La decisión histórica y soberana de los jefes de Estado Hugo Chávez Frías y Néstor Kirchner de firmar el Memorando de Entendimiento entre la República Bolivariana de Venezuela y la República de Argentina, para la constitución del Banco del Sur, en un plazo de 120 días a partir del 2102-2007, es la más idónea contribución con los procesos de desarrollo de los pueblos, ya que busca independizarse de las condiciones inaceptables del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).
Los préstamos del FMI han estado condicionados a la reducción de los gastos sociales y a la privatización de las industrias y servicios estratégicos de los países, mientras que el BM acuerda créditos insuficientes e impone consultores y multas para los proyectos sociales y de infraestructura. En ambos casos, los préstamos de capital resultan onerosos por la alta cancelación de servicios (amortización más intereses), lo cual ha generado ineficacia para superar los desequilibrios de la balanza de pago y el déficit fiscal.
El Banco del Sur persigue como objetivo central ser autónomo de las políticas económicas neoliberales del FMI y BM, pues busca disminuir el depósito del ahorro interno de las economías de la región suramericana en los bancos del Norte. Asimismo es un paso previo a la formación de la moneda común del Sur como respuesta a los efectos nocivos de las crisis del dólar. En definitiva, apunta al uso soberano de los capitales a favor de nuestros propios intereses, los cuales deben priorizar la ejecución de los proyectos estructurantes de la nueva integración geopolítica del Sur, por ejemplo: La infraestructura física terrestre, aérea y marítima.
La red de abastecimiento alimentario.
La red del sistema integral de salud.
El sistema educativo para la transformación.
Las conexiones de oleoductos y gasoductos energéticos.
Esta iniciativa soberana busca crear y consolidar la democratización del capital para dar viabilidad e interconexión entre los esquemas de integración con los procesos de desarrollo frente a la hegemonía financiera del FMI, BM y de las corporaciones transnacionales en la dinámica de las inversiones, el comercio y las transacciones financieras.
El Banco del Sur representa la alternativa soberana a la globalización neoliberal, ya que propiciará la transformación de las estructuras productivas priorizando la satisfacción de las necesidades dentro de la región a través de la complementación productiva, lo cual asegurará la proyección exportadora de los diversos esquemas de la integración Suramericana en los ámbitos bilateral, subregional, regional, hemisférico y mundial.
En esta perspectiva, Suramérica impulsa la nueva concepción para el financiamiento de los procesos de desarrollo a través de los principios de cooperación, solidaridad y respeto mutuo con el fin de articular la soberanía de los estados con la autodeterminación de los pueblos; para ello apuesta a sus fortalezas, potencialidades y valores endógenos, para lo cual es vital la participación y la dirección de su propio destino a partir de las capacidades humanas y de la administración de sus propios recursos naturales y capitales en aras de la independencia y el bienestar de los pueblos.
El Banco del Sur se constituye en la opción alternativa de carácter humanista, democrática, con pertinencia social y flexible a fin de vincular estrechamente la inversión social y productiva de acuerdo con los proyectos estratégicos urgentes elaborados por la diplomacia de los estados y la diplomacia de los pueblos.