Puerto Príncipe, enero 16 - El director general del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss Kahn, acaba de anunciar su firme intención de “movilizar ayuda” para Haití “muy rápidamente”, con el desbloqueo de 100 millones de dólares. Strauss Kahn dijo que el objetivo es “acompañar a Haití en la difícil tarea”, y expresó su “profunda simpatía para con las víctimas”. Lo que olvidó de decir el director general es que los 100 millones de euros no son ayuda. En la letra pequeña pone que la suma será desbloqueada en forma de “facilidad ampliada de crédito”. Es decir que los haitianos tendrán que devolverla, aunque estén bajo los escombros. Y con intereses.
Desde hace dos siglos, es una costumbre de eso que se suele llamar la comunidad financiera internacional. Auténtica ayuda y auténtica anulación de la deuda externa de Haití son irremediablemente las asignaturas pendientes del Norte con este país desde su nacimiento, en 1804.
Aprovechando uno de los episodios de restauración monárquica que sufrió Francia en la primera mitad del siglo XIX, los ex colonos blancos impusieron su venganza. El rey Carlos X envió un emisario a la no reconocida república negra en 1825 con un mensaje claro: o Haití aceptaba endeudarse para “indemnizar a los agraviados colonos”, o Francia impondría un bloqueo naval férreo, seguido de una invasión.
Los haitianos tuvieron que capitular, y así cargaron con una deuda de 150 millones de francos-oro de la época debidos a Francia. Un monto que, proyectado a cifras actuales, equivaldría a imponer unos 23.000 millones de dólares de deuda de golpe a un país como Bosnia-Herzegovina recién salido de la guerra.
Milicia fascista
Roto el primer sueño de libertad de los ex esclavos haitianos, Francia, exhausta, pasó el relevo a EEUU. La ocupación de Haití por los marines (1915-34) no sólo sirvió para que Washington deslocalizara, rumbo a la república negra, a soldados procedentes de familias del Sur, capaces de aplastar la rebelión campesina de Los Cacos. También sirvió para formar a una milicia auxiliar haitiana fascista.
EEUU desocupó Haití en 1934, pero dejó a la milicia, bautizada Ejército regular, y siguió administrando la economía y las aduanas hasta 1945, para cobrarse. Ese cobro tuvo la forma de una tasa sobre el café exportable que era repercutida a los campesinos.
Ese Ejército haitiano sirvió para sustentar décadas tras décadas dictaduras como la de los Duvalier, que desviaron unos 900 millones de dólares a cuentas numeradas suizas y monegascas, dinero que nadie ha devuelto a los haitianos.
Actualmente, las remesas de los emigrantes haitianos son, con mucho, la principal fuente de ingresos del país, seguido por el textil y el café. Pero no logran equilibrar la balanza de pagos del país.
Consecuencia: 1.885 millones de euros de deuda externa bruta en 2008. Pese a los anuncios de la “comunidad financiera internacional” en julio pasado, sólo una pequeña parte de esa deuda ha sido anulada. Buena parte ha sido “calificada cancelable”, pero no anulada. Los haitianos deben sólo en intereses unos 430 millones de euros.
Consciente de ello, Christine Lagarde, la ministra francesa de Economía dijo ayer que ha contactado con el resto de miembros del Club de París para anular la deuda de Haití.