Gaza, 28 dic (EFE).- Al menos 282 personas han muerto y 900 han resultado heridas por los ataques de Israel en Gaza, bombardeada hoy por segundo día consecutivo en la operación israelí contra los palestinos más sangrienta desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
El Consejo de Seguridad de la ONU, reunido de urgencia esta madrugada, pidió unánimemente el "cese inmediato" de la violencia en la zona y que se permita el suministro de ayuda humanitaria a la franja palestina.
Sin embargo, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, advirtió hoy de que la ofensiva "puede prolongarse durante mucho tiempo" y que Israel actuará con "sensatez, paciencia y firmeza" hasta "alcanzar los resultados deseados".
Olmert pidió a sus ministros que "provean de servicios básicos a los residentes del sur de Israel", blanco de los cohetes palestinos y donde hoy cayó el proyectil más lejano lanzado hasta la fecha por las milicias desde Gaza, cerca de Ashadod, a unos 37 kilómetros de la franja y el puerto más importante de Israel.
El brazo armado de Hamás, las Brigadas de Azedín al Kasam, ha reivindicado el lanzamiento de ese cohete, uno de los 64 disparados por las milicias palestinas, incluido el que mató a una israelí en Netivot, desde el inicio ayer de la ofensiva, que el Ejército israelí ha continuado esta madrugada con unos veinte ataques.
Según fuentes médicas palestinas, el número de víctimas puede aumentar en las próximas horas, tanto por la continuación de los ataques como por el estado crítico en que se encuentran 120 heridos.
Unos 65 palestinos perdieron la vida en la última oleada de ataques de la Fuerza Aérea israelí contra sedes de Hamás, talleres metalúrgicos y mezquitas, declaró el responsable del servicio de emergencias en Gaza, Moawiya Hasanein.
A primeras horas de la pasada noche, la aviación militar israelí destruyó la carretera Saladino, la principal de Gaza, a la altura norte y luego, durante la noche, los F-16 israelíes bombardearon 23 objetivos, entre ellos el edificio donde se reúne el Gobierno de Hamás en consejo de ministros, un almacén en Rafah y lanzaderas de cohetes, según fuentes de la seguridad palestina.
Fuentes de la seguridad israelí cifraron en más de 210 el número de blancos de los bombardeos desde ayer, todos ellos "parte de la infraestructura terrorista de Hamás".
Los líderes del movimiento islamista se encuentran escondidos por miedo a ser el próximo objetivo de esta campaña, lanzada ocho días después de que concluyese la tregua de seis meses acordada en junio por Israel y el movimiento islamista con mediación egipcia.
Precisamente en Egipto, para tratar de la situación, se encontraba hoy el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, quien calificó de matanza los ataques de Israel y dijo que se trata de una grave catástrofe.
Abás dijo que había mantenido contactos directos e indirectos con Hamás para evitar que terminara la tregua en Gaza que estaba vigente desde junio pasado y que venció el pasado 19 de diciembre y para evitar la agresión israelí.
"Lo que importa ahora es detener el derramamiento de sangre en Gaza", insistió Abás en una rueda de prensa con el ministro egipcio de Exteriores, Ahmed Abul Gheit, que dijo que Hamás está impidiendo el traslado a Egipto de heridos por los bombardeos israelíes.