El mercado cambia de dueño

El socialismo venezolano está procesando uno de los más importantes cambios del mercado hasta ayer enteramente privado. Se trata de un novísimo mercado comunal a cargo de comités ad hoc, o sea, los CLAP.

Ante la negativa de la empresa privada de ajustarse a la paridad cambiaria oficial, ante las deficiencias manifiestas del Banco Central de Venezuela para enfrentar el anarquismo desenfrenado en materia de costes, precios y oferta, se han venido conformando comités locales de administración y producción de bienes de las cestas básicas a fin de combatir y competir con los elevados y crecientes precios de mercado que cada día suben y suben.

Esas subas reiteradas para todas las mercancías o inflación ha sido medianamente compensada con fuertes ajustes salariales que están resultando muy insuficientes ante las reacciones de las empresas que a cada ajuste salarial responden con nuevas subas sin ni siquiera detenerse a pensar en las repercusiones que dichas subas tendrán sobre los salarios de sus propios trabajadores y de las correspondientes prestaciones sociales que les están creciendo exageradamente.

Los CLAP tienen como misión la elaboración de paquetes de mercancías propias de la cesta básica familiar en sus diferentes modalidades, comida, calzado, vestido, electrodomésticos y sus repuestos, alimentos para mascotas, baterías y otras mercancías habitualmente consumidas.

Estas cestas básicas traerán precios ajustados a la paridad cambiaria oficial, con los debidos subsidios y estructura de costes estándar.

Por supuesto, semejante estrategia de mercado y abastecimiento promete el reemplazo del mercado privado por un mercado comunal.

Como instrumento de máximo control de la distribución de los CLAP y sus "bolsas casa por casa", se ha instrumentado y emitirán las llamadas Tarjetas de la Patria donde cada ciudadano miembro de familia ofrecerá todos su datos y en las cuales se almacenarán una serie de datos correspondientes a documentos comprobatorios de rasgos personales civiles y militares con miras a la minimización del papeleo burocrático, pero, fundamentalmente para controlar que por cada familia llegue una bolsa periódicamente y sufrientes para cubrir las necesidades familiares promedias quincenalmente, y no una bolsa por cada miembro tal como desgraciadamente rigió con los cupos de dólares. Cualquier mimbro de la familia podrá recibir o retirar la bolsa familiar en el centro d e acopio de su preferencia en lugar y momento adecuados.

23/1/2017 6:38:59 p.m.



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Manuel C. Martínez


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