La imagen heroica que sobre el general Raúl Baduel se construyó cae como anillo al dedo a sectores antirevolucionarios para esconder su verdadera naturaleza, sin embargo olvidan que en el pueblo hay altos niveles de conciencia que no se dejarán engañar por matrices de opinión prefabricadas con la intención de negar la insurgencia de factores fascistas, disfrazándola de una aparente institucionalidad.
Afortunadamente, los sectores intelectuales, progresistas y revolucionarios del mundo entero tienen los ojos puestos en Venezuela. Saben que Hugo Chávez ha asumido el liderazgo que le ha correspondido y que las oscuras fuerzas reaccionarias, las voces imperiales, que defienden un sistema mundial injusto se la tienen jurada porque él ha servido como catalizador para que surjan nuevas realidades. Por eso, toda nuestra solidaridad y nuestro amor para este Gran Hombre.
Claro, no dejan de sorprender algunas posiciones de personas a las que habíamos evaluado erróneamente, más por credulidad nuestra que por sagacidad de ellos. Hablo, por supuesto de Baduel y de uno de sus asesores el intelectual Heinz Dietrich; el primero –para quienes le conocemos sólo a través de matrices de opinión pública- había escondido su pensamiento tras un supuesto misticismo pero el segundo sí ha planteado públicamente algunas ideas en las que hay una posición conservadora como los llamados a cambios en la "superestructura y en la economía en Cuba" o el desconocimiento de los avances de Venezuela hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI, como si se tratase de una fórmula preestablecida a la que tuviésemos que llegar y no al recorrido de una vía, como un proceso de creación.
En la batalla de ideas, el análisis realizado por Heinz Dietrich sobre la ruptura de Baduel con el proceso revolucionario es un arma de corto alcance puesto que no reconoce la situación verdaderamente planteada: La amenaza de insurgencia militar contra la revolución socialista y si partimos de esta premisa entenderemos que la solución esbozada por el intelectual es ineficaz.
Como Baduel, Dietrich le dice NO a la reforma a la que considera innecesaria para avanzar hacia el Socialismo del siglo XXI y profundizar el carácter antimperialista y popular del proceso bolivariano en el ámbito nacional e internacional. Habrá que recordar que Baduel es vocero de quienes en la Fuerza Armada rechazan el concepto "Patria, Socialismo o Muerte" y de la oficialidad resistente al carácter revolucionario contenido en el concepto de milicia popular, también expresa a los defensores de la propiedad privada y de la fuerza del capital y a quienes se oponen a la reelección contínua.
Según Dietrich, la solución es la alianza Chávez-Baduel con la incorporación del general retirado al gobierno y, por tanto, de las fuerzas que él representa. Dice que ello no es imposible si nos fijamos que hoy Francisco Arias Cárdenas es representante de Venezuela ante la ONU, aunque antes –en plena campaña electoral- llamó gallina al Presidente y participó activamente en el golpe de estado del 2002. Se olvida Heinz Dietrich que Arias Cárdenas se incorporó al gobierno sin que la revolución retrocediese un paso y después que histórica y políticamente había sido derrotado en sus posiciones.
¿Obedece la posición de Heinz Dietrich a un error de apreciación? Sigamos siendo crédulos y digamos que a veces ocurre, yo misma escribí en el 2005 apuntalando la designación de Baduel como Ministro de la Defensa (recayó en el almirante Orlando Maniglia) creyendo que así reafirmaba las raíces ideológicas de esta revolución; porque, junto a Hugo Chávez, él es uno de los cuatro soldados juramentados del 82 en el Samán de Gùere, porque Felipe Acosta murió sin que lo conociéramos y porque Urdaneta …. Ya se sabe lo que pasó con Jesús Urdaneta, así como con Francisco Arias Cárdenas y Joel Acosta Chirinos, los comandantes del 4 de febrero del 92 que en el golpe del 2002 se aliaron con los enemigos de nuestro pueblo; lo hacía, además, por su valiente actuación contra el golpe de abril. Por eso duele el paso que ha dado Baduel, quien ahora avanza hacia una casta militar que dice NO al socialismo y olvida que a través de él celebrábamos la alianza cívico militar para la liberación de nuestros pueblos y condenábamos la traición, como seguimos haciéndolo.
Estos vaivenes en liderazgos coyunturales sirven para argumentar porqué estoy con la reforma y con la reelección contínua para Hugo Chávez. Y como un soldado más en la construcción del Socialismo del Siglo XXI digo: Ordene usted Comandante.
(*)Periodista
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