Las sanciones consisten en congelar los activos que las sociedades tienen en EEUU y prohíbe a empresas y ciudadanos estadounidenses a hacer negocios con las mismas.
Pese a que el Presidente iraní Mahmud Ahmadineyad ha reiterado repetidamente que su programa energético nuclear tiene fines pacíficos, EEUU insiste en hostilizar cada vez más las relaciones. Irán insiste en que su programa es completamente pacífico y que está diseñado para proveer de energía a sus ciudadanos.
Países como Rusia o Israel, que
irónicamente disponen ya de arsenal nuclear, se han sumado a los
posicionamientos de la Casa Blanca y también se muestran partidarios
de aplicar sanciones a la República islámica, conducta cínica de quienes están detras de estas decisiones.
Es curioso que el Organismo Internacional de la Energía Atómica
(OIEA) como Estados Unidos y sus aliados, no se hayan
pronunciado todavía sobre casos como el de la India, Reino
Unido o Francia, países que poseen actualmente la bomba atómica.