La Iglesia Cristiana ha estado colocada en situaciones donde ha tenido que asignar representantes que lleven a cabo las distintas empresas que se planteaba o surgían del desarrollo histórico-social. Pero hay casos en que el perro no caza la presa sino que muerde al dueño.
Es así como, durante la Edad Media las cruzadas estuvieron a cargo de príncipes y reyes adscritos a la cristiandad; los franciscanos y dominicos fueron los que ejercieron los cargos de Inquisidor bajo la jurisdicción del pontificado durante la negra noche de esclavitud cristiana. La conquista fue custodiada por franciscanos y mercedarios, desde 1493; dominicos, en 1510; agustinos, en 1532; y jesuitas, a partir de 1568, quienes se encargaron de la empresa de cristianizar a los habitantes del Nuevo Mundo.
En esta nueva empresa en que está inmerso el Vaticano (de fondo es un Estado capitalista, en la forma una Monarquía eclesiástica), no podía faltar una entidad que encarnara los nuevos métodos en conjunción con las prácticas vaticanas medievales. El Opus Dei personifica esa práctica capitalista y las viejas mañas religiosas mafiosas.
En la actualidad, como en todo Estado capitalista moderno, el Vaticano tiene sus tendencias políticas. Las más influyentes son, el Opus Dei (Obra de Dios) de carácter ultra conservador de derecha y a la cual pertenecía Juan Pablo II. La otra corriente es la Compañía de Jesus, de carácter liberal, a la que pertenece la conocida comunidad de los jesuitas. Las dos corrientes mantienen feroces pugnas por intereses y no precisamente espirituales sino materiales.
Como en todo conflicto, donde unos salen victoriosos y otros derrotados, en el Vaticano las fuerzas beligerantes se oponen con todas las armas disponibles, a objeto de lograr el control de los recursos financieros, humanos y materiales y orientar la política católica a lo interno y hacia el resto del mundo Occidental y Oriental.
Estos enfrentamientos han ocasionado el relajamiento de los enfoques éticos, para que no se interpongan en la consecución de los objetivos. El Opus Dei se ha ido irguiendo sobre los restos mortales de sus contrincantes, para el control de las posiciones financieras, obispales y de elección papal. Solo queda ir observando hacia que puerto se dirige el barco católico con este nuevo capitán.
El Opus Dei: La Verdadera Cara del Poder
El Opus Dei fue fundado en España en 1928 por el cura José Maria Escrivá de Balaguer durante la dictadura de Franco y del cual llegó a ser su consejero espiritual. Las primeras oficinas de esta organización estuvieron ubicadas en el Ministerio del Interior de España. En 1969 de 19 ministros franquistas, doce fueron miembros de la “Obra”. El fundador se planteaba la guerra civil española como un enfrentamiento entre comunistas y católicos, lo cual lo llevó a considerar el fascismo como un instrumento para el reposicionamiento de la Iglesia como poder terrenal y por ende la salvación del cristianismo.
La “Obra” ha recibido apoyo de los Papas que lo han conocido y de diversos oficiales católicos. En contraste, sobre todo en Europa, el Opus Dei ha sido duramente criticado con acusaciones de secretismo y sectarismo, de difundir creencias ultra conservadoras, de búsqueda de poder político, de actuar por motivos puramente económicos y de emplear métodos coercitivos y de fuerza, descritos detalladamente por muchos ex miembros que trabajaron durante años dentro de la organización.
La “Obra” ha llegado a ser enormemente rica gracias a sus "sociedades auxiliares", que son empresas económicas controladas y administradas por socios laicos. Las actividades económicas del Opus Dei tienen una historia de escándalos que reflejan una actitud interna muy débil en lo que respecta a la ética social.
El Vaticano, el Opus Dei y los que van quedando debajo del puente.
1-El caso de Gregario Ortega Pardo, quien, después de haber sido un miembro numerario directivo con importantes responsabilidades intelectuales y financieras dentro del Opus Dei, ha sido también el mayor ejemplo demostrativo del peligro que representa la desaparición, léase la muerte, de un militante si no acepta a la organización cuando ésta actúa como si fuese una mafia cualquiera.
2-La quiebra del Banco Ambrosiano fue una colosal estafa que costó a los acreedores y a los contribuyentes italianos 287 millones de dólares y a los fieles de la Iglesia al menos 241 millones de dólares. La estafa fue posible por la objetiva connivencia de la banca papal, y el Instituto para las Obras Religiosas (IOR) con la anuencia --implícita o explícita-- de Juan Pablo II.
El escándalo costó la vida a Roberto Calvi. Si se trató de un suicidio, monseñor Marcinkus estuvo entre quienes lo empujaron a su desatinado gesto. Debajo de un puente y colgado, fue hallado en 1982 Calvi, quien fuera presidente del Banco Ambrosiano de Milán, vinculado entonces en operaciones financieras -la mayoría no muy claras- con el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), más conocido como 'Banco Vaticano' o 'Banco del Papa'.
