28 de julio 2008. - Sin importar si usted es su detractor, su más ferviente admirador o alguien que intenta ser imparcial, no se puede negar lo tremendamente diferente que es la Venezuela de 2008, comparada con la de 1999, cuando Hugo Chávez comenzó a gobernar.
Nuevas y crecientes libertades; decenas de obras de infraestructura en todo el país, incluyendo lugares que antes estaban completamente olvidados; el despertar de una conciencia política y social en las y los venezolanos; beneficios sociales, económicos y de salud que afectan a millones; una Nación que comienza a valorarse y tener su propia autoestima al descubrir sus capacidades científicas y culturales, y un continente que retomó de nuevo la palabra "unidad", poniéndose de pie en contra de la opresión económica y política... la influencia de Hugo Chávez Frías en la historia contemporánea venezolana es mucho mayor que la de cualquier otro personaje reciente, y su popularidad se ha mantenido con el tiempo, a pesar de la más fuerte campaña mediática que se ha ejercido alguna vez contra un líder venezolano.
Sus críticos más irracionales salen a las calles a manifestar calificándolo de dictador, atacan a sus partidarios al tiempo que lo llaman asesino, y resaltan algunos de los problemas de su gobierno, como la inseguridad, sin dar propuestas al respecto. El hecho es que Chávez, lejos de volverse rutinario y monótono, continúa construyendo revoluciones dentro de la revolución... en ocasiones haciéndolo más rápido de lo que su propio pueblo ha podido asimilar.