En el actual estado Zulia nace Nigale aproximadamente en 1565 y su nombre se traduce como “el bueno” en su lengua añú. En aquellos tiempos de historia escrita con la sangre aborigen y la insaciable, salvaje, ciclópea, depredadora e invasora avaricia europea, la nación añú estaba compuesta por familias añú, aliles, toas, parahutes, paraüja, mohanes, zaparas, auzales y arubaes que ocupaban los actuales municipios Maracaibo, Mara, Insular Padilla.
En julio de 1569 setenta y siete años después de la primera vez de la entrada, invasión y saqueo de los Reyes de España, Colón y sus secuaces al continente tan escondido como el Lacio (región de roma donde se escondían los Dioses), se produce la segunda oleada invasora de la que bautizarían como ciudad Rodrigo, la hoy conocida como Maracaibo. Ordenada por Pedro Ponce de León, la empresa recayó en el capitán Alonso Pacheco residente de la ciudad de Trujillo, junto a vecinos de esa población y de Mérida parte desde Juruara del territorio de los aliados indios Moporo en la costa oriental del lago.
Pacheco nació en ciudad Rodrigo en España y así también le asigna nombre a su empresa de ocupación. Casas sólidas de piedras porosas, varas de mangle, arcilla cocida para los techos unido todo por argamasa. Posesiona como alcaldes a Juan de Morón y a Francisco Camacho, este último fue encargado de atacar junto a Miguel Trejo a los pueblos Parahutes (aliles) conducida por Tomaenguola y el pueblo Cupari respectivamente. De sus incursiones incendiarias obtuvieron la materia prima esclava y se quedaron con algunos, los más fueron llevados al mercado de Coro con una V marcada a fuego en su quijada (el plan V).
Allí en la empresa diezmadora y esclavizante de los añú, fue capturado y sometido, cerca del territorio de Mohán, Nigale y su madre. Ella negó ser la madre y él el hijo a la familia del mismísimo depredador Pacheco, domicilio en donde fueran asignados, para no ser separada del niño. La inserción resultó nefasta, pues el infante Nigale aprendió el idioma extraño y se convirtió en fuente de información para los de su pueblo.
Al aprender el idioma invasor se convierte en pieza importante para la reconquista añú. Los informes del espía Nigale sirvieron para desmontar el apoyo que venía desde allende Río Hacha a buscar a unos negros cimarrones y a darle a poyo a ciudad Rodrigo, veinticinco hombre apertrechados y bien armados, víctimas de una emboscada en la estrechura del río Macomite, lugar de agua dulce escogido para refrescarse y reacondicionarse, que contrastaba el árido paisaje atravesado el territorio guayüü de Woumain y Karrouya.
Tras haber sido sometidos a esclavitud en las treinta casas de ciudad Rodrigo (actualmente Maracaibo), “el bueno” (Nigale) quien junto a su madre fueron capturados en un ataque repelido en desventaja por la nación añú, anhela la libertad propia y de su gente. En aquel episodio nefasto murió su padre, herida que marcaba su tristeza. Repetimos, sirve como esclavo en la mismísima casa de Alonso Pacheco, el depredador, negaron su nexo familiar él y su madre para permanecer juntos y es el compañero de juego del hijo mayor de Pacheco.
Ahora las cosas cambiaban, sumada una derrota aplastante del equipo de refuerzo abatido en una emboscada en el río Macomite. Ahora en noviembre del año 1573 el pueblo añú vuelve al rescate de todos sus compatriotas esclavizados. Unas de cien canoas con todo el pueblo añú partieron de la isla de Toas rumbo a acabar con la invasión con un frenético remar navegaron hombres, mujeres y niños.
Rumbo a la retoma de su territorio se cargaron de piedras, macanas de mangle, buches de alcatraces contentivos de curare, arcos de curarire y flechas como en ningún episodio de su historia. La isla desde sus montañas le sirvió sus piedras que más tarde le servirían a la construcción de la moderna Venezuela. Bajaron lejos las mujeres en la aún oscura madrugada, con las piedras, para alcanzar al occidente del poblado a pie.
Una vez llegadas se convirtieron las mujeres en nubes y dejaron caer una lluvia de piedras que golpeaban las casas, despertaron y confundieron a los invasores rodriganos. Al tratar de salir a responder el pétreo ataque, desde el lago otra lluvia los bañó, esta vez de innumerables flechas con fuego y curare provenientes de la primera fuerza armada naval venezolana referida en la historia, los hombres añú desde las canoas. La infantería de marina tirapiedras se retiró a los matorrales en donde se reunieron con los esclavizados quienes escaparon de su sometimiento aprovechando en pleno la confusión.
Los añú son liberados y se regresaron a tierras del piache Mohán, cerca del río Macomite (Socuy). Ganó liderazgo Nigale y con la primera fuerza armada naval venezolana creó un foco de resistencia basado en el hostigamiento junto a otro guerrero de agua, Telinogaste. Estos episodios dieron al traste a la ciudad Rodrigo, derrotado y cabizbajo Pacheco regresa a Trujillo, sin ánimo de resistir ni esperar a sus vecinos, gana la mala fama entre los españoles y sus gobiernos.
Pedro Maldonado en otra empresa de conquista, retoma la ciudad destrozada y llena de vegetación y animales, sacados a fuego, no así el recuerdo. La bautiza ahora como Nueva Zamora de la laguna de Maracaibo, instaurando el terror, un régimen inclemente de ataque a los poblados autóctonos, sembrando destrucción, matando y esclavizando a los capturados con pocas lesiones. Define este nuevo terrorista la ayuda, traslado y protección a los facilitadores indígenas de Moporo y Tomoporo.
