9 de Dic. 2008.- Durante una hora conversaron a solas el presidente Hugo Chávez e Ingrid Betancourt. Estaban en Miraflores con los ministros Nicolás Maduro, Jesse Chacón, el embajador Hadelin de La Tour-du-Pin y otros altos funcionarios. A la media hora, la ex secuestrada le dijo al Mandatario que debían hablar en privado; se retiraron a una sala anexa al despacho presidencial.
Ahora estamos en la residencia del embajador con Beatriz Lecumberri, de AFP, y periodistas de Paris Match, quienes la acompañan en toda la gira.
Nos recibe, todavía trajeada de blanco, luego de terminar una larga conversación con el presidente Uribe, quien la llamó desde Bogotá; en la mañana también habían hablado, lo cual hace suponer que Uribe ha estado bien informado del desarrollo de esta gira de nueve días en la que se entrevistó con cinco Presidentes (seis si incluimos al colombiano), dos Presidentas y le escribió a otros dos –de Paraguay y Uruguay–.
¿De qué habló con Chávez?
Fue una charla que tuvo varias facetas: hablamos de la situación en Colombia, de historia, política, cultura y de mis otras entrevistas. Él me contó cómo le habían pedido su intervención para ayudar a resolver la situación colombiana, y él no quería, lo rehusaba por no estar seguro de los resultados, de los obstáculos que tendría, hasta que Uribe estuvo de acuerdo con su mediación, "y me metí de lleno –me dijo–, casi no me quedaba tiempo para gobernar en Venezuela, y más adelante recibí un trancazo; fue muy duro, y ahora vienes tú y no puedo decirte que no.
Seguiré luchando por la paz en Colombia". Él es alguien muy generoso.
¿Cómo fueron las reuniones con los otros Presidentes?
Todas muy alentadoras.
¿No hubo matices entre ellos?
No, más bien eran posiciones complementarias.
Después de hablar con Uribe, comencé visitando a Correa en Quito y encontré la mayor voluntad de cooperar; Alan García me abre las puertas y aporta algo; con la Bachelet recibo nuevas sugerencias; así fue con Cristina en Buenos Aires, que se iban agregando; hablé con Evo lo mismo y así fue con Lula. Cada uno reflexionaba sobre las propuestas anteriores que se iban sumando y daba su aporte.
Hasta que se vio con Chávez...
Sí, como les dije, encontré su mejor disposición.
Ahorahaymejoresperspectivas...
Sí, pero después de todo lo que ha ocurrido, comenzamos de menos cero; será más difícil todo, el camino por recorrer es más complejo. Lo importante es el consenso en todos los países de Suramérica.
¿Qué papel jugará Unasur?
Un rol muy importante, fundamental. Por lo pronto, tenemos el consenso, pero queda un camino difícil...
¿Y cree que Uribe cederá?
Él ha sido muy franco, no quiere que a través de actores extranjeros se le abra plataforma a las Farc. Creo que las Farc tienen que dejar de cometer actos terroristas para que puedan ser interlocutores.
¿Sabe que Chávez no los considera terroristas?
Eso no es lo más importante, que unos los consideren y otros no, sino el necesario consenso para buscar soluciones entre todos y que las Farc escuchen o lean el mensaje que les envían los Presidentes.
Suramérica es una fuerza muy importante; los jefes de las Farc van a reflexionar.
¿Lo piensa así o tiene alguna información?
Yo los conozco bien, estuve seis años, cuatro meses y nueve días con ellos; sé cómo piensan, qué les preocupa, qué los afecta, cómo toman sus decisiones... éste ha sido un año negro para ellos; tendrán que dejar ese camino, aunque ellos son muy tercos.
¿Usted podría entrevistarse con las Farc?
No, psicológicamente no estaría en condiciones, y seguramente ellos me tienen rabia...
¿La libertad de los secuestrados es indispensable para alcanzar la paz?
Sí, pero la paz no puede negociarse sino con gente que tenga legitimidad, que no la tendrán mientras mantengan secuestrados.
¿Leyó el libro "La paz en Colombia"?
Le dije a Chávez que sabía que Fidel había escrito ese libro. Me lo regaló y me escribió una hermosísima dedicatoria que la leo cada vez que lo abro.
¿No cree que el gobierno de Barack Obama puede contribuir a ese proceso?
Todos estos procesos en nuestros países implican cambios, cambio que también habrá en Estados Unidos. Es posible su cooperación.
¿Duerme bien?
Casi siempre.
¿El Nobel no le quita el sueño?
Es una generosidad de Michelle.