Pedagogía petrolera

1944 -1950 y La Política Petrolera (II)

II.

Una investigación científica idónea, basada en hechos históricos, políticos, sociales y culturales de la Venezuela que "ardía" en los días que precedieron al Golpe de Estado que derrocó al Presidente Medina Angarita, es la gran deuda de los investigadores sociales del país para con los venezolanos. Como la historia la escriben los vencedores, las verdaderas causas de ese cambio de rumbo no están del todo esclarecidas. No es que el gobierno de Medina fuese un dechado de pulcritud, más, a tan sólo unos meses de realizarse un cambio de mandatorio en Miraflores, en medio de un auge económico y de un futuro prometedor, el Presidente Medina Angarita fue depuesto por vía de un Golpe de Estado propiciado por Rómulo Betancourt, su partido Acción Democrática y un grupo ambicioso de oficiales del ejército, de las nuevas promociones, formados en el exterior. Cómo sucedió esto y la parte que en ello debe atribuirse al petróleo puede comprenderse mejor examinando el crecimiento de la oposición y los acontecimientos que condujeron al golpe.

Los orígenes del partido Acción Democrática pueden remontarse a los oponentes de izquierda de López Contreras. El partido fue formalmente organizado a finales de la década 1930-1940, y su candidato presidencial, Rómulo Gallegos, fue derrotado por Medina en 1940.

Acción Democrática representaba una reacción contra el tradicional control político-social ejercido por la casta militar y los terratenientes. Su oposición al gobierno cristalizó en torno a tres quejas principales: miope política petrolera, estrictos controles liberales y resistencia a la reforma político-social. Acción Democrática dirigió la creciente oposición tanto contra López Contreras como contra Medina.

El partido centró su ataque sobre el petróleo, eje de la economía. Acusó de que las compañías estaban defraudando al país y de que el gobierno hacía poco para impedirlo, y exigió una política petrolera más responsable. En 1938 y 1939 el dirigente de Acción Democrática, Rómulo Betancourt lanzó campañas en su diario "Ahora" para interrumpir la expropiación de las tierras para uso de las compañías, para establecer una refinería nacional y conseguir el monopolio de las ventas en el país, para que la nación se dedicase al negocio petrolero mediante la fundación de una compañía del gobierno, para conseguir más de la industria mediante la imposición sobre los beneficios y un impuesto del 50 por ciento sobre las exportaciones de petróleo la colección de estos artículos de periódico en contra de la política de Medina, está recogida en el libro de Rómulo Betancourt "Problemas Venezolanos", Santiago, 1950.

La reforma de Medina de 1943 fue condenada como inadecuada. El diputado Juan Pablo Pérez Alfonzo dirigió en el Congreso la oposición de Acción Democrática a la ley, siendo la principal objeción que la ley cancelaba las enormes deudas contraídas por las compañías con la nación, que podían ser cobradas mediante acción judicial.

Pérez Alfonso manifestó en sus alocuciones en el Congreso Nacional –era diputado- que las cláusulas de imposición de la ley de 1943, proyectadas para dar a la nación una participación en la industria igual a los beneficios netos de las compañías, se basaban en cálculos falsos. El partido objetaba que se tomase como base para fijar los pagos el período de 1937-1939 de bajos precios de mercado, basándose en que las compañías obtendrían cinco sextas partes de los beneficios conseguidos de cualquier incremento en las cotizaciones del petróleo crudo sobre dicho período base. La única forma de hacer efectiva la participación equitativa, sostuvieron inútilmente, era la de imponer un gravamen flexible que podría cargarse sobre los ingresos de las compañías al final de cada año. Los diputados de Acción Democrática se mostraban también escépticos acerca de los grandes cargos reclamados por las compañías por depreciación y por los salarios en dólares de los empleados extranjeros para averiguar los costos de producción sobre los que se hacían los cálculos de los impuestos. De los costos de producción de las compañías, argumentaban, debían deducirse los 6 millones de dólares de beneficios anuales que la Shell y la. Standard obtenían de las ventas en el interior de Venezuela.

Acción Democrática criticaba igualmente la manera en que Medina gastaba los ingresos petroleros, diciendo que los beneficios no llegaban al pueblo. Acusando de corrupción y de mala administración, dijo que Medina había olvidado su promesa de invertir el nuevo ingreso petrolero "en la forma realmente más útil" para la nación.

Todo eso era cierto, como también que la fuerza e influencia de las petroleras en el seno del gobierno y más allá de éste, era infinitamente superior. Y durante los gobiernos adecos y copeyanos, el robo de las compañías siguió siendo una constante, como lo han denunciado Maza Zavala, Gastón Parra, Salvador de La Plaza, Rodolfo Quintero, Francisco Mieres, Héctor Malavé Mata, Carlos Mendoza Potellá, entre muchos otros.

Pese a esa feroz oposición, que no hizo sino abonar el terreno para el Golpe de Estado, la Ley de Impuesto sobre la Renta de 1942 estuvo vigente durante los tres primeros gobiernos de Acción Democrática y Ley de Hidrocarburos de 1943 hasta el año 2001.

