PRV – TERCER CAMINO A LA NACION VENEZOLANA
En reiteradas oportunidades, desde el PRV – Tercer Camino hemos denunciado la instauración en Venezuela, a través de un proceso de recolonización, del modelo económico neoliberal. También hemos sostenido que la industria petrolera nacional constituye el objetivo central de las fuerzas recolonizadoras.
Ello, porque Venezuela posee en el subsuelo la reserva energética mas grande del mundo. Aunado al hecho que los países industrializados dependen para su producción de la energía generada por los hidrocarburos (petróleo y gas) que ellos no poseen.
En palabras del profesor Elie Habalian, los países industrializados “ necesitan buscar la energía allí donde está... ”. Por tal razón Habalian considera que “el Plan Colombia no busca combatir la droga o la guerrilla, busca controlar los yacimientos petroleros venezolanos. Y el mayor riesgo que corremos es que Estados Unidos con todo su poderío está sencillamente interesado en el subsuelo venezolano”.
En este marco, desde el último gobierno de Rafael Caldera, se inició un grave proceso de desnacionalización de la señalada industria. LA APERTURA PETROLERA, llevada a cabo en dicho gobierno, significó la entrega a grandes empresas multinacionales de la exploración y explotación de hidrocarburos en diez (10) grandes áreas del territorio nacional.
En estas asociaciones “estratégicas”, con el capital extranjero en el negocio petrolero venezolano, se traducen en una considerable merma del aporte que la empresa estatal PDVSA debe realizar al fisco nacional, como consecuencia de la participación de las multinacionales en las ganancias de la explotación del petróleo venezolano.
Esta política petrolera antinacional pretende ser justificada, fundamentalmente desde la alta gerencia de PDVSA, en razones de orden tecnológico y en la supuesta necesidad de elevar el nivel de producción. Sin embargo, a pesar del mayor nivel de producción el aporte de la referida empresa al fisco nacional es cada dia menor. En primer lugar, porque como ya lo dijimos, gran parte de dicha producción ahora pertenece a los “socios extranjeros”, por vía de la apertura petrolera.
En segundo lugar, porque la voraz y multimillonaria burocracia de PDVSA, se ha convertido en un muro de contención que impide que las grandes mayorías puedan beneficiarse de los ingresos petroleros. Sobre este punto, también tomaremos las palabras de profesor Elie Habalian:
“ Entre los años 2000 – 2001 PDVSA facturó 50 mil millones
de dólares, de los cuales solo le correspondían al Estado Venezolano
10 Mil millones de dólares que junto a los 10 mil que recaudaba por
impuesto hacían un total de 20 mil millones de dólares que eran
utilizados para sustentar a 24 millones de venezolanos; mientras PDVSA
se quedaba con 40 mil millones de dólares para mantener una nómina
de 40 mil empleados”.
Es necesario destacar, que si bien tal política petrolera colide con la constitución de 1961 y con la ley de Nacionalización Petrolera de 1975, el gobierno de Hugo Chávez y la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, se encargaron de darle a la misma rango constitucional, no solo al establecer en el artículo 113 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que la explotación de los recursos naturales puede ser otorgada en concesión, norma ésta que según la disposición transitoria décimo octava de la carta magna, priva sobre el artículo 302 eiusdem, según el cual el Estado se reserva la actividad petrolera, sino, y lo que es peor aún, al permitir en su artículo 303 la venta de las empresas filiales de PDVSA.
Con este nuevo marco jurídico – constitucional, el proceso privatizador de la actividad petrolera tiende a profundizarse, ya no bajo la figura de “asociaciones estratégicas”, como en la apertura petrolera del gobierno calderista, sino que ahora es totalmente posible volver a la figura de las concesiones y de la venta directa de nuestra empresa petrolera.
La privatización petrolera, produce un severo efecto negativo en la rente que el Estado Venezolano percibe de tal actividad, más aún cuando la globalización y el neoliberalismo liberan absolutamente a las empresas multinacionales de las obligaciones impositivas.
