Gonzalo Gómez, cofundador y director del sitio Web
Aporrea.org, del movimiento y periódico Marea Socialista,
militante del PSUV, conversó con Mariátegui, la revista de las ideas, sobre la
Revolución Bolivariana, acerca de los 7 años de lucha de Aporrea y del combate
mediático contra la oligarquía venezolana.
08 de agosto de 2009.- Estamos
frente a la sede del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en Caracas,
donde cada semana, representantes de diversas organizaciones sociales
se acercan para seguir el trámite a las denuncias presentadas por
violación a los derechos humanos. Por ejemplo, ahora están las víctimas
del Golpe de Estado del 11 de abril del 2002 contra el gobierno del
presidente Hugo Chávez, familiares de la Asociación de Víctimas de la
Masacre de Yumare, también uno de los coordinadores de la Unión
Nacional de Trabajadores y miembro de la corriente Marea Socialista del
Frente Socialista de Trabajadores. Fueron a consignar firmas de
adhesión a un recurso de amparo, que fue introducido en el año 2004 y
admitido en el 2005, contra los dueños de la televisora privada
Globovisión por violación de derechos humanos.
La razón de la
denuncia de las víctimas del Golpe de Estado del 11 de abril del 2002,
-nos explica Gonzalo Gómez- es que han sido agraviadas por Globovisión,
porque esta empresa se ha dedicado a ofrecerle espacio a los
masacradores, a los asesinos, presentándolos como víctimas de una
condena injusta, como presos políticos, dándole espacio para proferir
sus amenazas. Mientras las verdaderas víctimas -los masacrados en
Puente Llaguno y de la avenida Baral- son negados, excluidos,
difamados, vilipendiados, criminalizados. "Entonces, Globovisión sirve
para defender a los violadores de derechos humanos, a los masacradores
del pueblo venezolano. Acá estamos respaldando este recurso de amparo.
Porque nosotros creemos que quien utiliza un instrumento mediático para
violar derechos humanos, no puede seguir haciéndolo. El TSJ tendrá que
tomar una medida de protección de los derechos humanos, alguna medida
cautelar. Esa gente no puede seguir en la directiva de Globovisión, hay
que meterle control social a eso".
En las semanas previas a la
resistencia del Golpe de Estado de abril del 2002, un conjunto de
organizaciones populares habían resuelto que se aproximaba un Golpe y
comenzaron a reunirse en asambleas para planificar que acciones iban a
tomar. Ese espacio se denominó Asamblea Popular Revolucionaria y
tomando las sílabas principales de ese nombre, salió el de Aporrea. El
13 de abril del 2002, ese golpe fue derrotado con la acción masiva e
impresionante del pueblo venezolano, que salió a las calles y recuperó
la constitucionalidad democrática. Un mes después aparece Aporrea en el
ciberespacio. Gonzalo asegura que estuvieron trabajando en la
construcción de la página web, porque fue pensada para la denuncia de
ese golpe de Estado y para la resistencia, de la que no sabían cuanto
tiempo iba a durar. A partir de ahí, dedicaron el espacio a la difusión
de documentos, convocatorias, reportajes de la actividad de la Asamblea
Popular Revolucionaria, que convocó a un Encuentro Nacional de
Organizaciones Populares realizado en septiembre del 2002 con la
presencia del presidente Chávez.
Luego de este evento, durante
la nueva intentona golpista, -promovida por los EE.UU. y la oligarquía
venezolana- del paro-sabotaje petrolero de diciembre del 2002, Aporrea
fue protagonista. En ese momento surgieron iniciativas espontáneas de
los luchadores sociales, aparecieron reporteros de la calle, se fueron
sumando cada vez más articulistas, la página comenzó a ser utilizada
por otros medios de comunicación alternativos como un redistribuidor de
información, fuente de información y también para colocar sus noticias.
- Después de siete años de lucha ¿Cómo ha evolucionado la cantidad de visitas de los lectores?
-
Aporrea dio un salto en el número de visitas, pasó de centenares de
visitas desde mayo del 2002 a centenares de miles de visitas en
diciembre del 2002. Hemos cumplido siete años de trabajo permanente y
hemos acumulado alrededor de 200 millones de visitas contabilizadas en
ese periodo de tiempo. En la actualidad oscilamos entre 50 hasta 80 mil
visitas diarias en los momentos más movidos. El hecho de que nos
hayamos convertido en uno de los primeros portales en internet, indica
que si bien, romper el cerco mediático capitalista es una cosa bastante
difícil frente a las corporaciones mediáticas, no obstante el haber
acumulado esta cantidad de visitas indica que, efectivamente se ha
logrado abrir una brecha y que se ha establecido un espacio de
encuentro, discusión, reflexión, análisis, también para la promoción de
la movilización, de la acción combativa en defensa del proceso
revolucionario y para la denuncia responsable.
Por ejemplo, la
página web de Globovisión está por debajo de nosotros en visitas -por
supuesto no como televisora- pero eso es un indicativo, porque ahí hay
una empresa con mucho dinero. Están detrás, banqueros, terratenientes,
grandes industriales y nosotros somos un conjunto de activistas
populares en red, conectados con distintos movimientos populares. Nos
indica nuestras potencialidades, lo que podemos lograr a través de la
comunicación comunitaria y alternativa, en camino a la construcción de
un nuevo sistema de comunicaciones del socialismo. Y el haber
permanecido durante siete años sin fracturarnos ni disolvernos con un
trabajo constante, también es importante. Porque indica que hemos
logrado ir al punto básico de esta lucha y no nos hemos perdido en el
camino. En mayo realizamos un evento de celebración del 7mo aniversario
de Aporrea, donde se pudo apreciar el ánimo, la fraternudad y
compenetración de la gente con esta página, que utilizan como agencia
popular alternativa de noticias, como instrumento para vencer el cerco
mediático capitalista.
