ante la devaluación de la participación política.
Por los contenidos expresados en una semana de deliberaciones, por el grado de convocatoria y la emulación de los nuevos caminos para enfrentar los graves problemas que aquejan a la humanidad tenemos un largo camino por transitar con esta XVII Cumbre de Países No-alineados. Nace un espacio común –abiertamente sin el tutelaje externo de ninguna de las potencias actuales- que se ha gestado, durante décadas, una nueva alianza internacional que ha dado por superados las dualidades, maniobras retorico-mediáticas y manipulaciones de un equilibrio precario y forzado del llamado "multilateralismo". Venezuela ha dado el ejemplo al mundo por ser el primer país que modifica y reconfigura el PIB y lo convierte en los hechos en PIBS –Producto Interno Bruto Social- donde el 71% de la orientación del ingreso se aplica a lo social, que dicho sea de paso es hoy, un dato sistémico para toda gestión gubernamental. No obstante la seudo-inteligencia mediática, la oposición venezolana y latinoamericana así como la UE hablan del fantasma del populismo, desdeñando lo que materialmente se hace por preservar los bienes inalienables de la humanidad, frente al voraz capitalismo salvaje.
Ha nacido una nueva organización o alianza mundial, un mundo posible prefigurado por Hugo Chávez y continuado por Nicolás Maduro. Este nuevo mundo, debate, dialoga, critica, se autocritica pero no tiene miedo a discutir sobre la distribución desigual de la riqueza en el mundo; discute con críticas severas las manipulaciones del capital financiero para someter a naciones enteras bajo el disfraz de "plan rescate". La guerra económica de "depauperación planificada" que hace tiempo que incluyó a los países de Europa Occidental –Grecia, Portugal, España, Italia e Irlanda- fue claramente focalizada por el Presidente Maduro y los participantes quienes reconocieron, maniobras de injerencia, manipulación y guerra no-convencional en fin, presiones de las potencias establecidas hoy, pero no con una permanente durabilidad.