Indudablemente, que la disminución de los ingresos petroleros agrava drásticamente la situación socio – económica de las inmensas mayorías populares. Los servicios de salud, educación, vivienda, justicia, electricidad, transporte, agua potable; y las necesidades de alimentación, vestido, medicina, etc., serán prácticamente insatisfechas. A esto hay que agregarle la congelación de sueldos y salarios.
Además, los grandes grupos económicos nacionales ( entre ellos la Organización Cisneros y el Grupo Polar ) que han crecido incalculablemente gracias al privilegiado disfrute que han hecho de gran parte del ingreso petrolero nacional, verán reducida tan importante actividad lucrativa.
Esta situación ha colocado a dichos grupos en la disyuntiva de tener que pelear por el efectivo y seguro control de la cada vez más exigua renta petrolera del Estado Venezolano, y es esta la razón de la grave crisis política que vive actualmente la sociedad venezolana.
Oposición y el sector hegemónico oficialista y sus respectivos grupos económicos, ambos neoliberales y recolonizadores, no pueden convivir pacíficamente como años atrás, por un motivo muy concreto: en virtud del proceso privatizador la renta petrolera no alcanza para todos, particularmente por el alto costo del servicio de la deuda.
De allí la cruenta confrontación que protagonizan las dos corrientes del neoliberalismo venezolano. Esta crisis política, a pesar de ser generada por el señalado proceso recolonizador que recorre al mundo, no tiene la característica de ser un enfrentamiento entre la globalización y la emancipación, ya que cualquiera de las dos corrientes que triunfe asumirá la política petrolera privatizadora a favor de la fuerza de la recolonización, y en general todo el modelo económico neoliberal expresado en la constitución de 1999, que consagra la privatización de la seguridad social (artículo 86), la privatización de la salud, educación, vivienda y en general de todos los servicios públicos y de la explotación de todos los recursos naturales (artículo 113), la eliminación del privilegio de los campesinos para la obtención de tierras (artículo 307); el libre mercado como principio económico (artículo 299), etc.
CARACTERÍSTICAS DE LA ACTUAL CRISIS POLÍTICA
El conflicto entre la Coordinadora Democrática y el Gobierno Nacional, presenta, de ambos lados, características muy alejadas de las grandes gestas patrióticas populares libradas por el pueblo venezolano.
Durante la resistencia indígena a la colonización europea, la guerra de independencia, la guerra federal, el 23 de enero de 1958, el carupanazo, el porteñazo, la guerrilla de los años 60, el 27 de febrero de 1989, etc., cada acción social o militar, o cívico – militar, significó un enfrentamiento directo con los factores de poder enemigos.
El pueblo indígena libró heroicas batallas contra el ejército invasor europeo. Simón Bolívar, Sucre, Miranda, Urdaneta, Piar, etc., conformaron abiertamente a la Corona Española, protagonizando durante 30 años una férrea guerra contra su ejército.
Ezequiel Zamora fue directamente a las haciendas de los latifundistas y terratenientes que acaparaban la tierra en perjuicio de los campesinos pobres. De igual manera actuaron los protagonistas de los otros episodio históricos señalados.
Hoy, por primera vez, presenciamos un movimiento “por la democracia y la libertad” que arremete vulgarmente contra los intereses de la nación y el pueblo venezolano, a la par que evita una confrontación directa con su enemigo.
Sólo en el terreno de una multimillonaria publicidad, Chávez constituye el objeto directo de su accionar social y militar, mientras que Miraflores, muy a pesar de ser el objetivo deseado, nunca ha estado realmente en la agenda de su “batalla por la libertad”, aunque en diversas oportunidades han realizados multitudinarias movilizaciones de calles con el apoyo de los cuerpos armados de la Gobernación del Estado Miranda y de los Municipios Metropolitano, Chacao, Baruta, etc.
Aquí apreciamos una notable diferencia con el 13 de abril del año 2002, cuando las barriadas caraqueñas y los militares patriotas actuando contra el alto mando militar que 48 horas antes había derrocado a Chávez, desalojó ipso ipso del Palacio de Gobierno a Pedro Carmona Estanga, derrotando al nacer la tendencia fascista de la derecha venezolana.
