La Habana, enero 16 - Sólo hay dos medios de EEUU que han informado sobre la respuesta de Cuba al mortífero terremoto de 7,0 que golpeó Haití. Uno de ellos, Fox News, afirma, erróneamente, que los cubanos estuvieron ausentes de la lista de los países vecinos del Caribe que acudieron a prestar ayuda. El otro fue el Christian Science Monitor (un espacio de noticias de mucha credibilidad que recientemente cerró su edición impresa), que informó correctamente que Cuba había enviado 30 médicos a la nación afectada.
The Christian Science Monitor, en un segundo artículo, citando a Laurence Korb, ex subsecretario de Defensa y ahora vinculado con el Center for American Progress, aseguró que los EE.UU., que es líder en los esfuerzos de socorro en Haití, debe “considerar la posibilidad de aprovechar la experiencia de un vecino como Cuba” que, señaló,”tiene algunos de los mejores cuerpos médicos del mundo -tenemos que aprender de ellos”.
En cuanto al resto de los medios de EE.UU., han ignorado el papel de Cuba y sus acciones de solidaridad.
De hecho, dejaron de mencionar un hecho real: ya había más de 400 doctores cubanos en Haití para ayudar con el día a día las necesidades de salud de la nación más pobre de las Américas, y esos médicos fueron los primeros en responder al desastre y crearon inmediatamente un hospital justo al lado del principal hospital de Port-au-Prince, que se derrumbó en el terremoto.
Lejos de “no hacer nada” ante el desastre como afirman los propagandistas de derecha de la televisora Fox, Cuba ha sido uno de los países más eficaces y activos para dar respuesta a las crisis, con una infraestructura para asistir de manera inmediata a las víctimas del sismo y que fue capaz de movilizarse rápidamente y empezar a tratar a los sobrevivientes.
La respuesta de emergencia de Estados Unidos, como era previsible, se ha centrado principalmente, al menos en términos de personal y dinero, en el envío de militares de EE.UU., una enormemente costosa e ineficiente flota de aviones y un portaaviones, un factor que debe considerarse cuando se examine este cifra de 100 millones de dólares que la administración Obama reclamó para asignar su ayuda de emergencia a Haití. Teniendo en cuenta que el costo de operar un portaaviones, incluida la tripulación, es aproximadamente de 2 millones al día sólo el envío de una compañía a Port-au-Prince, lo cual no da para sostener las cuentas de dos semanas de este despliegue, y en una semana se chuparía una cuarta parte de los esfuerzos de la anunciada ayuda estadounidense. Mientras muchos de los militares y el personal enviado ciertamente podría hacer una labor de ayuda real -la entrega de suministros y protección de suministros-, otros muchos, como demuestra la larga historia de EEUU de brutalidad militar y control colonial de Haití, inevitablemente pasarán su tiempo tratando de asegurar la supervivencia y el control de los parásitos pro-EE.UU que medran en la elite política de Haití.
Y la verdad es que los EE.UU. han ignorado básicamente el curso del día a día de la crisis humanitaria en Haití, mientras que Cuba ha estado haciendo el trabajo cotidiano de proporcionar atención básica de salud a ese pueblo.
Pero esa no es una historia que los medios corporativos estadounidenses quieren contar.