En Venezuela, América Latina y El Caribe, actualmente, por causa del periodismo independiente y auténtico, en el proceso diario de la profundización de la Revolución Bolivariana y de nuestra educación, la precisión práxica y la incisión teórica dentro de nuestras “misiones” populares y universidades se convirtieron en máximas prioridades.
Siempre lo Nuevo, lo Original y lo Auténtico, lógicamente necesita unos conceptos e ideas correspondientes. Además, en una atmósfera revolucionaria virulenta, como existe actualmente en Venezuela, los contenidos sociales de conceptos como los “trabajadores”, las “clases obreras”, “revolución”, “proletariado”, “proceso”, “democracia” o “ideología”, “paz social” y “soberano”
cambian permanentemente.
Por ejemplo, en la segunda mitad del siglo 19, Marx, Engels, Lenin y Trotski, todos eran “Socialdemócratas”, de hecho, la Democracia Social era un sinónimo para el Socialismo o Comunismo. Claro que el uso actual de este término ha cambiado por completo, especialmente en Venezuela durante los últimos 6 años.
Muchos Adecos y Socialdemócratas eran golpistas; junto con otros dirigieron la “Coordinadora Democrática” contra el legítimo gobierno democrático de Chávez.
Además, lo que significaba “ideología” durante las guerras napoleónicas comparado con lo que significa hoy día en las “Nuevas Guerras” de Bush, definitivamente son dos cosas muy distintas. De hecho, el pensamiento “revolución” y la palabra escrita “revolución” no son idénticos.
Desde las revoluciones de 1848 en Europa, todos los Marxistas, incluyendo a aquellos que no eran anti-Marxistas, hablaban de la Lucha de Clase del Proletariado contra la Burguesía a nivel global. Hoy por hoy, al rededor del globo somos testigos de luchas de clase contra el imperialismo corporativo y contra el “Cuarto Imperio”, incluso de la “Guerra de Clase” (Lula) de países o continentes “proletarios” contra el globo fascismo metropolitano burgués.
Así que ¿Cómo hay que entender el “proletariado mundial”? ¿Quienes son los trabajadores y las clases obreras? ¿Hasta dónde juegan un papel emancipatorio dentro de la Revolución Bolivariana? ¿Son obsoletos esos conceptos? ¿Hay que reemplazarlos por conceptos como “nación”, “pueblo”, “pobres” o “soberano”? Esto ciertamente son asuntos “ideológicos” centrales que tocan directamente a la Revolución Latinoamericana.
Este breve comentario no nos permite ir a las profundidades de las turbulentas aguas práxicas y teóricas del internacionalismo proletario y del proletarianismo internacional; sin embargo, nuestros camaradas Bolivarianos deberían pensar seriamente en elaborar análisis científicos sobre estos temas pertinentes. Sólo así logramos transcender la “ideología” burguesa y entrar en los dominios fértiles de la práxis y teoría revolucionaria.
Ahora ¿Qué o quién es el “proletariado”, aquella locomotora moderna de la revolución social? Sólo iluminemos un poco sus orígenes históricos, para indicar, que el contenido social de este concepto ha cambiado dramáticamente durante los últimos siglos y que tenemos que encontrar nuevas connotaciones revolucionarias para este sujeto de emancipación a nivel mundial. Tenemos que identificar el verdadero sujeto revolucionario en Venezuela y América Latina.
Tenemos que introducirle al mundo los verdaderos Bolivarianos auténticos. Se ha hecho bastante, sin embargo hace falta mucho más.
Obviamente, con unas herramientas revolucionarias ya gastadas y con palabras vacías que no conducen a ninguna parte, podemos solamente acuñar nociones e ideas raras, que a su vez terminarán en triunfalismo y activismo miope. Durante los últimos años, hemos visto en Venezuela en los medios masivos dominantes nacionales e internacionales, cómo la “oposición” a través de su “guerra de las ideas” y sus campañas de desinformación, ha utilizado formulaciones extrañas y banales para asesinar el carácter de Chávez y de esta manera diabolizar la propia Revolución Bolivariana.
Así que históricamente, ¿quién en la Europa feudalista y capitalista acuñó conceptos tales como el “proletariado” o el “lumpen proletariado”? ¿Esos existen en América Latina?
El hombre común, el empollón, el ideólogo inmediatamente diría: Este concepto lo inventaron los “Comunistas” Marx y Engels. Bueno, nos arrodillamos humildemente ante tal ignorancia implantada; es realmente una beatitud.
A partir del siglo 16, aparecieron en uno y otro escrito Europeo los conceptos “proletariado” o “proletario”; luego y mucho antes del nacimiento de Marx, en vísperas de la Revolución Francesa, especialmente en los “clubes de trabajadores” como la “Liga de los Justos”, el concepto adaptó gradualmente un contenido obrero.
En 1837 el economista Suiza Jean Charles Leonard Simonde de Sismondi finalmente adoptó este término. Sólo en 1842 Lorenz von Stein introdujo el concepto a la lengua alemana; entonces el famoso poeta revolucionario alemán Ferdinand von Freiligrath pasó el concepto a Friedrich Engels, que lo utilizó en la primera obra científico-socialista, en su libro “La Condición de la Clase Obrera en Inglaterra en 1844”.
