Leemos la noticia y de inmediato reflexionamos en el asunto. Nuestro apreciado presidente visitará al rey Juan Carlos de España en su periplo internacional que buenos frutos nos debe traer, sobre todo con la Europa del este. Fui crítico de la indeseable visita del narcoparaco Uribe y no nos equivocamos. No habían pasado 24 horas del encuentro presidencial cuando el vomitivo ministro Santos, de Colombia, enfiló su veneno contra el señor presidente Chávez. Otra vez el amigo Chávez le pide al lacayo Uribe que controle a su ministro verbodiarréico por sus infames declaraciones. Usted, carísimo presidente, dijo que en su caso habría destituido a un ministro así. ¿Y por qué el paraco Uribe no lo hace? Porque son víboras del mismo pozo, están de acuerdo y esas acciones ya han sido preparadas de antemano. ¿Será que usted, estimado presidente, no escucha al pueblo que le pide que no sea tan ingenuo y pasado de buena gente? ¿La voz del pueblo no es la voz de Dios? ¿En qué quedamos, amigo Chávez?
Ahora usted nos anuncia la visita al parásito rey de España. Como somos libres de opinar, gracias a la democracia participativa de esta incipiente revolución, de mi parte rechazo de plano tal visita al monarca de marras. Ojalá y la noticia no sea verdadera y sean meras especulaciones, pero de ser cierto, será otra decepción. Un jefe de estado que manda a callar la boca a otro mandatario es lo más insolente, vulgar, grotesco, falta de respeto y bochornoso que se pueda ver en una reunión de presidentes y afines. Es un insulto a la dignidad personal y a la del pueblo mismo; nosotros nos sentimos muy ofendidos por un parásito rey (envuelto en negocios extraños, de paso) que nos hace semejante afrenta. Entiendo que por estrategias diplomáticas y comerciales se dispense una visita al pseudosocialista Rodríguez Zapatero pero ir al palacio de la zarzuela para rendirle homenaje a un vulgar reyecito, no puede ser asimilado por mi mente y mi corazón. La injuria fue demasiado lejos, nunca se vio algo parecido en décadas y debemos tener dignidad para no saludar, por iniciativa nuestra, a quien ofendió al presidente y a la patria de Bolívar. Si nuestro líder se tropieza con el triste personaje en una reunión internacional ya es otra cosa, se le daría un saludo hipócrita y frío por merecimiento, nada más.
Con todo respeto, señor presidente, se equivoca de nuevo en el mundo de relaciones internacionales. Ofrézcales un fuerte abrazo a nuestros amigos de países ya conocidos, que nos valoran y respetan y deje a un lado a esos presidentes y jefes de estado que lo odian, que lo ofenden, que lo menosprecian. Europa se definió por una ley criminal como la llamada Directiva de Retorno. Ellos se creen superiores a nosotros, después de haber invadido países, islas y continentes enteros, son imperialistas, se doblegan ante los EE.UU., son racistas y clasistas, en fin, nos desprecian. Allá ellos. Nosotros somos ricos en energía, minería, biodiversidad y, lo más importante, somos gente solidaria, hospitalaria y contrarios al racismo estúpido. Estamos orgullosos de nuestra patria y de nuestros libertadores heroicos. No hemos sido invasores de países ni saqueadores de sus riquezas, o sea, no hemos sido bandidos, ladrones ni asesinos. Dejad que los súbditos entierren a sus reyes mientras nosotros sembramos el socialismo bolivariano.
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