Muy al contrario, la Organización Cisneros, el Grupo Polar, Alberto Federico Ravel, Gente del Petróleo, FEDECAMARAS, La CTV, Primero Justicia, AD, COPEI, La causa R, Bandera Roja, etc., prefirieron acaparar los alimentos de la cesta básica (leche, harina pan, pasta, etc.) y sabotear criminalmente nuestra industria petrolera, inclusive incurriendo en daños ecológicos, para de esa manera poder hilvanar una ofensiva política contra el actual régimen.
Otra notoria diferencia entre el actual movimiento oposicionista, aglutinado en la Coordinadora Democrática, y los procesos históricos ya señalados, es que desde la resistencia indígena a la conquista europea, hasta el 27 de noviembre de 1992, se mantuvieron en alto las banderas de la liberación nacional.
Históricamente el pueblo venezolano ha rechazado heroicamente todo intento de cualquier potencia extranjera por violar nuestra soberanía territorial, política, militar y económica. Guaicaipuro y Bolívar, ambos antiimperialistas, son nuestro mayor orgullo.
Por el contrario, en la presente confrontación entre el Gobierno Nacional y la Coordinadora Democrática, ambos sectores claman por la intervención de fuerzas extranjeras. Constantemente, tanto representantes del Gobierno como de la oposición se dirigen a Washington para rogar por la aplicación en nuestro país de la Carta Democrática Interamericana.
Este instrumento jurídico dictado por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en Lima – Perú, el 11 de septiembre de 2001, legaliza y enmascara la política exterior invasora de Estados Unidos.
En su artículo 20 establece, que cuando se produzca “la alteración del orden constitucional que afecte gravemente el orden democrático” en un Estado miembro de la OEA, el Secretario General de esa organización internacional u otro Estado miembro de ella “podrá solicitar la convocatoria inmediata del consejo permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime convenientes.”
De tal manera, que queda en manos de dicha instancia internacional, controlada absolutamente por Estados Unidos, adoptar las decisiones que estime conveniente para “resolver” la crisis política venezolana.
Indudablemente, que Estados Unidos puede considerar “conveniente” intervenir militarmente a Venezuela, instalar bases militares en nuestro territorio, controlar nuestros yacimientos petroleros, atentar contra los derechos humanos de la población venezolana, etc.
La Coordinadora Democrática y el gobierno del Presidente Chávez, están dispuestos, cada uno por su lado, a convalidar semejante violación de la soberanía venezolana, a cambio de ser considerados por Estados Unidos como los representantes de la “constitucionalidad y la democracia”, y en tal sentido permitirles ejercer el gobierno en Venezuela, eso si, con estricto acatamiento a las “decisiones convenientes” tomadas por el Consejo General de la OEA.
Es necesario destacar que ambos sectores ofrecen todo nuestro petróleo y la importancia geopolítica del país, a cambio de ser ellos los escogidos por la OEA para gobernar, en las condiciones ya señaladas, a Venezuela.
En este sentido es importante señalar que el gobierno de Chávez, suscribe un pacto con Estados Unidos para suministrarle ininterrumpidamente durante veinte años, elevadas cantidades de hidrocarburos.
Además, acaba de otorgar en concesión a cuatro empresas multinacionales, la explotación de importantes yacimientos de gas en el Estado Sucre.
LA ETICA MILITAR DE LA OPOSICIÓN
En este aspecto, la conducta del movimiento “por la democracia y la libertad”, ha denotado orientaciones fascistas, incurriendo en hechos que más que acciones militares constituyen verdaderos asesinatos a sangre fria.
Las masacres del 11 de abril y de la Plaza Francia, ambas atribuibles a la conspiración militar de derecha encabezada por los Generales Enrique Medina Gómez, Néstor González González y Carlos Alfonso Martínez, resultan la antitesis de nuestro glorioso pasado militar.
La guerra de independencia que Ezequiel Zamora desarrolló durante la guerra federal, aún son estudiadas en las academias europeas. Los guerrilleros de los años 60, con toda valentía y las armas en las manos, intentaron tomar “el cielo por asalto”.