Como curiosidad científica y filosófica, ¿por qué los padres del socialismo científico utilizaron este concepto específico en sus obras?
Después de todo, conceptos como “las clases obreras”, “hombres trabajando”, “clases laborando” eran prevalentes en aquella época. Ciertamente, sabemos que Marx y Engels eran lingüistas por excelencia. Así que veamos lo que revela el significado etimológico de estos conceptos.
En la Roma antigua, el proletarius perteneció a los desvalidos, a la sección más baja de la población. En Latín, la palabra pro-olescere simplemente significa “brotar”, en el sentido de los hongos que “brotan del suelo”. Así que el proletarius era de naturaleza derivativa, artificial y sintética. Marx y Engels lo introdujeron en el Manifiesto Comunista así:
“La Burguesía... ha originado a aquellos hombres que tienen que manejar esas armas (revolucionarias) – los obreros modernos – los proletarios. ...el proletariado se recluta de todas las clases de la población”.
Desde un punto de vista arrogante Europeo, esto significa que el proletariado no es primordial, no es “natural”; es más bien un “sancocho” social amorfo, un excremento social, carente de raíces “culturales” y “civilizadas”.
De hecho, las actuales ideas “globalizadas” y “civilizadas” de Bush y Rumsfeld en cuanto a los “Árabes”, explican mejor esta concepción discriminadora original del primer proletariado.
De acuerdo a Marx y Engels, el nuevo proletarius adoptó las relaciones capitalistas producidas por la burguesía victoriosa y el nexo entre los miembros del proletariado y la burguesía se convirtió en puro “interés egoísta, en pago calloso en efectivo”.
Aquí se ve el creciente antagonismo de clase, la relación alienadora entre la burguesía rica y socialmente en auge y la naturaleza pauperizada del futuro proletariado.
Sin embargo, por el otro extremo pauperizado encontramos a otra clase, al “lumpen proletariado”. ¿Por qué Marx y Engels utilizaron este concepto? ¿Existen tambien grupos sociales como una “lumpen burguesía” o “lumpen intelectuales”?
En aquel entonces, el diccionario de Grimm describió los miembros de esta clase de desterrados sociales en su totalidad como chusma: “un populacho desaliñado, una horda de sinvergüenzas, de malvados, vagabundos”.
Aparte de la similitud semántica, estas masas podridas, expulsadas de los sectores más bajos de la “sociedad moderna”, el “lumpen proletariado”, en la terminología marxiana, es exactamente la negación del proletariado. Aquí nos damos cuenta de que el análisis de clase social marxiano no era normativo, no era basado en “pobre y rico”, ni siquiera era un asunto de “blanco y negro”, de la “teoría de raza” o de la “lucha de razas”.
En 1845 el concepto del “lumpen proletariado” apareció en la obra de Marx y Engels, “La Ideología Alemana”. Además, en aquella época, la obra burgués-capitalista de mucha influencia de Cassagnac explicó, que el concepto generalizado del “proletariado” se compuso de “trabajadores, mendigos, ladrones y prostitutas”. Por ejemplo, esto es lo que el filósofo alemán Hegel entendió bajo su concepto “Pöbel” (populacho, chusma).
Por otro lado, en este mismo espíritu de la Ilustración, incluso para Marx el lumpen proletariado incluyó a los “mendigos, ladrones y prostitutas”, el sector no-productivo de las clases más bajas.
En “Lucha de Clase en Francia” describió esta clase como “gens sans feu et sans aveu”. Sin embargo, según Marx, ambas clases, el Proletariado y el Lumpen Proletariado, tenían en común lo siguiente: ambas eran “libres” y ambas eran “comprables” o “corruptibles”. Sin embargo, la diferencia específica era, que los lumpen proletarios eran “déclassés”; que carecen de un “interés de clase”; que no logran desarrollar una “conciencia de clase”; en otras palabras, no se pueden concientizar para ninguna cosa en absoluto. Para ser más preciso, el capitalismo ya ha destruido su propio cuerpo y alma. Bien, ¿existen tales clases sociales en nuestro mundo moderno? Y ¿Se pueden revolucionar, concientizar y organizar? ¿Qué hay del “hombre blanco estúpido” en EE.UU.?
Ahora sabemos lo qué Marx y Engels, los padres del socialismo científico y filosófico, originalmente entendieron del proletariado, que “se recluta de todas las clases de la población”, es decir, objetivamente como clase-en-sí.
En sus obras tardías explicaron, que para convertirse en clase-en-y-para-sí, en clase revolucionaria, es necesario de adquirir una conciencia de clase, entrar a la lucha de clase a nivel global; Lenin nos dio la llave maestra: Sin teoría no hay revolución. Y Trotski, en el espíritu revolucionario de dum spiro spero (mientras respiro espero), nos formulaba con la revolución mundial permanente el dominio infinito de la Revolución Bolivariana, es decir, nuestra tarea invencible, emancipatoria y transhistórica. Finalmente, Ché Guevara resaltó la esencia verdadera de esta inmensa responsabilidad: “El deber de un revolucionario es hacer la revolución”.
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