El Banco Vaticano sufrió una gran pérdida de dinero al tener que cubrir los dólares evaporados del Ambrosiano, y la lucha para salvarla hizo transpirar bastante al
entonces Papa Juan Pablo II y a sus amigos del Opus Dei.
3-Otro golpe que muy a pesar suyo acusó el Opus Dei, ocurrió al encontrarse el cadáver del financista italiano Gianmario Roveraro, quien había desaparecido a comienzos de julio tras un presunto secuestro.
El motivo habría sido un fraudulento negocio inmobiliario de más de dos millones de euros que debía producir, en primera instancia, beneficios por 10 millones, y
al cual Roveraro aparentemente decidió renunciar o, como sospechan otros, encarar por su propia cuenta, sin 'socios', lo que habría causado la ira de sus
cómplices. Este se había visto envuelto, hace algunos años, en uno de los mayores escándalos financieros de Europa: la quiebra de la empresa alimenticia Parmalat, que dejó un déficit de 14 millones de euros.
El financista asesinado era miembro supernumerario del Opus Dei. Su cadáver apareció descuartizado y metido en un saco, semi descompuesto cerca de Parma, ciudad de la empresa Parmalat.
Los restos estaban ubicados debajo de un puente.
Ambas muertes, la de Calvi en 1982 y la de Roveraro en 1986, más las circunstancias en que fueron hallados sus cuerpos, reflejan sin duda un mensaje mafioso.
Al mismo tiempo no deja de parecer extraño las palabras del portavoz del Opus Dei en Roma, Giuseppe Corigliano, al referirse a la muerte de Roveraro: Gianmario en este momento no sufre más, y estamos seguros de que ha recibido su premio'.
¿Premio o castigo? ¿La mano de la Obra enguantada como la de Capone? ¿Una organización que cobra con creces la traición?
El Vaticano, el Opus Dei ¿Poder de revocatoria divina?
Muerto Pablo VI la sucesión recayó en Juan Pablo I en 1978, quien solo duró en el reinado 33 días. Su muerte, según aseguran familiares, fue producto de envenenamiento ya que gozaba de buena salud, siendo las versiones sobre su deceso, contradictorias y sospechosas.
Según el libro “En el Nombre de Dios” de Jesús López Sáez, los efectos personales del Papa, incluyendo su testamento desaparecieron, especulándose la presencia de vómito sobre las pantuflas, lo cual hubiese posibilitado identificar algún veneno como la causa probable de su muerte. Los embalsamadores estuvieron a las 5:00 a.m., el papa había muerto a las 4:45 a.m., y una hora después el Dr. Buzzonati llega para confirmar la muerte, sin escribir un acta de defunción, atribuyendo la muerte a un infarto agudo del miocardio. Ya para las 6 p.m. de esa noche, los Apartamentos Papales se habían lavado, limpiado y pulido totalmente, los secretarios empacaron y se llevaron toda la ropa del Papa, incluyendo sus cartas, notas, libros y un pequeño puño de recuerdos personales, vaciando de cualquier cosa remotamente asociada al Papado de Luciani."
¿Por qué el apuro? También se informó que durante el embalsamamiento se insistió que nada de sangre fuese drenado del cuerpo, y que los órganos tampoco debían ser removidos.
Nuevamente nos preguntamos si la mano del Opus Dei estuvo metida en este asunto para agilizar el ascenso al trono del Wojtyla, quien se constituyó con el apoyo de la “Obra” en el sucesor. El Papa Juan Pablo II cumplió la tarea de darle un estatuto jurídico especial a la “Obra”. La “prelatura personal del Opus Dei” facilitaba la independencia con respecto al Vaticano y posibilitaba el convertirse en los “Otros banqueros de Dios”.
La Obra brindó apoyo irrestricto a Karol Wojtyla, incluso económico, para su escogencia como Papa. La Obra es la punta de lanza de un proyecto para mantener a la Iglesia dentro de un status Medieval y a tal efecto inició un proceso de contra reforma a fin de reestructurar la jerarquía eclesiástica, volver a una política cerrada y extender el poder terrenal de la Iglesia.
El encargado de coordinar la operación que convirtió en Papa al polaco fue el cardenal alemán Joseph Ratzinger, quien sería nombrado en 1981 prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y era afín a las concepciones de la Obra.
Estos hechos son la carta de presentación del Opus Dei y del Vaticano, Secta e Institución marcados por el fascismo y la mafia. Lejos de construirse en representantes del Dios Cristiano, representan intereses de dominación Ideológica, explotación económica y opresión política.
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