II. ¿Y qué pasaba de sembrar el petróleo sugerido por Adriani y Úslar diez años antes?

Acción Democrática, cuya principal fuerza procedía de los trabajadores, también se oponía a la política laboral de Medina. El gobierno de éste efectuaba un sistema de inspección más eficaz que el de sus predecesores y se cuidaba que las compañías cumpliesen las disposiciones de la ley de trabajo de 1936. Cuando apareció el desempleo como resultado de la crisis de 1942, Medina llegó a un acuerdo de participación de gastos con las compañías para establecer colonias agrícolas para los trabajadores del petróleo despedidos de la industria; uno de tales establecimientos fue erigido en la hoya de Maracaibo, cerca del campo de Mene Grande de la Shell; otro, cerca de Caripito, en el Este de Venezuela. Estos experimentos resultaron en fracaso debido a la carencia de una política social eficaz para los campesinos. Los trabajadores despedidos preferían el trabajo del petróleo a la agricultura; por eso en cuanto las compañías empezaron a expansionarse de nuevo en 1944 Y 1945, la mayor parte de los colonos volvieron a la industria.

A pesar de la suspensión de las garantías constitucionales en las zonas petrolíferas durante el período de la guerra y de la autoridad extraordinaria del presidente para impedir los conflictos laborales, Medina estaba dispuesto en principio a permitir una libertad laboral mucho mayor que la anterior administración. Los sindicatos se desarrollaron rápidamente. En Caracas se celebró en 1943 un Congreso de Trabajadores del Petróleo y se formó una Federación de Sindicatos, petroleros.

Pero, al año siguiente, los trabajadores se dieron cuenta de que Medina era tan opuesto como López Contreras a las actividades« "políticas" de los sindicatos. En marzo de 1944 disolvió la Convención Nacional del Trabajo y sus noventa y tres sindicatos afiliados que incluían doce de los catorce sindicatos locales petroleros. El gobierno justificó esto basándose en que los dirigentes laborales, se habían dedicado a discusiones y actividades "contrarias a la ley que regulaba la organización del trabajo". Medina se negó a permitir lo que calificaba como "adulteración política del movimiento sindical". Solapadamente, Acción Democrática hizo labor de zapa denunciando la infiltración de comunistas en los sindicatos, quienes en verdad eran el corazón, alma y vida de los sindicatos que dieron inicio al movimiento sindical petrolero desde años antes de la muerte de Gómez. Durante la misma Convención, viendo que la inmensa mayoría de delegados eran del partido rojo, denunciaron esto como violatorio de la ley.

Como la actividad de los comunistas estaba prohibida por la Ley desde 1936, los sindicatos rojos no volvieron a ver la luz hasta octubre de 1945. No se puede olvidar las gestas heroicas que llevaron adelante hombres del PCV como Manuel Taborda, Jesús Faría, José Quintero Pozo, Max y Pantaleón García, Isidro Valle, Salvador de La Plaza, Rodolfo Quintero, Juan Bautista Fuenmayor, Gustavo y Eduardo Machado quienes, unos con su verbo encendido y su conducción ejemplar, y los otros con su pluma lacerante, mantuvieron viva la mecha durante muchos años, hasta que la persecución implacable de los gobiernos adecos y copeyanos los redujeron de manera significativa.

Con Medina en el poder en 1945, comenzaron a formarse de inmediato nuevos sindicatos petroleros, a lo cual no podía negarse porque era ésa una de sus principales prédicas en los campos petroleros del Zulia y del oriente del país; pero, limitándose ahora estrictamente a sus "legales" aspiraciones económicas, pidieron aumentos de sueldo y otros beneficios materiales. El 14 de noviembre de 1944, al no obtener satisfacción amenazaron con la huelga. Medina intervino rápidamente. Les concedió un aumento diario de dos bolívares y después declaró terminada la disputa. Huelga decir que este arreglo arbitrario no satisfizo a los trabajadores

Acción Democrática observó que la ley de 1943, que se ocupaba solamente de las relaciones entre gobierno y compañías, no disponía nada para mejorar las relaciones entre empresarios y trabajadores. Estas últimas no podrían mejorar jamás, sostenía el partido de los trabajadores, mientras las compañías continuaran su obstinada política de negarse a reconocer y a tratar con los sindicatos. En realidad, uno de los artífices de tal omisión era el jurista "coriano" Pedro Manuel Arcaya, dueño por mampuesto de tierras concesionarias en su estado natal y uno de los redactores de la Ley del trabajo. La parcial reforma de la ley de 1936 realizada por la administración y coordinada por éste fue denunciada como lastimosamente inadecuada.

Aunque el gobierno de Medina no era tan conservador como el de su predecesor y además de reformar la política petrolera y de haber aprobado una ley de impuesto sobre la renta, escribió una constitución más liberal, inauguró el seguro social y reformó la ley agrícola, tales reformas eran demasiado suaves para la impaciencia de la oposición. Acción Democrática estaba deseosa de alcanzar el poder político y poner en práctica un "revolucionario" programa social. Obtuvo al menos una promesa de participar en el control del gobierno cuando el Partido Democrático Venezolano de Medina convino con Acción Democrática en un candidato común para las elecciones de 1946 a la presidencia. Por desgracia, cuando, inmediatamente antes de las elecciones, el designado, Diógenes Escalante, perdió la razón, Medina eligió arbitrariamente a uno de sus propios hombres, el Ministro de Agricultura, Ángel Biaggini, para sucederle.

Como los candidatos apoyados por el gobierno no pierden nunca las elecciones en Venezuela, Acción Democrática vio cómo se desvanecían súbitamente sus esperanzas de un éxito político. Ante esto se alió con un grupo de jóvenes oficiales militares descontentos, y el 18 de octubre de 1945 derribó por la fuerza al gobierno de Medina.



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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