Las Bolsas europeas, con Madrid a la
cabeza, caían estrepitosamente en la apertura del lunes, contagiadas por el
nerviosismo de Asia y la fuerte baja de Wall Street la semana pasada, mientras
que el euro estableció un nuevo récord de apreciación ante el billete verde.
El índice bursátil paneuropeo Eurostoxx 50 cedía 1,58%, hasta los 4.341,64
puntos.
En París, el CAC 40 cedía un 1,62% a 5.647,40 puntos, mientras que en Francfort,
el DAX perdía 1,33%, a 7.779,61 puntos.
En Londres, el Footsie, que había perdido 2,91% a la apertura, se recuperaba y
solamente perdía un 1,36%, a 6.349,30 puntos.
El viernes, veinte años después del "viernes negro" del 19 de octubre de
1987 en Wall Street, el índice Dow Jones de Nueva York perdió un 2,64% y el
Nasdaq un 2,65%. Los inversores mostraron su decepción por los resultados de
varias empresas y su preocupación por los récords de suba del petróleo.
En tanto, el dólar se desplomó este lunes a un mínimo récord y las bolsas asiáticas sufrieron su mayor caída en 2 meses, tras resultados corporativos débiles en Estados Unidos que renovaron preocupaciones sobre el daño a la economía provocado por la crisis en el mercado de viviendas.
Por su parte, la Bolsa de Valores de
Tokio cerró este lunes con fuertes pérdidas, debido al desempeño negativo de
Wall Street el viernes pasado y la apreciación del yen frente al dólar.
El índice Nikkei para las 225 principales acciones de la Bolsa de Tokio cayó
375,90 puntos, un 2,24 por ciento, para ubicarse en 16.438,47 unidades.
En el mercado de divisas, el dólar se cotizaba a media sesión a 113,87-92 yenes, por debajo de los 115,31-34 yenes del viernes. El euro se cambiaba a 1,4315-20 dólares, por encima de los 1,4272-75 dólares del viernes, y a 163,04-09 yenes, por debajo de los 164,60-64 yenes.
El dólar estaba en posición vendedora tras las caídas en la bolsa estadounidense y luego de la aparente indiferencia del grupo de los Siete (G7) ante la debilidad de la moneda. Los ministros de finanzas y los jefes de los bancos centrales de los países miembros del G7 se reunieron el viernes en Washington.
Según los cambistas, la depreciación
del dólar se explica igualmente por la falta de reacción sobre el tema de los
ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los siete países más
ricos (G7), que se reunieron el fin de semana en Washington.
"El G7 dio su luz verde para vender más dólares", comentaron los
economistas del banco Barclays Capital en una nota enviada a sus clientes.
"A pesar de la creciente inquietud de algunos de los miembros de la eurozona
frente a la caída del dólar, no existe ningún consenso en el G7 para decir
si se trata o no de un problema y si se debe hacer algo o no al respecto",
subrayaron.
El analista económico de la BBC
Keith Adams señala que las bolsas globales atraviesan momentos de gran
turbulencia aguzados por una cadena de malas noticias en el campo de las
finanzas.
Los malos resultados corporativos en EE.UU. llevaron a una caída en los mercados
de Wall Street al cierre de la semana pasada, que marcó la pauta para las
operaciones de los corredores en Asia y Europa este lunes.
A esto se suma, indica Adams, las ominosas predicciones de una desaceleración
en EEUU, la principal economía del mundo y una escalada en los precios del
crudo que la semana pasada tocaron un récord.
Los países ricos del G7 iniciaron el viernes en Washington un encuentro para analizar y buscar salidas para una economía global sacudida por la crisis financiera, por el declive récord del dólar y por la escalada en los precios del petróleo que ya alcanzó los US$90 dólares y enciende la alarma mundial, principalmente en Europa y EEUU, cuyos mercados no han podido recuperarse del colapso bursátil de septiembre pasado.
La crisis del crédito hipotecario que terminó con el boom inmobiliario e hizo temblar los mercados mundiales en septiembre, continúa pendiendo como una amenaza sobre el crecimiento, acompañada de sombríos vaticinios sobre la economía global realizados por entidades oficiales.
Los distintos costados y proyecciones de una potencial reducción del crecimiento mundial pronosticada por organismos y autoridades monetarias como el FMI, la Reserva Federal y el Tesoro de EEUU, serán minuciosamente analizadas por los expertos del G7.
El Fondo Monetario Internacional acaba de rebajar a 4,8% su previsión de crecimiento mundial para 2008, contra 5,2% previsto anteriormente, una baja que afecta particularmente a Estados Unidos, que no debe crecer más de 1,9% el año próximo debido a la caída del sector inmobiliario.
El jueves en
Washington, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín
Almunia, llamó a "una mayor coordinación internacional en
materia de regulación de los mercados financieros".
A esto se suma la apreciación del euro ante el dólar, con
el debilitamiento de la moneda estadounidense que tiene una
fuerte incidencia en la escalada de los precios del petróleo
que el viernes alcanzó los US$90 el barril en Nueva York.
Por otra parte, los funcionarios y organismos financieros de los
países ricos están sumamente preocupados por los precios del
petróleo, que baten un récord tras otro con el agravamiento
de las tensiones geopolíticas en Medio Oriente y la probable
operación militar a gran escala de Turquía en el norte
petrolero iraquí controlado por los kurdos.
La escalada en los precios del crudo, según los expertos, más que a otra causa (como el exceso de demanda) se atribuye a los rumores de conflicto armado en Medio Oriente que atiborran los mercados internacionales.
El dato decisivo en esta caída generalizada de los mercados y el dólar serán, sin ninguna duda, la evolución de los precios del petróleo y su impacto sobre los mercados y la economía global.