Una sociedad comercial y empresarial, que nunca ha estado formada por la buena voluntad de ningún modo escuchará la voz de un pueblo que estira sus ingresos y trata de guardar ahorros. Ahora, todos los empleados de la administración pública y privada nuevamente han sido sorprendidos por la usura del mercado.
La bajeza de todos los negocios que en este país reciben el bono de alimentación a través del denominado cestatike, nuevamente estafan a los usuarios. Los comerciantes inescrupulosos aglutinados en FEDECAMARAS; CONSECOMERCIO y todo el monopolio de la cadena productora de los artículos y bienes de primera necesidad no tienen límites en su estafa, ahora no regresan lo que sobra por la compra de cualquier producto de primera necesidad. .
El Indepabis una vez había solucionado esta situación, pero en nuestra sociedad las luchas se olvidan fácilmente y nuevamente ha quedado abierta la vorágine bárbara de la usura que no es otra cosa que la estafa.
Y como si esto fuera poco en los Mercales y PDVALES no es aceptado el cestatike, esto es grave, más aun cuando se expresa a viva voz que estamos montando una nueva propuesta de relaciones económicas y de mercado.
Uno se pregunta cómo en revolución con un proceso enmarcado en el llamado Socialismo del Siglo XXI se permite, entre otros muchos más abusos, que ahora la nueva modalidad sea NO devolver el dinero sobrante que se facture y sobrepase el valor de los cestatikes.
¿Cómo montamos el modelo de una economía distinta y diferente?, basada en el respeto de lo que cada uno tiene bajo el esfuerzo del trabajo. ¿Cómo podemos motivar a una sociedad? con ansias de ver cambios sustantivos y reales dentro de un modelo que acabe con el despilfarro, con la usura, con la tracalería de los empresarios y dueños de servicios públicos.
Igualmente es irónico ver a nuevos venezolanos recién cedulados, muchos dueños de estos negocios donde se compra el pan, la harina pan, un litro de aceite, un kilo de arroz, azúcar y caraotas, verlos explotar a nuestra gente, que casi ruega y pide que por favor les devuelvan las monedas que sobran que eso sirve para mañana comprar los huevos del desayuno. Se van con una gran pena porque ven que su dinero otro se los malgasta.
Pareciera que hubiéramos perdido el tiempo con muchos de nuestros hermanos al otorgarles el gobierno la nacionalidad, son tan explotadores como los Boulton, los Mendoza, los Zuloaga.
Aquí, para enfrentar estos abusos el pueblo reclama un gobierno duro que haga respetar los intereses de los débiles jurídicos y a los cuales el Estado esta en la responsabilidad de defenderles.
Hemos visto los llamados del Presidente Hugo Chávez refiriéndose al ahorro que cada uno de nosotros debe practicar, igualmente a los beneficios que obtienen los trabajadores con el cestatikes; pero sin embargo, este logro es desvirtuado por quienes se consideran los “dueños de la economía nacional”.
De esta manera y unánimemente se han puesto de acuerdo para que en los veinte y cuatro estados de la república y en los trescientos treinta y cinco municipios no otorguen vueltos a lo que sobre en la utilización del ticket de alimentación.
Perdidas están las sociedades donde a sus habitantes les son saqueados de su peculio lo ganado con el sudor de su frente, no hay respeto por el trabajador quien tiene que levantarse a las cinco de la mañana y caminar cientos de escalinatas, sortear su trasporte, correr riesgo en su trabajo y después regresar explotado a descansar en su viejo colchón, abrir una lata de sardinas y comer con plátanos sancochados, ver que sus hijos igual coman y hayan asistido a la escuela y mañana otra vez lo mismo.
Pero los explotadores, los que se trasnochan en sus tiendas cambiando los precios a sus productos, están como víboras al acecho del pobre trabajador. A esta revolución a veces blandengue estos corrompidos están ayudando a derrocarla.
venezuela01@gmail.com