De tal manera, que la ética de los militares de la Plaza Altamira, se distancia enormemente de la dignidad de todos nuestros genios militares y en general de la dignidad del pueblo venezolano.
CONFRONTACIÓN NECESARIA: EMANCIPACIÓN vs GLOBALIZACIÓN
Como ya lo dijimos, la lucha Política entre la Coordinadora Democrática y el gobierno del Presidente Chávez, constituye un enfrentamiento entre dos corrientes del neoliberalismo y la globalización, por lo tanto los intereses sociales, económicos, culturales y políticos de las inmensas mayorías nacionales, y la dignidad y soberanía de la patria venezolana, no se encuentran representados en ninguno de los sectores mencionados.
Amplios sectores populares que siguen al Presidente Chávez se mantienen confundidos en cuanto al verdadero carácter del “proceso” por él liderato. Entre ellos sigue siendo firme la creencia que ciertamente es antineoliberal, antiglobalizador y que conduce una autentica revolución popular, aún cuando sus ejecutorias, como lo son la Constitución de 1.999, la continuidad de la política petrolera privatizadora, el apego a la carta democrática interamericana, el apoyo al Plan Colombia y al ALCA, la política impositiva que afecta la economía de los sectores populares, demuestran todo lo contrario.
La referida confusión evita que esos sectores populares enfrenten realmente a las fuerzas recolonizadoras que atentan contra derechos sociales y económicos de la población y contra la soberanía de la República. En ese sentido es necesario hacer un llamado a los Círculos Bolivarianos, a los sectores patrióticos de las Fuerzas Armadas y al movimiento popular en general, en cuanto a la necesidad de generar un amplio movimiento cívico – militar que enfrente a las fuerzas recolonizadoras y a sus aliados venezolanos, representados tanto en la Coordinadora Democrática como en el gobierno de Hugo Chávez.
Sólo con la consolidación de este movimiento popular, nacionalista y antifascista, surgiría en Venezuela una poderosa confrontación a la globalización y al neoliberalismo, y a la vez evitaría la instauración en Venezuela de una dictadura de derecha pro norteamericana, que indudablemente aplastaría al movimiento popular en nuestro país.
Este movimiento emancipatorio, retomaría con fuerza el proceso constituyente originario, iniciado el 27 de febrero de 1.989 y protagonizaría trascendentales hechos sociales y militares en defensa de nuestra industria petrolera y de todos los recursos naturales propiedad de los venezolanos, así como en defensa de los derechos sociales y económicos del pueblo en general.
EL CONFLICTO EEUU. IRAQ Y LA SITUACIÓN VENEZOLANA
La decisión del gobierno de Bush de asumir el control, no solo político y militar, sino inclusive territorial de los países petroleros, lo ha llevado a declarar la guerra, a todas las naciones productoras de hidrocarburos. Sus objetivos inmediatos son Iraq y Venezuela.
Sin embargo, la declaración de guerra de Iraq es inmediata e inminente, lo que obliga a la potencia norteamericana a pacificar la situación política en nuestro país, mientras desarrolla la guerra contra el señalado país árabe. Esta situación indica que la oposición venezolana deberá aceptar una negociación con el gobierno de Chávez, de claro carácter electoral, que se mantendrá hasta tanto concluya la guerra contra Iraq, momento en el cual se definirá desde la perspectiva norteamericana el conflicto oposición gobierno.
Para ese entonces debe haber surgido con fuerza un movimiento cívico – militar – religioso, de contenido nacionalista, popular y patriótico que defienda la soberanía de la República venezolana y los derechos de su población.
POR UNA CONSTITUYENTE ORIGINARIA Y POPULAR !!
RESISTENCIA POPULAR Y PATRIOTICA A LA RECOLONIZACIÓN!!
LUCHAR HASTA VENCER!!
Douglas Bravo, Francisco Prada, Enrique Contreras, Rosa Pérez, Enrique González, Gustavo Martinez, Oscar Montilla, Laura Pérez..........
PRV - TERCER CAMINO
Caracas, 30/01/03 tercercamino@hotmail.com