12 de Diciembre.- "Todos seremos
moralmente más pobres si Haidar se muere", dijo José Saramago en esta
entrevista en la que cuenta cómo vio a la militante saharaui cuando fue
a encontrarse con ella el último martes en el aeropuerto de Lanzarote,
en Canarias, donde esta mujer de 44 años hace huelga de hambre. Saramago reside en
Lanzarote desde 1993, con su mujer, la periodista y traductora Pilar
del Río.
"La reacción del Gobierno de Rabat es de una crueldad increíble"
Pregunta. Fue a solidarizarse.
Respuesta. Y a
ayudar, como otros tantos, a algo que me parece fundamental, aparte de
los factores de la historia política: para ayudar a que esta mujer no
se muera. Eso me parece básico, y por eso fui.
P. ¿Qué hacer?
R. Para que no se
muera se necesita encontrar una solución. Creo que el Gobierno español
está tratando de veras de encontrar una salida, pero todas las
gestiones se le han ido complicando, día a día. Sólo se puede confiar
en que Zapatero tenga fuerza y con esa fuerza logre un buen fin. Y el
buen fin es que esta agonía no se prolongue hasta que sea demasiado
tarde. La salud de Haidar es cada vez más precaria, todos podemos
verlo. Y cualquier cosa puede ocurrir en cualquier momento.
P. ¿Qué sintió usted cuando la encontró?
R. Fui para
ayudarla a vivir, como otros, ya se lo dije. Y cuando he estado con
ella, el martes, se hablaba de que podía haber una solución pronto. Lo
creía ella misma, sonreía ante esa perspectiva. Había una atmósfera de
satisfacción. Y no pasó nada, y han pasado los días y esto no mejora
nada... Fíjese en las notas del cónsul marroquí y en las reacciones
brutales, de una crueldad increíble, del Gobierno de Rabat...
P. ¿Usted espera que un arbitrio internacional zanje el problema?
R. Todas las
esperanzas están puestas en eso, pero se desvanecen... Aunque
intervenga la ONU, sus mecanismos son muy lentos, y esta mujer no puede
esperar... Si Marruecos cumpliera, o hubiera cumplido, las resoluciones
de la ONU, el conflicto que plantea el Sahara se habría resuelto,
porque el Sahara Occidental ya sería independiente, probablemente...
Pero hay en el mundo algunos países a los que las resoluciones de la
ONU les importan un pepino, y entre ellos está Marruecos. Otro de esos
países que no tienen en cuenta los dictados de la ONU es Israel, que
con respecto a Palestina adopta la misma actitud de Rabat ante el
Sahara. No les importa lo que la ONU diga. Se permiten volver la
espalda ante la presión internacional.
P. Estuvo con ella. Al volver a casa, ¿cómo valoró la naturaleza humana del drama que plantea la situación de Haidar?
R. Me parece que
una mujer como ésta, que tiene unos hijos encantadores, y aquí tengo
las fotos de su familia, haya decidido dar un paso tan arriesgado
denota una firmeza fuera de lo común. Que la hayan conducido a esta
situación lleva a pensar que la capacidad de desprecio por la
naturaleza humana es infinita en la crueldad de algunos. No podemos
permitir que esta mujer se muera. Vamos a ser moralmente más pobres si
la dejamos morir.
P. Esto sucede en Lanzarote; Canarias es vecina muy próxima del Sahara. ¿Alguna reflexión sobre lo que esto supone para las islas?
R. Cuando se me habla de los canarios pienso siempre que deberían preocuparse más de sus islas, donde se producen fenómenos de corrupción que avasallan y que no despiertan aquí, parece, demasiada preocupación. Si no se preocupan por lo que sucede en su casa, ¿cómo van a preocuparse de manera eficaz de lo que sucede en el Sahara, por muy cerca que esté? Sin duda hay grupos que están haciendo mucho por solidarizarse con la situación, por ayudar a esta mujer y a su pueblo, pero chocan con la barrera infranqueable de Marruecos, que impide cualquier negociación. Estos colectivos hacen lo que pueden, claro. En cuanto a Canarias, repito que independientemente de esos colectivos lo que percibo es que los ciudadanos de las islas tienen que cambiar de mentalidad, preocuparse más por sus problemas, convertir su territorio en un verdadero archipiélago unido, y acabar con una situación en que cada isla va a lo suyo.