¿Alguna vez un negro ha inventado algo?


¿Alguna vez un negro ha inventado algp?

La respuesta inevitable debe ser no, nunca, siempre y cuando usted crea "la
historia oficial". Pero los hechos cuentan una historia diferente. Un hombre
negro, por ejemplo, inventó esos semáforos sin los que el mundo no puede andar y
el padre de la medicina no fue Hipócrates sino Imhotep, un multifacético
genio negro que vivió 2000 años antes que el médico griego. Es que los europeos
todavía se niegan a reconocer que el mundo no los estaba esperando en la
oscuridad para que llevaran la luz. La historia de Africa ya era vieja cuando Europa
comenzó a andar.

Un maestro de secundaria ghaniano de visita recientemente en Londres no podía
creer que un hombre negro inventó los semáforos. "¿Qué?," preguntó con
absoluta incredulidad. "¿Cómo puede un hombre negro haber inventado los semáforos?"
Bien, usted puede imaginar la clase de educación que este maestro de
secundaria ha impartido, o está impartiendo, a sus estudiantes, no por malicia sino por
pura ignorancia. ¿Qué clase de educación reciben los africanos? Todos
piensan, igual que este maestro ghaniano, que los negros "no pueden" inventar nada,
sino que compran las invenciones de los otros. Bueno, aquí hay algo para ellos.


Un nuevo libro de texto, "Científicos e inventores negros", publicado
recientemente en Londres por BIS Publications, echa por tierra la noción de que las
personas negras no tienen inventiva.

Escrito en conjunto por Ava Henry y Michael Williams (ambos directores de la
filial londinense de BIS Publications), el libro está pensado para ser usado
por niños de entre 7 y 16 años.

"Nosotros esperamos que los padres y maestros ayuden a los niños en esta
tarea de conocimiento y descubrimiento", dicen los autores. Las personas negras
están encontrando cada vez más difícil entender por qué, incluso en la era de
apertura y liberalismo caracterizada por Internet, se les sigue negando el
reconocimiento debido a inventores y científicos negros. Y esto ocurre a pesar de
que hay documentación que prueba que varias invenciones importantes para el
mundo han sido obra de la creatividad de los negros.

En el pasado

Escribiendo sobre las invenciones y los descubrimientos africanos, Count C.
Volney, el renombrado historiador francés, escribió: "Personas ahora olvidadas
descubrieron, mientras otros eran todavía bárbaros, los elementos de las artes
y de la ciencia. Una raza de hombres ahora rechazada por la sociedad por su
piel oscura y su pelo enrulado cimentó en el estudio de las leyes de la
naturaleza esos sistemas civiles y religiosos que todavía gobiernan el universo."

A lo que el doctor John Henrik Clarke, un historiador afroamericano, agrega:
"Primero, las distorsiones deben admitirse. El hecho lamentable es que la
mayoría de lo que nosotros llamamos ahora historia mundial es sólo la historia del
primer y segundo florecimiento de Europa. Los europeos todavía no reconocen
que el mundo no los estaba esperando en la oscuridad para que trajeran la luz.
La historia de Africa ya era vieja cuando Europa nació."

El doctor Clarke es apoyado por el estudioso y explorador alemán Leo
Frobenius, quien escribió en su principal obra, "Und Afrika Sprach", publicada en
1910: "En esa porción del globo, el anglosajón Henry Morton Stanley les dio el
nombre de "oscuros" y "oscurísimos"... Pero antes de las invasiones extranjeras,
los africanos no vivían en grupos pequeños sino en comunidades de 20.000 o
30.000 habitantes, cuyas carreteras estaban sombreadas por espléndidas avenidas
de palmeras, plantadas a intervalos regulares y de una manera ordenada."

El trabajo de Frobenius incluso fue mejorado por Thomas Hodgkins, un
historiador británico que escribió después: "Cuando las personas hablan, como todavía
algunas veces lo hacen, sobre el Africa al sur del Sahara como un continente
sin historia, lo que ellos realmente dicen es que esa porción de Africa tiene
una historia de la que nosotros, los occidentales, somos deplorablemente
ignorantes... Uno debe admitir que todavía somos víctimas de una mentalidad
colonialista: encontramos difícil de comprender que los africanos poseyeron su propia
civilización durante muchos siglos antes de que los europeos, comenzando con
los portugueses al final del siglo XV, concibieran la idea de intentar
venderles la nuestra."

La mayoría de los historiadores acepta ahora que los antiguos imperios
africanos de Ghana, Malí y Songhay* habían desarrollado sociedades científicas.

