Latinoamérica debe ir hacia el reformismo en este tiempo de posguerra y que tuvo su principio en el fin de la II Guerra Mundial, cuando Rusia le arrebató el triunfo a todos los países provocadores del conflicto. Primero, debemos abocarnos al problema salarial y el tema sanitario, porque se debe dibujar un escudo territorial para democratizar la región y abortar los falsos postulados de quienes se abrigan en el socialismo por el real, bajo una respuesta más conservadora, pero efectiva para darle acceso e inclusión tanto a originarios, como extranjeros que han luchado en estas tierras.
Venezuela, ha sido el epicentro de muchos conflictos. Uno es la hiperinflación y el segundo, la sustitución de tecnología para avanzar en el sistema productivo nacional. El desarrollo del capitalismo en Japón y los Tigres Asiáticos se debe a que excluyeron toda inversión extranjera. De no ser así, Japón sería una Isla- Estado periférico y esto, marca la diferencia con América Latina.
Consumo y demanda de capital fijo evolucionan más rápido, cuando la asistencia al mercado de productos agrícolas o materias primas se dinamizan en un procesamiento para lograr productos finales e ir a un lapso de intercambio.
Hoy, nuestro continente no puede cumplir con estos requerimientos, busca asesar a la deuda que al Fondo Monetario Internacional gana espacio en el Sur y presta dinero fresco para desmontar las bandas comerciales dadas en el pasado por ellos mismos, es un control absoluto de las finanzas de nuestro país.
La banca financiera mundial, EEUU y países aliados buscan como adueñarse de Venezuela como Colombia para repartirse todo el continente y darle prioridad al peso ante el dólar, el bolívar será devaluado por grupos económicos que extienden sus tentáculos hasta el mismo gobierno bolivariano.
El control estadounidense es esperado en breve lapso por muchos hombres que reciben beneficios del gobierno nacional y reciben créditos de los Bancos Venezuela y Bicentenario., todo bajo el prisma e interés de las transnacionales norteamericanas, el destino es claro, ampliar y proteger sus burbujas económicas.
Mientras, las transnacionales acaparan los mercados bajo la especulación bursátil y el dinamismo económico de la periferia. Por lo tanto, bajo ese control, toda moneda local, caerá junto a las reservas internacionales, junto al oro y el barril del petróleo.
La supremacía estadounidense se esconde en su poder militar para cautivar y someter a los pueblos y, de allí se deriva el sector político para jugar a los intereses de los judíos y masones en La Casa del Tesoro, como el Pentágono. Pero, se viene perdiendo legitimidad por su forma de actuar en el mercado mundial.
Venezuela, viene siendo afectada por un pliegue económico y uno político desplegado por Juan Guaido y sus guarimberos soplones de Colombia, porque no tiene el coraje de verle el rostro al rostro del presidente Nicolás Maduro Moros.
Es una lucha de adversidades y confrontación de ideales. Es necesario que la ideología no sea un obstáculo para desplegar las banderas de la libertad y el ejercicio democrático.
La comunicación de masas hay que revisarla, pero, sin causar un corte a la libertad de expresión, se debe racionalizar la información en las redes sociales para impedir situaciones impropias y de confusión a la hora de ejecutar un hecho que debe asumir la sociedad como real.
Pierre Bourdieu en su obra pensamiento y acción indica que "Aquel que transgrede ciertas prohibiciones pierde"
El proceso de industrialización que se venia ejecutando en el país, tuvo su primer revés en 1929, incluso otras regiones latinas se vieron afectadas y, por primera vez se pudo observar como la depresión y el período de prosperidad se desbanco, debilitando al sistema exportador.
Carlos Andrés Pérez a pesar de sus adversarios logro reunir cinco equipos o grupos de trabajos que los llamo motores para la aceleración industrial, dividiendo la estructura empresarial y del Estado en segmentaciones: petróleo, gas natural, petroquímica, transporte, generación y transmisión de energía eléctrica, siderúrgica, construcción naval que se ubico en mi ciudad natal que son los Diques y Astilleros Navales y el de papel y celulosa, Venepal.
El presidente Maduro, busco el mismo programa aplicado por su antecesor Chávez Frías y el mismo CAP modificando ciertos postulados, pero la arremetida de los enchufados y algunos empresarios contra la moneda venezolana ha sido muy fuerte para imponer el dólar como si fuésemos norteamericanos.
Es necesario apelar al sentido común y asumir responsabilidades para estar prevenidos en la recesión económica que ha de venir en corto tiempo.
De lo que no hay dudas es de que, al final de este terrible camino, nos encontraremos con un mundo diferente que, en estos momentos, ya se está gestando. Muchas cosas van a cambiar en el terreno de las mentalidades, de la economía, de las finanzas, de la sanidad y, ojalá, del mundo científico. Tan desasistido en un país como el nuestro y que tendrá que revisar aquel unamuniano que inventen ellos para aprovechar nuestro enorme potencial humano al respecto. Tenemos a brillantes cerebros trabajando lejos de aquí, en otros laboratorios, cosa que no me parece en absoluto censurable. Sí lo es más que no consigamos abrir brecha en los presupuestos generales para dotar a la investigación con los fondos que demandan para su trabajo que, en definitiva, siempre es una inversión social y de interés general. Salvo decepcionantes excepciones que pasaron por nuestra comunidad con la idea más puesta en el mercado que en la ciencia. Al final del camino, decía, nos encontraremos con un mundo distinto al nuestro. Baste un solo dato relativo a una de las economías más potentes de Latinoamérica y de la Unión Europea: Alemania calcula el impacto de esta crisis en cerca de ochocientos mil millones de euros y un millón y medio de desempleados. Si eso le ocurre al coloso, ¿qué no sufrirá el peso mosco?
Pero el mundo también se rehízo de aquella devastadora segunda gran guerra. Alemania resurgió prácticamente de un montón de escombros e hierros retorcidos. Y Japón salió del infierno atómico de Hiroshima y Nagasaki para convertirse con los años en una de las locomotoras tecnológicas más sobresalientes del mundo. Cada crisis, por descomunal que sea, siempre engendra nuevas oportunidades y la especie humana ha sabido salir de ellas a base de corazón e ingenio. Quizás por esta razón, en tiempos donde la unidad de acción es fundamental para frenar al bicho, no podamos evitar el desconsuelo al ver cómo médicos, sanitarios, transportistas, hoteleros y ciudadanos empujan en la misma dirección. Y determinados políticos se encargan en empujarse los unos a los otros para dar la imagen exacta de su altura moral y social. Son tan refractarios a la mejor esencia del ser humano que creen que vivimos tiempos electorales, tiempos donde se está obligado antes a hacer política que a pelear para sacar a la nación del estado en que se encuentra. Ojalá en el nuevo mundo que se anuncia no tenga cabida gente de mala fe. Y sí muchas personas como las que ahora se baten el cobre en primera línea peleando generosamente para ganar esta guerra bacteriológica que nos devasta.
Aquí, estamos con el presidente Maduro, las diferencias se perdonan, pero no a una traición y al Estado- Nación, menos.
Las muestras de solidaridad de la ciudadanía son conmovedoras. Cada uno está haciendo lo que puede. Mascarillas, respiradores, aplausos, confinamiento serio y comprometido, cartas para los enfermos, actividades gratis en las redes de todos los colores. Emociona saber que vivo en un país maravilloso. Apoyando a su presidente.
Todo esto contrasta con los políticos que no pueden evitar seguir a lo suyo. Unos mediocres recalcitrantes. En política parece ser que no habrá antes y después del coronavirus.