Cuidado, los ecologistas también son políticos

En las últimas intervenciones del Presidente Chávez se ha mencionado el Proyecto Ferroviario del Sur que conjuntamente con el Oleoducto del Sur constituyen vínculos físicos de unión entre países hermanos, que siempre han estado de espaldas unos de otros. Y esto no es más que por haber seguido lineamientos dictados desde organismos internacionales de supuesta “ayuda”, pero que responden a poderes económicos imperiales concentrados en los países ricos. 

      En un artículo firmado por Carlos Chirinos, publicado por Latam msn Noticias, se hace referencia al asunto de una manera bastante objetiva; sin embargo, cita la opinión de Franklin Rojas, de la organización ecologista Provita, quien afirma que: "Son megaproyectos de desarrollo que se están haciendo de espaldas a la parte ambiental”, “El Amazonas es uno de los grandes reguladores del clima” y "lo que más afecta a la naturaleza y las comunidades locales es la apertura de nuevas vías de penetración". Luego agrega: "En principio legalmente no se podría hacer, porque estamos hablando de zonas protegidas nacional e internacionalmente", para terminar diciendo: “la mejor opción es que el comercio suramericano siga moviéndose vía marítima para evitar el daño que generan las grandes obras de infraestructura”.

      Aquí hay algunas imprecisiones que llaman la atención:

  1. Cuando se dice que son proyectos que se están haciendo de espaldas a la parte ambiental, se coloca a los ideólogos del proyecto como irresponsables, cuando lo cierto es que sólo se ha planteado la idea y en su desarrollo será cuando se deban estudiar alternativas evaluadas desde ese punto de vista. Irresponsable es, en todo caso, atacar bajo supuestos, tratando de impedir de ante mano nuestras posibilidades de evolución y crecimiento.
  2. Cuando se afirma que lo que más afecta a la naturaleza y las comunidades locales es la apertura de nuevas vías de penetración, se mezcla hábilmente lo cierto con lo falso para confundir; porque si bien es cierto que las vías de penetración pueden afectar la naturaleza, bien falso es que estas afecten a las comunidades locales, generalmente bien empobrecidas por no poder intercambiar su producción y en general, su esfuerzo, con centros económicos y sociales de sus propios países. Que deba actuarse en la mayor consideración al ambiente no quiere decir que deban abandonarse a su suerte, pueblos campesinos e indígenas que también son parte de la “naturaleza”.
  3. Cuando se asegura que en principio legalmente no se podría hacer, porque estamos hablando de zonas protegidas nacional e internacionalmente, se otorga a extraños (que han destruido y siguen destruyendo el mundo), el derecho a regirnos e imponernos sus normas imperiales. De hecho, ha sido denunciado ya, el texto de 6° grado “Introducción a la Geografía” del autor David Norman, que estudian los niños en los Estados Unidos, que habla de La Amazonía, como: “localizada en América del Sur, una de las regiones más pobres del mundo, es parte de ocho países diferentes y extraños, irresponsables, crueles y autoritarios…, pueblos crueles, de tráfico de drogas y además, son pueblos incultos e ignorantes… , pudiendo causar la muerte de todo el mundo dentro de pocos años…”. Aceptar estos improperios o manifestarse en esta línea de pensamiento  ¿Será ecología o sumisión al imperialismo?... ¿Será protección del ambiente o protegerlo para que el imperio, a su debido tiempo, lo use para saciar su sed de minerales para la guerra y maíz para el combustible de sus máquinas?
  4. Cuando se sostiene que la mejor opción es que el comercio suramericano siga moviéndose vía marítima para evitar el daño que generan las grandes obras de infraestructura, se está condenando a nuestros pueblos al subdesarrollo, a la pobreza y a la vulnerabilidad, para disminuirnos a la condición de pasto para el futuro de aquellos poderosos países que a pesar de sus riquezas no han sabido desarrollarse sin destruir sus propios territorios.

      El problema de nuestra independencia como región, la sobrevivencia de nuestros pueblos y nuestro desarrollo y enriquecimiento pasa de manera importante por la ecología; pero más que detener todo intento de pensar en un futuro más próspero, en base a mejorar nuestra infraestructura, debemos esforzarnos por hacerlo mejor. No a campo traviesa y a tiros como han hecho los gringos, sino con la inteligencia de estos pueblos que de extraños, irresponsables, crueles y autoritarios tenemos mucho menos que ellos. 
 
 

Ing. José Claudio Laya Mimó

Profesor Universitario y Artista Plástico

C.I. 2.121.388

joseclaudiolaya@hotmail.com



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José Claudio Laya M.

Profesor Universitario

 joseclaudiolaya@hotmail.com

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