Unos de los temas que ha hecho ruido en los medios de comunicación en las ultimas semanas trata sobre el cambio de uso de la tierra en los terrenos en proceso de expropiación en los llanos occidentales donde la empresa Smurfit Kappa Cartón de Venezuela ha manejado plantaciones de eucaliptos y otras especies como pino y melina desde inicios de la década de los ochenta. Hasta el mismo presidente Chávez expreso públicamente su preocupación por que en sus propias palabras estos árboles “se chupan casi todo el agua del subsuelo”. Existe suficiente investigación en esta área para echar por tierra esta afirmación. El problema es que quienes asesoran al presidente o no conocen lo que en el campo científico se sabe al respecto, o lo saben y por no contrariar una ideología y ser tildados de contrarrevolucionarios prefieren quedarse callados a sabiendas del daño que su silencio puede causar al medio ambiente, y a la economía nacional. De los factores que influyen en que las plantaciones de eucaliptos o de cualquier otra especie arbórea afecten o no la hidrologia de una cuenca se podrían escribir innumerables paginas, de hecho ya están escritas y todo apunta a que en las condiciones particulares de los llanos occidentales, el efecto de las plantaciones de eucaliptos no podría ser distinto al causado por los otros cultivos que se desarrollan en la región. Pero ya que en nuestro país nunca le hemos hecho caso a lo que diga la ciencia. Entonces al menos saquemos esta cuenta juntos para ver si vale la pena o no cambiar el uso de la tierra en estos terrenos. Venezuela es un país en crecimiento cuya demanda por productos derivados del bosque (incluyendo el papel con que nos limpiamos al ir al baño) va en ascenso. La mayoría de los productos de papel y cartón requieren de una mezcla de fibras largas y cortas provenientes de la madera, la fibra larga la proporcionan los pinos de las plantaciones del oriente del país. La fibra corta la proporcionan especies de hoja ancha como el eucalipto u otros árboles de nuestro bosque natural. Hasta el momento las plantaciones de eucaliptos del occidente del país han cumplido con suplir buena parte de esta demanda y es importante dejar claro que esta demanda va a estar presente con o sin plantaciones. Esto quiere decir que si la materia prima no sale de las plantaciones de eucaliptos, entonces saldrá del bosque natural o tendrá que ser importada.
Para una Venezuela revolucionaria en vía a la autosuficiencia el colmo seria tener que importar productos derivados del bosque cuando nuestro país cuenta con un potencial extraordinario para producirlos. Bajo esta realidad queda claro que un verdadero revolucionario jamás se limpiaría el trasero con papel importado. Entonces, si decidimos acabar con las plantaciones de eucalipto, la otra opción que nos queda es sacar esta materia prima del bosque natural. Aquí es donde entramos en los números: Existen actualmente alrededor de 25.000 hectáreas de plantación en los llanos occidentales, no todas están plantadas con eucaliptos, también existen áreas plantadas con pino y melina. En promedio estas plantaciones tienen el potencial de crecer y por ende de producir unos 25 metros cúbicos de madera por hectárea al año y esto es un cálculo conservador. Con este potencial de crecimiento estas plantaciones serian capaces de contribuir con 625.000 de metros cúbicos de madera al año para suplir la demanda nacional. Si en lugar de obtener esta madera de las plantaciones decidimos obtenerla del bosque natural, el cual crece unos 10 metros cúbicos de madera por hectárea al año y esto es una estimación un tanto optimista, entonces tendríamos que intervenir unas 62.500 hectáreas para suplir la misma demanda. Esto es 2,5 veces el área que esta bajo plantaciones. A esta comparación hay que adicionar un elemento que es fundamental en la conservación de los recursos naturales y es el hecho que las plantaciones de eucalipto en los llanos occidentales han demostrado un rendimiento sostenible en el tiempo a diferencia de las intervenciones del bosque natural las cuales históricamente han generado invasiones y cambios en el uso de la tierra. Para comprobar esto basta revisar los mapas de vegetación del país y ubicar en ellos las reservas forestales de Turen, Ticoporo y Caparo. Lo que hace cincuenta años eran extensiones considerables de bosque natural hoy día son parchecitos aislados de bosque rodeados por grandes extensiones de potreros donde se practica la ganadería extensiva. Entender esta diferencia en el manejo de los recursos es fundamental; por un lado tenemos 25.000 hectáreas de plantación produciendo a perpetuidad, por el otro tenemos 62.500 hectáreas de bosque natural que una vez aprovechadas nunca recuperaran su cobertura boscosa pues pasaran a usos agrícolas o pecuarios. Esta última opción por supuesto implica la perdida de diversidad en flora y fauna y todos los otros bienes y servicios ambientales que proveen nuestros bosques naturales y la necesidad de continuar interviniendo mas area del bosque para suplir la demanda. Se entiende que la soberanía alimentaría debe ser prioritaria para el país y para el actual proyecto de gobierno, pero todos coincidimos en que Venezuela es un país muy grande y con muchos recursos en relación con su población actual, no es posible que estemos tan enfocados en producir alimentos que vamos a dejar a un lado las otras líneas de producción para las cuales el país ofrece un gran potencial. Quiere esto decir que además de las plantaciones forestales también nos vamos a olvidar de los cultivos de algodón, o de la caña de azúcar para hacer ron porque sus productos no alimentan? Garantizar el desarrollo integral del país también incluye el desarrollo de industrias que no están directamente relacionadas con la alimentación de la población. Cuando el presidente Chávez ha querido realzar algún logro de su gobierno siempre a dicho “los números no mienten” esta es una gran verdad, ya es hora que alguno de sus asesores se arme de valor y le muestre estos números al presidente. De no corregir el rumbo hacia un desarrollo integral y reconocer el verdadero valor de las plantaciones de eucalipto nos veremos frente a dos opciones: o terminamos de acabar con nuestros bosques naturales para suplir a la industria papelera de fibra corta, o nos tragamos el orgullo y usamos productos derivados del bosque elaborados en otros países. Seria realmente vergonzoso que al nivel tecnológico que ha alcanzado el mundo nuestro país se conozca por producir solamente petróleo, granos y cereales. la solución esta en nuestras manos. Que hacer? Contacte al diputado de su región y exíjale que esto se discuta en la asamblea nacional. Así se hacen las cosas en la democracia participativa. Si conoce a algún asesor de la presidencia en materia ambiental háblele de esta situación. Si necesitan corroborar las bases científicas que apoyan la sustentabilidad de las plantaciones de eucaliptos contacten a la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la ULA o a este su servidor
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