Los trabajadores y trabajadoras al igual que los sectores populares, estudiantes, campesinos y demás sectores excluidos y oprimidos de la sociedad una vez más elevamos nuestras voces en defensa del proceso revolucionario, ante los ataques de empresarios golpistas y sus lacayos internos, teledirigidos por el imperio norteamericano. Estos enfilan su arsenal mediático para pretender confundir a la población a través de sus medios privados y así detener los avances del proceso bolivariano y con ello la propuesta de Reforma Constitucional.

Las declaraciones y el salto al ruedo político del General Raúl Isaías Baduel no ha sido la gran sorpresa para quienes hoy entendemos desde una perspectiva obrera clasista y revolucionaria el proceso bolivariano. Estas declaraciones inmediatamente las ubicamos como parte de un plan mayor para incidir en contra del Reforma Constitucional y acabar finalmente con Chávez y el proceso revolucionario. Baduel termina como recientemente lo hicieron los dirigentes de Podemos y anteriormente lo hizo Miquelena: instrumentos de los enemigos de la Revolución.

Pero ha llegado la hora de que deben entender de que somos los trabajadores, los campesinos, las amas de casa, los estudiantes revolucionarios, soldados patriotas y los dirigentes populares en los barrios los que en primer lugar saldremos a defender este proceso y lo hacemos con un alto grado de conciencia política. En el golpe de estado y sabotaje petrolero de 2002-2003, los trabajadores actuamos de manera aislada, claro no contábamos con herramientas de lucha como la Unión Nacional de Trabajadores.

Hoy no nos apartamos del debate crítico de las cosas que consideramos equivocadas del gobierno, persiguiendo el fortalecimiento del proceso. Sobre la Reforma Constitucional presentamos una propuestas a la Asamblea Nacional y nos complace que algunas de ellas hayan sido tomadas en cuenta como la no obligación de la participación del CNE en los procesos de elecciones sindicales y devolver la retroactividad de las prestaciones sociales, recogidas esta última en una de las medidas transitorias de las reformas.

Sabemos que esta reforma no nos conduce de inmediato al socialismo pero, entendemos que si muchos empresarios y banqueros que han multiplicado sus riquezas en estos años del proceso, encabezan las arremetidas anti reforma, es porque en la misma se encuentran inmersos algunos artículos que controlan sus ansias exorbitantes de ganancias y limita sus niveles de súper explotación. También con la reforma se reivindica las actuaciones del poder popular y comunal con incidencias en la producción.

Por ello los dirigentes sindicales clasistas que nos identificamos con este proceso revolucionario, lo hacemos desde la perspectiva de la necesidad imperiosa de profundizarlo para erradicar, la desigualdad y la explotación del hombre por el hombre. Entonces, en medio de los ataques despiadados de la oligarquía criolla decimos SÍ a la Reforma Constitucional. Nosotros estamos dispuestos a profundizar el debate con todos y todas hermanos de clases en cada uno de los centros de trabajo para asumir este rol de defensa del proceso.

Desde cada uno de nuestros escenarios de lucha hemos sido testigo de los avances obtenidos en medio de este proceso revolucionario. Luchamos para concretar la mayoría de nuestras conquistas y a la vez consolidar la Unión Nacional de Trabajadores. La UNT y nuestros sindicatos de bases son nuestros instrumentos de lucha a pesar de los ataques de los patronos e incluso de quienes hoy dirigen algunas instituciones y organismos gubernamentales, quienes quieren superponer sus intereses personales a la lucha de los trabajadores y por ende a la construcción de un sindicalismo democrático, clasista, revolucionario, combativo, independiente y autónomo.

Desde siempre hemos estado al lado de las luchas en los portones de las fábricas, en cada una de las huelgas, en discusiones de sus convenciones colectivas y demás escenarios de lucha donde los trabajadores y trabajadoras han requerido la presencia de nuestros más consecuentes dirigentes. Hoy la realidad nos ubica en la necesidad de defender lo que muchos años nos costó: la revolución y el anhelado sueño de que se materialice el socialismo como la esperanza de los trabajadores y del pueblo pobre. Ratificamos nuestra voluntad al igual que la de millones de venezolanos cuando al votar en diciembre del 2006 por el presidente Chávez, votamos por la profundización definitiva del proceso revolucionario.


Valencia, 13 de noviembre de 2007.


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