Israel, recuerda el ghetto de Varsovia

La actuación del gobierno de Israel se parece cada vez a lo acontecido en 1943 en Varsovia, donde los nazis aplastaron la revuelta judía en el ghetto.
La construcción de un muro de 600 kilómetros aproximadamente en la zona de Cisjordania tiene el motivo aparente de protegerse de lo que ellos denominan terrorismo palestino y así anular el contrabando de armas canalizado a través de los túneles que sirven de abastecimiento a las milicias palestinas.
Si retrocedemos en la historia, este muro tiene la misma utilidad de reclusión y control al igual que hicieron los alemanes con el ghetto de Varsovia.
En 1943, el ejército alemán rodeó el ghetto con un muro, vallas y alambres y comenzó, al igual que sucede en la actualidad, la demolición de las casas una por una, manzana por manzana. Cualquier acto de resistencia bastaba para que todo el bloque fuera demolido. Los conatos de resistencia fueron calificados por los nazis como terroristas. ¿No parece que estamos reviviendo la historia?

A tal punto ha llegado la situación en el gobierno israelí que el Ministro de Justicia, Tomy Lapid, ha desatado con sus declaraciones una tormenta en el Parlamento. En los días que se elabora este artículo, las tropas israelíes se han retirado del campo de refugiados de Rafah, pero volverán sino a este campo a otro, al igual que sucedió en Varsovia.

La táctica es la misma, se presiona y se afloja, sucedió en 1943 y sucede ahora, antes fueron los judíos y ahora son los palestinos. Mientras dura la distensión los afectados recomponen sus maltrechos bienes. Se comentan las reuniones a celebrar, las posibilidades de un proceso de paz, las hojas de ruta y cuando parece que reina la calma vuelve la represión. Es una eficaz táctica psicológica; la de 1943, así como la del 2004.

Los acuerdos de la ONU son saltados a la torera sistemáticamente por Israel como por los EE.UU., y los movimientos pacifistas que se manifiestan en Israel son prácticamente silenciados por las agencias de comunicación proclives al Tío Sam y a los lobbies judíos, partidarios del sanguinario Sharon, y esto evidentemente hace crecer la espiral de violencia.

Da la impresión de que el pueblo judío (tan perseguido durante siglos), o más bien sus fundamentalistas, no aprenden de su propia historia. La animadversión hacia ellos por parte de los países árabes es evidente y va creciendo más y más, y ello llevará sin duda a que la citada espiral pueda extenderse de forma indiscriminada a otros países donde los judíos tengan presencia tanto económica como cultural.

Conviene conocer aunque sea grosso modo, como se fundó el Estado de Israel en mayo de 1948. Ya en 1917 el gobierno británico se posicionó a favor de la creación de un Estado judío en Palestina y en 1920 la entonces Liga de Naciones puso a Palestina bajo mandato hasta su independencia. Durante prácticamente 40 años la inmigración judía fue creciendo ante la oposición árabe, lo que desembocó una revuelta islámica en el año 1936.
Finalizada la II Guerra Mundial, se multiplicaron las presiones para crear un estado israelí, con la oposición de Inglaterra, lo que propició que grupos armados sionistas iniciaran una campaña de ataques contra el ejército e instalaciones británicas. No fueron los palestinos los que iniciaron estas campañas, sino el Estado de Israel, cuando Palestina estaba bajo mandato británico.

El inicio del terrorismo por fechas corresponde a los grupos sionistas, que asesinaron a militares y civiles ingleses y árabes. Actos terroristas en 1953 en Jordania, sabotajes en 1954 en Egipto sobre obras civiles, fueron cometidos por organizaciones judías. El objetivo era claro como consta en los diarios de Moshe Sharett, una de las principales palomas del sionismo: crear una corriente de opinión para poder actuar con total impunidad allá donde ellos considerasen que existía un peligro para su estado y sobre todo para su futura expansión.

Podrá discutirse si son éticas o morales las acciones palestinas indiscriminadas, si es fruto de un fanatismo o de un estado de desesperación, esto es algo que el lector deberá analizar por si mismo.
Lo que si parece evidente que el gobierno de Sharon llevará a su pueblo a la ruina tanto moral como económica. El pueblo debe rebelarse contra este terrorista preso de su megalomanía.


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