Así cómo la SHELL y la Standard Oil Co. convirtieron extensas zonas suramericanas en teatros de guerra: Bolivia, Paraguay, Perú, Ecuador y Colombia, en Venezuela se disputaron con ferocidad el territorio del Zulia. Todo, por meros intereses económicos, tal cual como hoy estamos viendo en Bolivia. Los capitalistas nativos de estas regiones no tienen sentido de patria y siempre acaban vendiéndose como vulgares putas por el eterno plato de lentejas.
La guerra de abogados y el control sobre ministros de Juan Vicente Gómez era una de las prácticas más comunes, de estas dos compañías en nuestro territorio. Así nos encontramos con que Pedro Tinoco al tiempo que se desempeñaba como ministro de Relaciones Interiores del tirano, actuaba también como representante legal de la CREOLE. Por su parte, el gran defensor de la SHELL era el señor Antonio Álamo, ministros de Fomento. Antonio Álamo se dedicó con ahínco, más que atender los problemas del país, a luchar porque no prosperase ante la Corte Federal y de Casación una demanda de nulidad de la Concesión Valladares introducida el 9 de noviembre de 1929 por el norteamericano Harry M. Shumacher. La demanda fue declarada sin lugar, lo constituyó un gran triunfo para CREOLE, porque así ésta podría tener participación sobre enormes extensiones de tierra que antes monopolizaba exclusivamente la SHELL en los Estados Zulia, Anzoátegui, Carabobo, Falcón, Lara, Mérida, Trujillo, Táchira, Sucre y Territorio Federal Delta Amacuro.
Dentro de esta guerra sorda y tenaz de las compañías petroleras, cayó el rico Estado Zulia. Para preparar la secesión y controlar mejor los poderosos yacimientos de esta región, en 1928, un equipo de expertos norteamericanos, con la ayuda de sabuesos colombianos, comenzó a maquinar el complot. Para tal negocio se prestó el Presidente del Estado, Vincencio Pérez Soto, quien comenzó a recibir órdenes del gerente general del Royal Bank of Canada en Maracaibo, míster Muchel. Se comenzó a idear la fulana República Independiente del Zulia, así como se había conseguido la creación de la República de Panamá. En seguida, William Tecumseh Shermann Doyle, Herbert Stabler y Broker representantes respectivamente de la SHELL, Gulf Oil co. y la CREOLE se dieron a la tarea de armar la desvergonzada trama. A Pérez Soto le ofrecieron apoyo diplomático de Londres y Washington, con recursos financieros y toda clase de armamentos. William Tecumseh Shermann Doyle, había sido director de la División de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado y a partir de 1921 comenzó a desempeñarse como Director General de los intereses de la SHELL en Venezuela. Trataba al tirano con una enorme confianza y le “quería como a un padre”.
Todo iba muy bien, cuando la Gulf Oil co. descubre enormes yacimiento de petróleo de calidad en Oriente. Su dueño, el mafioso y multimillonario Andrew Mellon, le habló de delincuente a delincuente a Gómez, amenazándole con que si no le daba toda esa concesión organizaría una expedición armada para derrocarlo. El tirano se puso mansito y dio todo lo que le exigió la Gulf Oil co., por lo que entonces Mellon se preguntó, ¿para qué meterse en problemas con unos socios nada confiables?
Al perder el apoyo del Mellon, la CREOLE también se retiró del negocio.
En junio de 1928, circuló en Baltimore un manifiesto titulado: “A mis compatriotas: La independencia del Zulia”. Lo firmaba Asisclo Rincón quien denunciaba los planes de Pérez Soto para separar el Zulia de Venezuela. Decía este documento: “En sus groseros y ambiciosos planes ha enviado a este país, una comisión secreta encargada de tratar, con un muy conocido zuliano, lo referente al apoyo militar y económico que los Estados Unidos prestaría al Dictadorcito del Zulia, para llevar a cabo la segregación de este Estado de los Estados Unidos de Venezuela. El mismo Dr. Rivas ha venido dos veces en aeroplano de La Habana a negociar con la citada comisión poniendo a disposición de ella la cooperación del tiránico Gobierno de Cuba (del cual es servil esbirro) a fin de que, repitiéndose el caso de Colombia y Panamá cuando castro reconoció a la segunda como nación soberana e independiente, la República del Zulia sea inmediatamente reconocida por como tal por el General Gerardo Machado, factor americano en Cuba”[1]
El odio entre nuestras naciones siempre fue muy bien administrado y utilizado por la Casa Blanca. Realmente no podemos estar en absoluto con aquella posición de Cipriano Castro quien por odiar a los colombianos quienes nos habían invadido, entonces dio apoyo a la secesión de Panamá. Hoy, afortunadamente no estamos tan divididos, y vamos a impedir que los fascistas de Santa Cruz puedan desmembrar a Bolivia. Todos nosotros, el pueblo de Venezuela, estamos con Evo Morales.
[1] Nora Bustamante, Isaías Medina Angarita –Aspectos Históricos de su Gobierno, Fondo Editorial Lola de Fuenmayor, Universidad Santa María, Caracas (Venezuela), 1985, págs. 230, 231.
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