¿Cómo no iba a dolerme?

A mí si me dolió la derrota

Y aclaro, que no me dolió porque perdiéramos en las urnas electorales, porque somos profundamente demócratas y nuestro comandante se había comprometido a respetar los resultados fueran los que fueran. Y el comandante con gallardía y ética profundamente democrática, ante todo el mundo reconoció la derrota.

Si, ahora hay más gente que lee en Venezuela y gritaba: "Yo si puedo". Esa gente no supo leer que se reformaba la constitución por ellos y ellas. Ahora hay más gente que recibe atención médica en su barrio y casas, pero no fueron lo suficientemente agradecidos para darle rango constitucional a barrio adentro.

Mucha gente no se dio cuenta que Mercal le llevaba la comida más barata a su mismo vecindario y pensaron con el estomago, porque los hambreadotes del pueblo escondieron los alimentos para que ellos votaran en contra de su propio beneficio. Este gobierno se esforzaba, por el ejemplo de Cristo de multiplicar los panes, en multiplicar las panaderías y carnicerías. '"Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme.' 37 Entonces los justos preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?' El Rey les contestará: 'Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron".

Mi vecina recibe en la puerta de su casa todas las semanas con amor y dedicación, la pastilla de la presión sanguínea de manos del mismo medico cubano, que ella todos los días maldice y desea que se vaya del país. Bendito juramento de Hipócrates que tanto pisotean en las Clínicas Privadas: "Por Apolo médico y Esculapio, juro: por Higias, Panacace y todos los dioses y diosas a quienes pongo por testigos de la observancia de este voto, que me obligo a cumplir lo que ofrezco con todas mis fuerzas y voluntad.

Tributaré a mi maestro de Medicina igual respeto que a los autores de mis días, partiendo con ellos mi fortuna y socorriéndoles en caso necesario; trataré a sus hijos como mis hermanos, y si quisieran aprender la ciencia, se las enseñaré desinteresadamente y sin otro género de recompensa. Instruiré con preceptos, lecciones habladas y demás métodos de enseñanza a mis hijos, a los de mis maestros y a los discípulos que me sigan bajo el convenio y juramento que determinan la ley médica y a nadie más. Fijaré el régimen de los enfermos del modo que le sea más conveniente, según mis facultades y mi conocimiento, evitando todo mal e injusticia. No me avendré a pretensiones que afecten a la administración de venenos, ni persuadiré a persona alguna con sugestiones de esa especie; me abstendré igualmente de suministrar a mujeres embarazadas pesarios o abortivos. Mi vida la pasaré y ejerceré mi profesión con inocencia y pureza. No practicaré la talla, dejando esa operación y otras a los especialistas que se dedican a practicarla ordinariamente. Cuando entre en una casa no llevaré otro propósito que el bien y la salud de los enfermos, cuidando mucho de no cometer intencionalmente faltas injuriosas o acciones corruptoras y evitando principalmente la seducción de las mujeres jóvenes, libres o esclavas. Guardaré reserva acerca de lo que oiga o vea en la sociedad y no será preciso que se divulgue, sea o no del dominio de mi profesión, considerando el ser discreto como un deber en semejantes casos. Si observo con fidelidad mi juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí, la suerte adversa". (Hipócrates de Cos)

Gritaba un ciego a la orilla del camino: "Jesús, hijo de David ten compasión de mí", y el Jesús amoroso le dijo: "Quiero desde lo más profundo de mi corazón que seas sano"- y le devolvió la vista – Bendita Misión Milagros. El señor de la esquina que nunca tuvo el dinero suficiente para operarse en la Clínica privada, pero fue a cuba sin pagar un centavo, votó contra el comandante.

Dolor da ver a una mujer de mi barrio votar en contra de Chávez, después de haber recibido los recursos necesarios para salvar la vida de su hija, recursos que nunca le dio su propio partido cuando fue gobierno. "Señor no somos dignos que entres en nuestras casas, pero una sola palabra tuya bastará para salvarnos".

Aquellos revolucionarios que viven en casas de lujo en villas privadas, alejadas de los barrios por murallas y cercados eléctricos, que visten ropas esplendidas y se mueven en carros últimos modelos, empleados de PDVSA y funcionarios de la Revolución, que tuvieron un miedo infinito de perder todo lo que la Revolución les ha dado. "Es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja, que un nuevo rico al Reino de los Cielos". Se convirtieron muchos y muchas concientemente en financistas de la campaña contra la Reforma.

Un joven, recibió su casa a un precio que se ajustaba perfectamente a sus pocas entradas. Un técnico hizo su taller de refrigeración por un crédito blando que nunca recibió de ningún banco privado, ni de ningún gobierno anterior al revolucionario, ambos votaron contra Chávez y festejaron frente a sus casas, burlándose y agrediendo a quienes fuimos fieles al Comandante. El mundo al revés de Eduardo Galeano. "¿Acaso no eran Diez los que fueron sanados…?"

Amigos y amigas del alma, que fueron testigos de primera fila de lo que las Misiones podían hacer e hicieron por la gente más humilde. Ellos y ellas fueron instrumentos para que el amor de la Revolución llegara al pueblo, hoy se olvidan de las sonrisas de la gente agradecida. Maestras, maestros, profesores y profesoras que nunca les habían pagado completo y dignamente sus sueldos y pensiones, con que odio se expresan contra el único presidente que en justicia los valoró. "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen".

Estudiantes que nunca tuvieron oportunidad de entrar al sistema educativo universitario y que por ellos y ellas se crearon universidades, que recibieron la oportunidad de estudiar de forma gratuita, lanzaban consignas contra el Comandante, llamándolo dictador. ¿Acaso un Padre amoroso cuando su hijo le pide un pescado, le da un alacrán?

¿Cómo no me iba a doler que perdiera el Sí?

Si multitudes "rojas rojitas" que gritaban alegres al Comandante en el mitin de cierre de un viernes en la noche, consignas victoriosas se regresaron a sus casas para nunca mas salir. "¡Hosanna, Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor"!. Luego consolidaron la traición a la Revolución, cambiando a Cristo por Barrabas. Retumban las palabras: "¡Crucifícalo, crucifícalo!".

No me dolió haber perdido en la urna, soy un demócrata a carta cabal. Me dolió la ingratitud de muchos y muchas, que han comprobado en carne propia que ahora Venezuela es de todos y todas. "Por sus frutos los hemos conocidos".

obedvizcaino@gmail.com











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