En "Una historia del Desarrollo Intelectual de Europa", publicada en 1864, J.
W. Draper escribió sobre el desarrollo social y artístico inmensamente
superior de los moros (los negros), que bien podrían haber visto con arrogante
desprecio las viviendas de los gobernantes de Alemania, Francia y Inglaterra, que
por entonces eran apenas mejores que sus establos."

Recientemente, el periodista británico de televisión Jon Snow, quien se hizo
un nombre como periodista en Africa en los años setenta, quedó asombrado al
encontrar en una biblioteca en Tombuctú (Malí), pilas de libros fechados "hace
más de 500 años" (sus propias palabras en cámara).

"A nosotros (en referencia a los europeos) nos gusta pensar que fue nuestra
cultura la que les llevó los libros a Africa, pero aquí en mis manos está la
evidencia que muestra lo contrario. Ellos nos dieron los libros", dijo Snow
mientras hojeaba uno de ellos. La documentación demuestra que las primeras
universidades en Europa se fundaron mucho después de la Universidad de Sankore, en
Tombuctú, cuyos profesores eran todos africanos.

El antiguo Egipto

Hasta en el antiguo Egipto, que era esencialmente un imperio negro cuya gran
gloria se ha atribuido maliciosamente a los árabes, los negros fueron quienes
iniciaron el camino de las ciencias.

Sir J. G. Wilkinson admitió en su libro "Los antiguos egipcios" (1854) "que
los antiguos egipcios poseyeron un considerable conocimiento de la química y
del uso de óxidos metálicos, como quedó evidenciado en los colores aplicados a
sus piezas de vidrio y porcelana; y ellos incluso estaban familiarizados con
los efectos de los ácidos sobre los colores y eran capaces de lograr matices en
las tinturas de las telas utilizando métodos similares a los que nosotros
empleamos en nuestros trabajos sobre el algodón."

En su libro "Antiguo Egipto: la Luz del Mundo" (1907), Gerald Massy admitió
que Imhotep, el multifacético genio negro, fue el verdadero "padre de la
medicina" y no, como se sostiene erróneamente, el médico griego Hipócrates. Imhotep
era un antiguo egipcio que vivió aproximadamente en el 2300 antes de Cristo.
Los documentos muestran que tanto Grecia como Roma tomaron sus conocimientos de
medicina de él. El era venerado en Roma como el "Príncipe de la Paz en la
forma de un hombre negro". También fue un arquitecto adelantado a su tiempo, y
sirvió como primer ministro del rey Zoser.

Hipócrates, el llamado "padre de la medicina", vivió 2.000 años después de
Imhotep. Sin embargo, todavía el juramento tomado a los médicos de la era
moderna observa un código de ética médica basada en Hipócrates y no en Imhotep.

Este rechazo o falta de reconocimiento de las invenciones y descubrimientos
de los negros la razón por la que personas como el maestro ghaniano pueden
decir que los negros no han inventado nada. Invenciones tales como el papel, la
elaboración de zapatos, las bebidas alcohólicas, los cosméticos, las
bibliotecas, la arquitectura y muchos más han sido obra de personas negras mucho antes
del florecimiento de Europa.

Arthur Weigall ("Personalidades de la Antigüedad", publicado en 1928) admite
que Akhenatón, el monarca negro del antiguo Egipto, fue la primera persona en
predicar la creencia en un Dios todopoderoso, todo amor.

"En los primeros años de su reinado _escribe Weigall_, cuando todavía era un
muchacho, Akhenatón promulgó una doctrina que estaba en su aspecto exterior un
culto del poder invisible e intangible, llamado Aton. Se hacía visible para
la humanidad en la luz del sol, generadora de vida, pero en su significado más
profundo, simplemente era la creencia en un único Dios, todopoderoso, padre de
todas las criaturas vivientes y por quien todas las cosas tenían su razón de
ser."

Sobre Akhenatón, J. A. Rogers ("Los grandes hombres de color del mundo")
escribió: "Siglos antes del rey David, él escribió salmos tan bonitos como
aquéllos del monarca judío. Trescientos años antes de Cristo, Akhenaton predicó y
vivió un evangelio de amor perfecto, hermandad y verdad. Dos mil años antes de
Mahoma, él enseñó la doctrina de un solo Dios. Tres mil años antes que Darwin,
él se dio cuenta de la unidad que atraviesa todas las cosas vivientes."

Cuando Akhenatón predicaba su creencia en un solo Dios todoperoso, era
considerado un hereje. Así, la creencia moderna en un Dios omnipotente, tan cara
para cristianos, judíos y musulmanes, en verdad es una consecuencia del
pensamiento de Akehnatón, cuyos orígenes son muy anteriores a la era judeocristiana.