- Una característica de Aporrea es que son críticos con el proceso, sin salirse de este.
Es
un espacio con un carácter irreverente, que permite la crítica dentro
del ámbito de la defensa del proceso revolucionario. Ahí se debaten los
caminos de la revolución, se critica los errores y problemas de la
Revolución Bolivariana. Todo eso se manifiesta abiertamente, desde las
posiciones más moderadas hasta las más radicales, que en muchos casos
confrontan las posiciones de figuras importantes del gobierno
bolivariano, pero desde el campo siempre de la defensa del proceso
revolucionario.
Esa es la característica que le ha imprimido la
gente a Aporrea, porque no es una decisión nuestra de laboratorio.
Porque decimos, si alguien ve algo en Aporrea y no les gusta una
crítica que aparece, no nos la atribuya a nosotros, tomela como
elemento de diagnóstico de lo que está pensando el pueblo
revolucionario. Ese es el camino que hemos tomado y que el movimiento
popular nos está trazando.
También depende de la marcha del
proceso y de la ruta que tenga en su momento el gobierno bolivariano.
En un proceso siempre hay oscilaciones, hay medidas que gustan,
entusiasman y otras que no gustan tanto. En todo caso, la gente
esperará ahí cual es su sentimiento y reacción en la medida de que el
proceso se profundice, se adopten medidas anti capitalistas, se avance
en la conquista de mayores espacios de soberanía, en la unidad
latinoamericana, en la implantación del poder popular. Eso será motivo
de planteamientos para respaldarlo y si eso no ocurre, hay
contradicciones o se producen casos donde se ponen en evidencia el
burocratismo, la corrupción, en aporrea estaremos -y estará la gente-
aporreando. Como decía alguien, los corruptos no son nuestros. Si son
corruptos y burócratas que actúan contra el proceso revolucionario, no
son del proceso revolucionario, no tenemos que tener solidaridad ni
compromiso con ellos.
- Para resistir el embate mediático
neoliberal en América Latina ¿Es necesario multiplicar los medios
alternativos y de contrainformación?
- Claro que sí. No
debemos concentrarnos alrededor de una sola opción. Es necesario que
surjan multiplicidad de medios. Y en este momento en Venezuela debemos
encaminar hacia que se vaya constituyendo un sistema público nacional
de comunicaciones en manos de las comunidades, los trabajadores,
campesinos, indígenas y organismos del poder popular. Los consejos
comunales deben tener televisoras, las grandes organizaciones sociales
deben tener medios de comunicación. No puede ser que mientras acá hay
medios del Estado, por una parte y por otro, hay medios con carácter
comercial, pero para hegemonía de la ideología capitalista, que
pertenecen a una familia o a un grupo de personas adineradas. Por
ejemplo, la Unión Nacional de Trabajadores, el Frente Campesino
Ezequiel Zamora o la Coordinadora Agraria Nacional no puede ser que no
tengan medios de comunicación, si están agrupando a sectores masivos de
la población. Cómo es que un individuo, porque tiene dinero o es dueño
de bancos, tierras, pueda tener periódicos y televisoras. Es al revés,
esos instrumentos comunicacionales deben estar en poder de las
organizaciones populares, porque esa es la verdadera libertad de
expresión. Lo otro es libertad de comercio e imposición del pensamiento
del capital. Hacía eso tenemos que ir, reformar la ley de
telecomunicaciones.
- Hace casi cien años el Amauta José
Carlos Mariátegui escribió que, no caben periódicos neutrales. Todos
los periódicos tienen filiación, todos los periódicos son sectarios,
todos los periódicos son políticos. En este proceso de la Revolución
Bolivariana, ustedes como Aporrea ¿Pueden ser imparciales?
-
Nosotros no somos imparciales, estamos parcializados. Estamos a favor
de la causa del pueblo revolucionario, de los explotados, de los
pobres, en contra del capitalismo, del imperialismo. Entonces, la
neutralidad es algo falso, absurdo, como esos medios de comunicación
que pretenden aparentar que le dan espacio a todo el mundo, que todas
las expresiones están ahí de manera plural. Aquí la gran mayoría de la
población venezolana, -dentro de lo que es la estructura
socioeconómica, política y en el marco de la lucha de clases-, son
sectores explotados por los capitalistas, víctimas del mercado, de las
políticas neoliberales que se han aplicado en el pasado. Nosotros somos
expresión de ese sector, dentro de ese marco se garantiza la absoluta
pluralidad, pero no somos un espacio para la contra revolución. Ellos
tienen sus medios, sus televisoras. Nuestros espacios son para el
pueblo y aspiramos a que las comunicaciones en Venezuela esten en poder
de las organizaciones populares, de las organizaciones de masas, de los
trabajadores y campesinos. No creemos en la comunicación en manos de
particulares, para uso comercial y en defensa de los intereses de su
clase, en contra del resto de la población.