En América Latina existe un país donde no hay niños de la calle: Cuba, así comienza el capítulo dedicado por la periodista mexicana Judiht Calderón en su libro 'Infancia sin amparo', publicado en la Ciudad de México.
En declaraciones la joven comunicadora del diario La Jornada señaló que los gobiernos deberían destinar más recursos económicos y programas a la educación y la salud, como hace Cuba, de lo contrario ese fenómeno social continuará de mal en peor.
'Existe desamparo hacia la niñez en México y en otros países del mundo, pero uno de los que se salva de este fenómeno es Cuba porque sí tiene como prioridad a la infancia y le dedica presupuesto a su educación y salud', afirmó Calderón.
Los cubanos son ricos aunque el país no sea del llamado Primer Mundo porque existe la conciencia de que los niños son lo más importante de una sociedad, señaló al presentar su libro.
El lugar de un infante no es la calle y en Cuba hace rato que existe conciencia de ello, añadió, y expresó que las sociedades están en tiempo de hacer el intento por recuperar del abandono a sus más jóvenes ciudadanos porque existe esperanza en ellos.
Apuntó que en otras naciones como Estados Unidos, con recursos económicos y naturales, existe una infancia desprotegida, por lo cual se reafirma la tesis de que la voluntad política define en gran medida la existencia o no de este fenómeno.
Varios entrevistados por Calderón en su libro coincidieron en que el hecho de que en la Isla la situación es diferente por un proyecto social y de trabajo de conjunto de diferentes organizaciones y de una voluntad política evidente.
En una reflexión colectiva sobre el tema del libro, la psicóloga Andrea Bare señaló que son espeluznantes -al menos en México- las cifras de los llamados niños de la calle, a quienes describió como 'pájaros heridos'.
Con respecto al tema de Cuba se preguntó de forma irónica si acaso el bloqueo que Estados Unidos mantiene sobre la Isla hace más de 40 años también la ha limitado a ésta de tal fenómeno y dijo que el país caribeño ha puesto el ejemplo de lo que es posible hacer.
Por la parte cubana, el diplomático Alejandro Pila, agregado cultural, dijo que su país, a pesar de las adversidades económicas, ha podido atender a su niñez por la voluntad política del gobierno.
Señaló que, incluso, en la década de los años 90 de fines del siglo pasado, cuando la crisis económica se hizo más aguda al perder el país el 85 por ciento de su comercio que se realizaba con el campo socialista, el Estado cubano no se permitió cerrar una escuela, un aula y dejar sin empleo a uno solo de los maestros.
Expuso que la cobertura educacional para este segmento poblacional en Cuba es del ciento por ciento, al tiempo que desde que las madres comienzan a gestar reciben un tratamiento esmerado de vigilancia y control, y ya al nacer el niño se le vacuna durante sus primeros años de vida contra 13 enfermedades, de forma gratuita.
Enumeró los programas sociales vigentes que dan protección a la niñez, como la más reciente aprobación de un decreto que concede a las mujeres un año de licencia de maternidad para que cuide de su vástago en esa primera etapa de la vida.
Cuba, sin embargo, acotó, no se sienta a vanagloriarse de sus triunfos en este campo, sino que no se ha detenido y trabaja para perfeccionar la obra.