Más invenciones negras

En la era romana, un hombre negro ahora olvidado, Tiro (nacido hacia el 103
antes de Cristio) fue el inventor de la escritura taquigráfica.

Varios historiadores han recordado a Tiro como secretario de Marco Tulio
Cicero. Cicero amaba dictar sus cartas a Tiro, que las escribía en taquigrafía.
¿Cuántos siglos pasaron desde el año 63 antes de Cristo hasta el 1837 de nuestra
era, cuando el inglés Isaac Pitman "inventó" su taquigrafía?

Otro historiador, Charles Rollin, cuenta que los egipcios, a raíz de las
inundaciones provocadas por el Nilo, estaban obligados a medir a menudo su país y
para ese propósito idearon un método que dio origen a la geometría. Ese método
pasó de Egipto a Grecia, y se cree que fue Thales de Mileto quien lo llevó en
uno de sus viajes.

Y si algo faltaba para asombro del maestro ghaniano, Esopo, que vivió en el
siglo VI antes de cristo, también era negro. Según Planudes el Grande, en el
siglo XIV un monje a quien le debemos la forma actual de las fábulas de Esopo,
lo describió "con labios gruesos y piel negra". La influencia de Esopo en el
pensamiento y la moral occidental es profunda. Platón, Sócrates, Aristófanes,
Shakespeare, La Fontaine y otros grandes pensadores se inspiraron en su
sabiduría.

La era moderna

Sin duda, la invención de un negro más visible de la era moderna son los
semáforos.

Garret Morgan, un afroamericano (nacido en Kentucky, EE.UU., el 4 de marzo de
1877), inventó el sistema automático de señales de tránsito en 1923, y
después vendió los derechos a la corporación General Electric por 40.000 dólares.

Morgan, el séptimo de 11 hermanos, sólo tenía una educación escolar
elemental, pero era extremadamente inteligente. Comenzó su vida laboral como técnico de
máquinas de coser y rápidamente inventó un sistema para perfeccionar las
máquinas, que vendió en 1901 en menos de 50 dólares.

Morgan también inventó la primera máscara de gas en 1912, por la que obtuvo
una patente del gobierno norteamericano. Seguidamente puso una compañía para
fabricar las máscaras. El negocio inicialmente fue bueno, sobre todo durante el
Primera Guerra Mundial, pero cuando sus clientes descubrieron que él era
negro, las ventas empezaron a disminuir. Morgan intentó engañar a sus clientes
racistas inventando una crema que se aplicaba para alisar el pelo y pasar como un
indio de la reservación Walpole, en Canadá. Murió en 1963, a los 86 años.

Otro de los grandes inventores negros fue Elijah McCoy. Había nacido el 2 de
mayo de 1843 en Colchester, Ontario, Canadá. Sus padres habían escapado de la
esclavitud de América del Sur y fueron a vivir a Canadá con sus 12 niños.

De joven Elijah fue bueno para la mecánica. Después de estudiar en Edimburgo
(Escocia), regresó a Canadá, pero no podía encontrar trabajo. Terminó en
EE.UU., donde consiguió empleo como operario ferroviario en Detroit, Michigan. Era
el encargado de engrasar las maquinarias. McCoy se planteó desarrollar un
sistema de engrase que no obligara a parar el funcionamiento de las máquinas, y en
1872 inventó un sistema de goteo para máquinas de vapor que permitió
engrasarlas durante la marcha. Cuando murió, en 1929, McCoy tenía más de 50 patentes a
su nombre, inclusive una mesa de hierro y un rociador de césped. Su
dispositivo de engrase para las máquinas de vapor cimentó la revolución industrial del
Siglo XX.

De vuelta a casa en Africa, el científico ghaniano Raphael E. Armattoe
(1913-1953), candidato al Premio de Nobel de Medicina en 1948, encontró la cura para
la enfermedad del gusano de agua de Guinea con su droga Abochi en los años
cuarenta. Él también hizo una extensa investigación sobre las diferentes
especies de hierbas y raíces africanas de uso medicinal.

Los inventores negros de EE.UU.

Sólo en los Estados Unidos, miles de inventores y científicos negros han
contribuido enormemente al desarrollo nacional, sino mundial, sin ningún
reconocimiento. Esta es una muestra -una muestra pequeña- de inventores negros de los
Estados Unidos en la era moderna:

En medicina, Charles R. Drew fue el pionero en el desarrollo del banco de
sangre. En 1940, su trabajo con el plasma y el almacenamiento abrió el camino
para el desarrollo de los bancos de sangre en los Estados Unidos.

En 1935, el doctor William Hinton publicó el primer libro de texto médico
escrito por un afroamericano, basado en su investigación en sífilis.

