16 Nov. 2009 - Alan Woods, representa el ala dura de la revolución. Nada de montar un nuevo estamento sobre viejas bases como lo proponen los ideólogos reformistas. Para Woods, la revolución requiere de un piso nuevo que rompa del todo con antiguos dominios de la oligarquía. Asiduo visitante de Venezuela desde que llegó Hugo Chávez al poder, Woods conversó con Últimas Noticias sobre el momento que atraviesa el proceso bolivariano.
¿Cómo podría explicar usted, un proceso revolucionario que no ha tocado al sector financiero que es la médula espinal del capitalismo?
Ese es el problema central.
Aquí hemos empezado una revolución, se han hecho grandes logros, pero no tenemos derecho de decir que esta revolución esté terminada. Y creo que no está terminada hasta que no llevemos a cabo la expropiación, no de todo, pero sí de la tierra, del sector financiero y de las industrias claves.
Aquí se habla mucho de socialismo, pero si el poder económico sigue en manos de la misma oligarquía nacional, la revolución no es posible. De allí el título de mi libro: Reforma o Revolución, Marxismo y socialismo del siglo XXI. Respuesta a Heinz Dieterich.
¿Estamos en una reforma o en una revolución?
Estamos en una revolución, pero no se ha llevado hasta las últimas consecuencias y eso es peligroso, porque toda la historia demuestra que no es posible hacer una revolución a medias.
¿Cuáles son los peligros que enfrentaríamos?
Se han llevado a cabo una serie de nacionalizaciones, pero aún no hemos tocado el centro del poder: el sector financiero. Entonces, por un lado no tenemos una economía socialista planificada, pero por otra parte no permitimos al sistema capitalista funcionar según las leyes normales y al fin de cuentas va a ser el caos, va a ser todo lo peor de una cosa y de otra. Si las inversiones están en manos privadas, los empresarios tan sólo invierten para su beneficio. No puedes planificar lo que no controlas. Esas decisiones, tan importantes para Venezuela, no están en manos de los venezolanos.
¿Están en manos de quién?
De los de siempre, de un puñado de gente rica que sigue controlando los puntos claves y básicos de la economía y muy especialmente al sector financiero. Hasta que este problema central no se resuelva, aquí hay un peligro.
Desde esa perspectiva habría que nacionalizar la banca...
Por supuestísimo, ese es el punto número uno. Sin nacionalizar la banca es imposible tomar las decisiones necesarias para controlar las inversiones y el sector productivo.
En 11 años, el pueblo venezolano ha dado sobradas muestras de gran lealtad al presidente Chávez. Ha salvado la revolución en 2002, durante el golpe de Estado y luego en el proceso revocatorio. Pero hay un límite de la paciencia del pueblo. Cuando un campesino, un obrero ve que sus problemas básicos no se resuelven, podemos ver un proceso de desencanto, de cansancio y yo tengo miedo, una gran preocupación. La amenaza de la contrarrevolución no ha cesado, sigue allí. Hasta ahora, las masas siempre han votado a favor de Chávez, pero hay graves problemas de un cierto deterioro, las reformas están siendo afectadas por la crisis económica, además hay problemas de corrupción, de burocracia, de arribismo.
Entonces, el peligro es que la derecha va a pasar realmente a la ofensiva. Me parece un peligro más grave que Colombia.
El peligro más grave que veo no es exterior, sino interior.
¿No cree que en este momento el gobierno se ha convertido en contrarrevolucionario?
No. No diría eso, sino que es un gobierno que no hace lo que debería hacer. Hay vacilaciones, indecisiones casi permanentes, confusión. También hay un grave problema de burocracia.
Yo creo que el presidente Chávez es un hombre muy valiente y sincero, pero un solo hombre no hace la revolución.
¿Chávez está solo?
Yo creo que sí, debajo de él hay una capa muy gruesa de burocracia que no comparte sus ideas. La burocracia sí es contrarrevolucionaria, refleja las ideas de la burguesía dentro del movimiento bolivariano.
Sin control de las bases, entonces el problema de la burocracia nunca tiene solución.
Sacrificios sí, pero tiene que ser sacrificios para todos.
Ahorita pareciera que los sacrificios sólo los hace el pueblo...
Eso sí, has dicho los dos primeros problemas centrales de esta revolución.
Por eso hace falta hacer una crítica, la crítica es muy necesaria, No estoy criticando a la revolución bolivariana, ni al presidente Chávez, sino estas deformaciones de la revolución, que sí existen.
Pero, ¿no cree que tan importante como hacer las críticas es la disposición del gobierno a escuchar esas críticas?
Hay quien escucha, pero hay un sector al cual no le interesa esas críticas para nada...
¿Entre los que no le interesa, está el presidente Chávez?
Yo creo que el presidente Chávez sí es consciente. Pero, ¿cómo un hombre solo puede lucha contra esto (...) ? Hay que hacer una revolución dentro de la revolución.