La Amazonía y el Orinoco (incluyendo Los Llanos colombianos y venezolanos), son las zonas más ricas en agua dulce de América. Y el imperio quiere ser dueño de tan enorme reserva de agua para cuando la puedan privatizar y convertir en mercancía, quizá la mercancía más valiosa que pueda tener el capitalismo. Desde los ochenta se produce el agotamiento de las reservas del combustible fósil en territorio estadounidense, escribe el analista colombiano Allende La Paz.
Cada día que pasa es más dramática la vida de millones de personas en el mundo, ubicadas en la zona de los “excluidos”, o sea, los países del tercer mundo.
Los imperios se han apropiado de los recursos naturales de todos los países por ellos colonizados, y adelantan el sometimiento de esos pueblos por medio de la violencia, es decir, por medio de la guerra. En una época la hicieron para expandir sus fronteras y capturar “esclavos”, posteriormente fue para disputarse los territorios y sus “mercados”; en el momento actual, ¿qué mueve al imperio a desarrollar la guerra?
Además de la presión ejercida por los halcones del complejo industrial-militar que usufructúan el poder en USA, está la necesidad del imperio de apoderarse de todos los recursos existentes en el planeta, a fin de paliar su crisis interna. El imperio tenía dos posibilidades a seguir para enfrentar su creciente crisis: una, permitir la real democratización de la vida de los pueblos bajo su tutela, la otra la implantación del fascismo
a nivel mundial para poder apoderarse de TODO lo existente en el planeta.
Después del 11 de septiembre –ya sabemos de cual- el imperio aprovecha el ataque permitido por ellos ya que les servía de excelente excusa para escoger el segundo camino, y desarrollan la guerra de Bushito, ya que el “cow-boy” quería imitar a su papito.
Ataca Afganistán so pretexto de perseguir a Osama y los talibanes, posteriormente ataca a Irak so pretexto de buscar armas de exterminio masivo en poder de Hussein. Y en ambas guerras, el “cow boy” Bushito no las tiene todas consigo.
En Afganistán, no encuentran a Osama (algunos dicen que sí, pero que lo tienen escondido en Guantánamo para sacarlo a la luz en el momento en que Bushito lo necesite para la re-elección) y lo que logró fue alborotar el avispero de los 1.500 millones de seguidores del Islam que ven atacada su religión, y en Irak no encontró armas de exterminio masivo, capturó a alguien que parece ser Hussein, y desencadenó la más terrible resistencia popular mediante una guerra de guerrillas que ya se ha cobrado la vida de más de 600 boys gringos, y la salida a la luz pública de las torturas a que someten los prisioneros irakíes, en muestra vergonzosa de lo que significan los derechos humanos para ellos y la educación aberrante y deformante
de la “sociedad civilizada” que no respeta ni siquiera la sensibilidad de las mujeres y las convierte en torturadoras, verdad Lynndie?
Pero, ¿qué es lo que realmente buscan los halcones del “cow boy” Bushito? Buscan riquezas naturales, buscan petróleo, y posicionamiento geoestratégico para apuntar contra China y Rusia, los dos más grandes “enemigos potenciales” del imperio.
Colombia y Venezuela: destinos comunes
Los pueblos de Colombia y Venezuela parecen predestinados por la Providencia a marcar sus pasos de manera conjunta. Durante la 1ª Guerra de Independencia, comandada por El Libertador Simón Bolívar, formaron parte del ejército libertador el cual hizo morder el polvo de la derrota al imperio español. Y pueblo venezolano y colombiano han seguido juntos a pesar de los esfuerzos de las oligarquías de sus respectivos países por separarlos.
Hoy día, los mismos pueblos enfrentan gallardamente la agresión de otro imperio, esta vez el estadounidense. En Colombia, los años de años de injerencia de los Estados Unidos ha sido la base para el ejercicio violento del poder de las clases dominantes en aplicación de la pro-gringa Doctrina de Seguridad Nacional, las cuales no dudan en masacrar a sus propios paisanos para defender los intereses yankees y los suyos propios. Y mientras, se llevan nuestros recursos para así engrandecer a su metrópoli, construir sus fastuosas avenidas y edificios, y seguir viviendo su “estilo de vida americana” de derroche y suntuosidad, edificada sobre la base de una educación que desdeña lo que “no es americano”, incluso lo que no es “americano blanco”.
En Venezuela, a pesar de los años de años de sometimiento de la oligarquía venezolana a los dictados gringos, brota la semilla de dignidad latinoamericanista sembrada por El Libertador, en un soldado del ejército –también “educado” como el colombiano, por los instructores de la Escuela de las Américas- que se subleva y posteriormente llega a la presidencia, desde donde continúa la senda trazada por Simón Bolívar, luchar por lograr una vida digna para su pueblo.
El imperio no está dispuesto a perder su posición en Colombia y Venezuela. Por ello adelanta la guerra en nuestros países, bajo diferentes denominaciones, pero que al fin y al cabo son la misma. Desarrolla el Plan Colombia, o Iniciativa Regional Andina, o Plan “Patriota”, o Referendo contra Chávez, o Plan Paramilitar, o como quieran llamarlo, cuyo objetivo es seguir manteniendo el control yankee de nuestros países.
¿Cuáles son los objetivos del Plan Colombia? Fundamentalmente son dos: Uno, el Petróleo, y el otro: el Agua. Venezuela y Colombia son dos países ricos en yacimientos petrolíferos, y el imperio necesita el petróleo para seguir manteniendo su “modo de vida”, máxime desde los ochenta cuando se produce el agotamiento de las reservas del combustible fósil en territorio estadounidense.
Pero también quieren el AGUA. Ya ha sido denunciado que la Amazonía es objetivo del imperio por sus enormes riquezas en agua, producción de oxígeno, riqueza en ecosistemas, recursos farmacológicos. En Québec fue denunciado los intentos de compañías transnacionales de pretender privatizar el agua.
El agua es un recurso geoestratégico más importante para las pretensiones del imperio que el mismo petróleo. ¿Se imaginan ustedes el enorme poderío que produciría a aquel que se convirtiera en dueño del agua, un recurso indispensable para la vida? Definitivamente sin agua sería imposible la vida, nuestro organismo es 70 % agua, y depende del agua para todas sus reacciones físico-químicas, la base misma de la vida.
Venezuela no tiene prácticamente nada que ver con la Amazonía, pero si tiene al ORINOCO, el cual tiene una superficie estimada en cerca de medio millón de kilómetros cuadrados, casi la de España, que recibe por término medio 2.000 milímetros cúbicos anuales –2.000 litros o 2 toneladas por metro cuadrado al año-, y durante la temporada de lluvias recibe dos millones de millones de toneladas de agua.
La Amazonía y el Orinoco (incluyendo Los Llanos colombianos y venezolanos), son las zonas más ricas en agua dulce de América. Y el imperio quiere ser dueño de tan enorme reserva de agua para cuando la puedan privatizar y convertir en mercancía, quizá la mercancía más valiosa que pueda tener el capitalismo.
El futuro de la humanidad va a depender de que sepamos proteger y defender este recurso natural de la mano asesina y depredadora del imperio, el cual en su afán de riquezas y confort del “modo de vida americano”, está llevando al planeta a la extinción.
Los dos pueblos desarrollan su lucha contra los intentos del imperio, por un lado el pueblo venezolano defiende su revolución, apoyados por el ejército bolivariano, y por el otro, el pueblo colombiano avanza en la construcción de su ejército bolivariano insurgente. Ante un enemigo común se vuelve imperiosa la unidad de los pueblos latinoamericanos, el sueño trunco del Libertador Simón Bolívar.