Integrar varias manifestaciones culturales al Desfile Bicentenario fue una buena idea pero ya es hora de que todo vuelva a la “normalidad”, es decir:
Los cultores: pa’ sus TECHOS DE CARTÓN (sin seguridad social por supuesto).
Las tradiciones: pa’ el olvido (hasta que comience la campaña electoral).
Los recursos económicos: pa’ el Sistema Nacional de Orquestas (y pa’ Chino y Nacho).
Las audiencias con el Presidente: pa’ José Antonio Abreu (y pa’ Dudamel).
El apoyo mediático: pa’ Dudamel (y pa’ José Antonio Abreu).
Si tuviésemos que desfilar todas las semanas, y si tuviésemos que votar todos los meses, las Culturas Populares gozarían realmente de atención especial (como reza el violadísimo y moribundísimo artículo cien de nuestra Constitución). Ojalá alguien invente una fórmula para convertir las promesas incumplidas en alimentos y medicamentos, de esta manera el Ministerio del Poder Popular para la Cultura podría saldar la deuda social que tiene con el sector que supuestamente representa.
¡ Viva Fernando VII !
¡ Viva Monteverde !
Si queremos acabar con la pobreza, démosle poder a José Antonio Abreu.
P.D. Desde el más allá recibí un mensaje de varios cultores venezolanos en el que me expresaban su tristeza por no haber podido asistir al Desfile Bicentenario ya que la muerte los sorprendió en medio de la más grande pobreza material y la más absoluta indiferencia oficial.
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