Maldonado en 1577 es depuesto tras un juicio por el fusilamiento de un soldado portugués. Le sucede Juan Guillén otro infame terrorista, hasta 1581 cuando muere flechado en acción en Sira´maike (actual Sinamaica) por los aliles añú. Este período marcó un auge europeo en la región, con la creación de otros poblados y el aniquilamiento de un pueblo indígena diezmado por la acción de los ejércitos colonizadores.
Pasa al mundo de los espíritus en 1598 la madre de Nigale, época de rendición de los wayüü. Ocupaban las armadas navales añú las islas del norte del lago y la laguna de Oribor (conocida equívocamente en actualidad como laguna de los Olivitos). Sus canoas flecheras cual meteoritos inundaron de fuego a los barcos españoles convirtiendo a la laguna de Maracaibo en un inmenso campo de batalla. “El bueno” comandaba orientando su estrategia encimado en las montañas de la isla de Toas, serenado por el rugir del mar de los caribes en la islas de San Carlos y Zapara o engalanado de la inmensa diversidad de naturaleza de la laguna de Oribor.
Las fuerzas armadas añú y su almirante hicieron mella en la cultura invasora, en su comercio. Igual acción en el sur del lago hacían los barí. Alrededor de 1606 los traidores de Moporo y Tomoporo sienten la incandescente inclemencia de las saetas provenientes de unas ciento cincuenta canoas, referida históricamente en una petición de ayuda del cabildo de Nueva Zamora al gobernador Sancho de Alquiza.
Este toma en cuenta la petición y nombra al hijo primogénito de Alonso Pacheco, aquel invasor humillado por los añú, Juan Pacheco Maldonado. Trujillano de nacimiento, Juan quien como niño pasó un lustro en ciudad Rodrigo al lado de Nigale y otros esclavos añú, creyó conocer su cultura y creencia. Los consideraba a los añú los indios más peligrosos de la región, aguerridos, pertinaces, perseverantes y con capacidad de resurgir “como el ave fénix”. Además eran la fuente de la vergüenza familiar y se le daba una buena excusa para reivindicar su apellido.
Pacheco Maldonado recibe su título de Sargento Mayor el 13 de mayo de 1607, que lo autoriza a matar y destruir a los poblados, gente y armada añú, es enviado a Nueva Zamora como gobernador provisional. Padecía junto a sus vecinos y otras poblaciones andinas el desabastecimiento externo, las fuerzas armadas navales añú cortaron todo tipo de atención logística con la destrucción de los barcos que entraban a la laguna de Maracaibo con sus flechas meteóricas, untadas de mene que encendían.
Atendió su empresa sin tregua, con la tradicional razia contra los añú, la cual comenzó con la sangrienta batalla de Parahute, matando unas doscientas personas indígenas, atrapando unas doscientas más. A sus caciques que ellos mismos bautizaron como Juan Pérez Mataguelo y Camiseta, los ajusticiaron en la plaza mayor por los delitos de la destrucción de Moporo, Tomoporo y Ciudad Rodrigo. Los demás nuevamente fueron tatuados al fuego y vendidos en el mercado de esclavos.
La destreza del destructor, del mundo indígena y movido por su sed de venganza, hizo del conocimiento que el liderazgo de las fuerzas añú recaía en Nigale, aquel muchachito con quien jugó en su casa de ciudad Rodrigo. Nigale por su parte y pasado de ingenuo, no consideraba a los de Trujillo como un peligro por ser de otras tierras diferentes a su nación añú. Estas dos condiciones tramaron el engaño a “el bueno”, haciendo cita para recordar viejos tiempos y establecer una línea de trabajo amistoso, cuya locación fue en este de la isla de Zapara. Debían ir sin armas con solo veinticinco personas.
Los de Pacheco usaron sus vestimentas exuberantes para esconder las armas cortantes (puñales espadas, y dagas) y al norte de esa isla sigilosamente desembarcó el resto del pelotón con todo tipo de armas tras una burda treta que desenmascara una emboscada en la isla de Zapara. El 23 de junio de 1607 Nigale llegó con hombres, mujeres y niños desde la laguna de Oribor sin saber aún que iba en busca de una masacre.
Los mosquetes, espadas, puñales dieron cuenta de los acompañantes del almirante añú. Nigale, “el bueno”, es capturado junto a once guerreros y es enjaulado en la plaza mayor de Nueva Zamora para recibir escupitajos, pedradas y palazos de los neozamoranos. Muere el 26 de junio de 1607 en la horca, sellando así la conquista al haber eliminado el último reducto de la resistencia indígena. El año que viene ya serán cuatrocientos años de su muerte. Propongo al presidente Chávez, al ministro de cultura Farruco, a todos los venezolanos designar 2007 año de la resistencia indígena, año de Nigale y yendo más allá deberíamos conferir el título de Almirante a este personaje quien dominó por varios años el lago de Maracaibo con canoas armadas.
Sin embargo ya hay un logro, el presidente Chávez ya acarició en su lenguaje el nombre de Nigale. Hoy nuestro presidente Chávez ha decidido que la vía alterna, el segundo puente sobre el lago, lleve su nombre y lo acompañamos en la idea que el municipio insular (Isla de Toas, Zapara, Maraca) lleve su nombre en sustitución de Padilla quién fue condenado por ser culpable por intento de magnicidio en la persona de Simón Bolívar en 1830.
(Basado en el libro “El cacique Nigale y la ocupación europea de Maracaibo” de Ydelfonso “Choncho” Finol)