Nueva York. – En su segunda comparecencia honorífica en seis meses ante los más altos representantes de la poderosa comunidad empresarial judía en EE.UU., José María Aznar recibió ayer el premio Estadista Mundial de una de las principales fundaciones de Nueva York, la Fundación Llamamiento a la Conciencia. El premio fue concedido al presidente de Gobierno –según afirmó el máximo responsable de la fundación, el rabino Arthur Schneier– por “el valiente liderazgo (de Aznar) y como indefatigable adalid de la democracia, la libertad y la tolerancia”.
En su discurso, Aznar señaló la necesidad de una sólida relación entre Estados Unidos y la Unión Europea y la necesidad de seguir trabajando conjuntamente en la lucha contra el terrorismo.Unas 800 personas –entre ellos líderes de diferentes confesiones religiosas, si bien no había ningún representante musulmán– asistieron a un banquete de homenaje a Aznar en el lujoso hotel Hilton en Manhattan por la cual pagaron entre 1.000 y 100.000 dólares por mesa. Es un ejemplo de la generalizada práctica por parte de los grupos de presión políticos en Estados Unidos de recaudar financiación mediante la celebración de cenas gala a las que se invitan a destacadas personalidades políticas o empresariales. El presidente del banco alemán Deutsche Bank, Josef Ackerman, fue galardonado también con el premio. Asistieron Phil Condit, presidente de Boeing; John Negroponte, embajador de EE.UU. ante la ONU, y el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, entre otros. Aznar fue invitado en mayo a pronunciar el discurso principal de la asamblea general del Comité Judío Americano (AJC), otro importante lobby pro Israel “Para nosotros España es un gran amigo de EE.UU. y de Israel”, dijo Ken Bandler portavoz de este comité.
Las asociaciones judías “están repartiendo invitaciones entre todos los líderes que apoyan a Israel y la guerra en Iraq” , dijo a “La Vanguardia” Norman Finkelstein, autor judío de “La Industria del Holocausto” (Siglo XXI, 2002), que denuncia presuntos actos de corrupción por parte de las asociaciones judías en el reparto de las indemnizaciones por el genocidio nazi.
Hace dos semanas se desató una fuerte polémica tras la decisión de otro grupo proisraelí, la Liga Anti Difamación, de premiar a Silvio Berlusconi en otra cena gala de recaudación en el hotel Plaza de Manhattan, semanas después de que hablase en términos favorables de Mussolini. El economista premio Nobel y judío Paul Samuelson calificó la decisión como “espantosa para cualquiera que conozca la historia personal de Berlusconi”.
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