Declarado terrorista por tener un nombre "parecido"

Nota de Aporrea: Cuidado con ese tal "Loo-Jin-O Braz Al-Zee" porque es peligroso.
Con mucho interés leemos en los cables de agencias internacionales que un avión de la aerolínea British Airways, que partió de Londres rumbo a Washington DC el 31 de diciembre de 2003 en la noche, fue víctimas de medidas extraordinarias de seguridad pues se sospechaba que iba a ser usado para algún atentado. "El vuelo 223 de British Airways fue escoltado por aviones caza hasta Dulles (un aeropuerto internacional de Washington DC) después de que autoridades afirmaron que los nombres de cerca de una docena de pasajeros se parecían a los que se encontraban en una lista de 'terroristas' ", reza un cable de Associated Press.
 
Las "autoridades" interrogaron por varias horas a los "sospechosos" y los revisaron completamente, hasta cerciorarse de que no fueran "agentes del terror". No se detallan cómo fueron los interrogatorios, a cuantas personas obligaron a saltar como una rana o cuantos varones recibieron un examen de próstata gratuito durante el procedimiento. Pero la experiencia de ser interrogado durante 6 ó 7 horas por uno de esos "super-policías" no debe ser nada envidiable.
 
Es aquí donde me pregunto: ¿A la verga, ahora tener un nombre extraño es un crimen? ¿Hasta dónde está decayendo la "tierra de las libertades", que ya persiguen a los ciudadanos hasta por tener un nombre que ellos consideren "sospechoso"? El crimen ya no es llamarse Osama Bin Laden... ¡es tener un nombre parecido a cualquiera de las 12 millones de personas que aparecen en una lista de "potenciales terroristas"! Ya me imagino a alguno de esos pasajeros británicos gritar: "¡Pongan presa a mi mamá, ella fue la que me puso mi nombre!"
 
Eso me recuerda al primer o segundo capítulo del libro "Estúpidos hombres blancos" de Michael Moore (pude leer muy poquitas cosas del libro antes de que mi novia me lo quitara y luego me notificara que ese iba a ser su regalo de navidad... ¡ni modo!). En él, el ganador del Oscar 2002 cuenta las peripecias que tuvo que realizar el actual presidente estadounidense para ganar el trono, en aquel mes cuando el mundo entero desconocía si Bush o Al Gore habían ganado las elecciones. Moore narra cómo personas ligadas al gobernador de Florida, Jeb Bush (el hermanito de George W.), ordenaron excluir del registro electoral de dicho estado a miles de personas que tenían antecedentes penales, incluyendo a muchísimos afroestadounidenses (en su mayoría demócratas).
 
Pero no contentos con esto, contrataron a una empresa de informática que excluyó del registro electoral a MILES de personas sólo por tener nombres PARECIDOS a los de convictos o ex-convictos del estado de Florida. ¿Qué tal? Y esos miles no pudieron votar.
 
Yo también me pregunto si el parecido de Bush con Hitler no merece un castigo, o si el parecido que tienen los Estados Unidos con la Oceanía de George Orwell no merece que algún ejército extranjero intervenga para liberarla. 
 


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Luigino Bracci

Estrecho colaborador y antiguo miembro del equipo editor de Aporrea. Bracci es un celoso defensor del Software Libre y de la libertad de expresión.

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