El físico Lloyd Quarterman jugó un papel crucial en el equipo científico
norteamericano que desarrolló el primer reactor nuclear en los años treinta e
inició la era atómica en el mundo.

Otro físico, Robert E. Shurney, desarrolló los neumáticos de malla de alambre
para el robot de la Apolo XV que alunizó en 1972.

George Washington Carver, un genio agrícola, desarrolló nuevos métodos de
cultivo que salvaron la economía del sur de los EE.UU. en los años veinte. En
1927 hizo inmensas mejoras al proceso de fabricación de pinturas y colorantes.
También investigó ampliamente en la tierra y las enfermedades de las plantas, y
desarrolló 325 productos derivados del maní, entre ellos tintas, alimentos y
productos cosméticos.

Jan Ernst Matzeliger (1852-1889) inventó la "máquina sin fin" que impactó
grandemente en la industria de la zapatería del mundo. Obtuvo una patente del
gobierno en 1883. Luego vendió los derechos a la firma Consolidated Hand Method
Lasting Machine Co. Cuando murió, en 1889, tenía otras 37 patentes a su nombre.
Estados Unidos lo honró en 1992 con una estampilla de correo con su retrato.

El doctor Ernest E. Just (1883-1941) estudió la fertilización y la estructura
celular del huevo antes de la Primera Guerra Mundial. Él le dio al mundo la
primera visión de la arquitectura humana al explicar cómo trabajan las células.

Granville T. Woods (1856-1910) inventó un nuevo transmisor del teléfono que
revolucionó la calidad y distancia a la que podía viajar el sonido. La compañía
de teléfonos Bell compró la patente de Woods, cuyo trabajo más memorable fue
la mejora que logró para los ferrocarrilles. Primeramente, él inventó el
"sistema de telegrafía ferroviario", que permitió enviar mensajes de tren a tren,
pero en 1888 mejoró su invento con un sistema que permitió electrificar los
trenes.

¿Más? La lista es inagotable. Veamos algunos otros inventores negros.

Richard Spikes desarrolló la caja de cambios automáticos para los automóviles
en 1932.

George Carruthers, un astrofísico de la NASA, desarrolló la cámara remota
ultravioleta que se usó en la misión de la Apolo XVI y que permitió al mundo
tener una visión de los cráteres de la luna en los años setenta. Su combinación de
telescopio y cámara es aún usada en las misiones de los transbordadores.

En 1986, la doctora Patricia E. Bath, una oftalmóloga, inventó un dispositivo
láser que se ha usado desde entonces en la cirugía de cataratas.

En 1989 el doctor Philip Emeagwali, un inmigrante nigeriano en los EE.UU.,
realizó el cálculo de computadora más rápido del mundo, una asombrosa operación
de 3.100 millones de cálculos por segundo. Su aporte ha cambiado la manera de
estudiar el calentamiento global y las condiciones del tiempo y también ha
ayudado a determinar cómo el petróleo fluye bajo la tierra.

El doctor Daniel Hale Williams fue el primero en realizar, en 1893, una
operación de corazón en un hombre.

El químico Percy L. Julian, "uno de los más grandes científicos del siglo
XX", según la revista Ébano, abrió el camino para el desarrollo del tratamiento
del mal de Alzheimer y del glaucoma con sus experimentos en 1933. "Su
investigación en la síntesis de la fisostigmina, una droga para tratar el glaucoma,
determinó que mejora la memoria de los pacientes del mal de Alzheimer y sirvió
como antídoto del gas nervioso," según Ébano.

Benjamín Banniker fue el primer inventor afroamericano notable. Él hizo el
primer reloj en los Estados Unidos América y experimentó en astrología. Después,
fue asistente del francés LaFlan, quien planificó la ciudad de Washington.
Cuando LaFlan dejó el país desencantado con los norteamericanos, Banniker
recordó los planos y se convirtió en el verdadero responsable del diseño de la
ciudad, una de las pocas en los Estados Unidos con calles suficientemente anchas
como para permitir el paso de 10 automóviles al mismo tiempo."

* Los songhay fueron un pueblo negroafricano de las orillas del Níger medio,
mezcla de tuareg y fulbe. En el siglo VII u VIII crearon un imperio con
capital en Kukya y después en Gao (1010). Controlaban las rutas de las caravanas del
Sáhara central, que llevaban a Tombuctú el oro del Sudán y rgresaban con la
sal de las salinas de Teghazza, en el norte del Sáhara. En 1591 el imperio fue
destruido por los marroquíes.

La fuente: Científicos negros e Inventores, editado en el Reino Unido por BIS
Publications.










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