Texto para un volante y el 23 de enero

Esta nota fue redactada y hecha circular el mismo día en se conoció la salida de los billetes de cien de la circulación monetaria.

"Un buen venezolano, un venezolano que incluso se quiera así mismo, debe apoyar la salida de la circulación monetaria de los billetes de 100 bolívares.

Por todos es conocido que desde la llegada del chavismo al poder, no ha pasado un solo día sin que la oposición, en bastardo contubernio con el imperialismo yanki, no haya hecho algo para sabotear la labor del gobierno, incluso para derrocarlo. Y lo ha estado haciendo, sin importarle en lo más mínimo las graves consecuencias que esas acciones subversivas, aplicadas en todos los campos de la actividad venezolana, desde lo político hasta lo económico, podrían representar para la población; sin tomar para nada en cuenta las angustias y vicisitudes que esa misma población sufre como nefasto resultado de esas políticas anti-nacionales, pues lo que se persigue con las mismas es la entrega de nuestras riquezas naturales a los consorcios norteamericanos, entre ellas, por supuesto, el petróleo.

Con esa siniestra finalidad, es decir, con la finalidad de desalojar al actual gobierno de Miraflores y entregar el país al saqueo de las transnacionales imperialistas, no hay canallada que no hayan ensayado, la han ensayado todas. Al respecto, cabría recordar las matanza de personas inocentes que, con la mayor sangre fría, organizaron y pusieron en práctica el 11 de abril del 2002, y todas las demás acciones terroristas que perpetraron con un lamentable saldo de numerosas personas fallecidas y lesionadas. La última, la patrocinada y dirigida por Leopoldo López, provocó la muerte de de 43 personas y más de 80 heridos.

En este macabro aunque corto recuento de las trágicas acciones llevadas a cabo por la oposición y por los propios empresarios, no se nos podían olvidar las realizadas con el fin de dislocar, de desequilibrar por completo la economía. Entre ellas, el paro petrolero, que le costó a la nación más de 15 mil millones de dólares. También, el acaparamiento y el contrabando de extracción, que prácticamente han dejado sin alimentos a la gente de este país, mientras los estantes de Cúcuta se encuentran repletos de Harina Pan, entre otros muchos rubros alimenticios. Asímismo, la sustitución de las cadenas de distribución de alimentos por los bachaqueros, verdaderas sanguijuelas que, sin compasión ninguna, exprimen al pobre consumidor.

Todos estas infames acciones han sido perpetradas, en una perversa confabulación contra el pueblo y gobierno venezolanos, por el imperio norteamericano, la oposición y empresarios inescrupulosos, quienes no satisfechos con el daño que hacían, decidieron también, a través de Dólar Today, atacar el bolívar y provocar una inflación como jamás la habíamos conocido". ASO

NOTA: A fin de preservar la verdad histórica, fuertemente amenazada por gente que no siente ningún respeto por la misma y que no le cuesta nada distorsionar hasta los hechos más evidentes, nos vemos en la necesidad de aclarar lo siguiente:

Es falso de toda falsedad que el derrocamiento del general Pérez Jiménez se debió a una insurrección popular, como se lo han tratado de hacer creer a las nuevas generaciones. Y no pudo deberse esa salida del gobierno del mencionado general, por la sencilla razón de que el pueblo en lo que estaba pendiente la noche del 22 de enero, era de los resultados de la serie final del beisbol que en ese momento se disputaba, como está sucediendo en estos momentos, y en la que se definiría e campeón de la temporada 57-58.

De allí, que miente quien sostenga lo de la insurrección popular, porque la única verdad verdadera fue que la deposición de Pérez Jiménez del gobierno, se debió a un golpe militar clásico, a un madrugonazo impulsado fundamentalmente por Hugo Trejo.

Y en relación con el general Pérez Jiménez, es verdad que incurrió en graves atentados contra los derechos humanos; que desató una implacable persecución contra los que intentaban derrocarlo, apelando incluso a métodos terroristas, como los que empleaban los adecos, por ejemplo. Sin embargo, no se puede negar que ha sido el presidente que más obras realizó y que convirtieron a Caracas, que a la sazón eran una ciudad eminentemente rural, en la metrópolis que es hoy. Tantas fueron la obras de importancia que realizó, que sería imposible recordarlas todas.Sin embargo, entre las que logramos recordar figuran, entre otras muchas, la autopista Caracas la Guaira, con su portentoso viaducto, que fue, para el momento, la obra de ingeniería más importante en América Latina. El Paseo de los Próceres, La Ciudad Universitaria, con sus estadios deportivos, El teleférico y el Hotel Humbolt, con su pista de patinaje sobre hielo, el Centro Simón Bolívar, los hospitales Universitarios de Caracas y Maracaibo, que fueron los últimos de su tipo que se construyeron en este país, la Siderúrgica del Orinoco, la Avenida Bolívar, el Hipódromo La Rinconada, creo que también la obra vial conocida como el Pulpo, etc.etc. etc.

Y todo esto en apenas diez años y con un precio del petróleo que en ningún momento llegó a superar los 2 dólares el barril. Al respecto, debe recordarse que era la época en que el precio de nuestros hidrocarburos lo establecían las propias compañías concesionarias. Estas empresas se llevaban el petróleo, y luego nos salían con que " lo vendimos a estos precios y por lo tanto es esto lo que les corresponde a ustedes", es decir, que eran ellas las que le ponían el precio al crudo venezolano. (zamuro cuidando carne) Y en relación con la moneda norteamericana, ésta se mantuvo a 3,35 bolívares por dólar durante su gobierno, y con una moneda de cinco bolívares de plata, que los adecos convirtieron en hojalata, pues al poco tiempo de llegado al gobierno, Betancourt devaluó la moneda. Haga, estimado lector, las comparaciones del caso para ver si se justifican las celebraciones del 23 de enero.



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Alfredo Schmilinsky Ochoa


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