Washington, febrero 17 - Dentro de la apuesta del nuevo Gobierno de Estados Unidos por utilizar la opción nuclear para satisfacer las voraces necesidades de energía de la mayor economía del mundo, el presidente Barack Obama anunció ayer -durante un acto público en Maryland- la concesión de garantías de préstamo por valor de 8.300 millones de dólares para empezar a hacer posible ese objetivo. Ese dinero será destinado para que la compañía eléctrica Southern pueda construir en el condado de Burke, Estado de Georgia, una central de producción de energía eléctrica con dos nuevos reactores nucleares, los primeros en Estados Unidos después de casi treinta años de moratoria.
Según Obama, este desembolso es sólo el comienzo, ya que su intención es triplicar la financiación pública heredada de la Administración Bush para fomentar nuevas instalaciones nucleares limpias y segura. Con esta decisión presupuestaria para el ejercicio 2011, clave para fomentar nuevos proyectos de construcción, el Gobierno de Estados Unidos aspira a facilitar a la industria de la energía nuclear un total de 54.500 millones de dólares.
De acuerdo a los datos del Departamento de Energía, el 20 por ciento de la electricidad que se produce en Estados Unidos es de origen nuclear. Este porcentaje resulta significativamente inferior al de otros países industrializados como Japón, Alemania y sobre todo Francia, que encabeza el ranking con un 76%. Esa abultada diferencia, en gran parte, es un reflejo de la moratoria «de facto» impuesta en Estados Unidos sobre la industria nuclear desde el accidente registrado en 1979 en las instalaciones de la Isla de las Tres Millas, en Pensilvania.
El 20% de la producción
Para mantener la actual proporción del 20% en la cesta energética, el sector de la energía nuclear en Estados Unidos estima que se debería construir un nuevo reactor por año en el periodo entre 2016 y 2035. En la actualidad, los reguladores en Washington están revisando las aplicaciones para construir más de veinte plantas nucleares nuevas en diferentes partes del territorio norteamericano. En la actualidad, Estados Unidos opera un total de 104 reactores nucleares para generar energía eléctrica.
Con esta iniciativa, la Administración Obama aspira a lograr que el Congreso respalde su política energética, que abarca también otro tipo de incentivos para fuentes de energía renovables. Además de recortar las emisiones contaminantes vinculadas al efecto invernadero, el CO2; y en lo posible fomentar el empleo -la nueva central generará un total de 800 empleos directos permanentes- y la producción de energía dentro de territorio estadounidense. Según el presidente Obama, ya sea a través de energía nuclear, solar o eólica, "si fallamos a la hora de invertir en estas nuevas tecnologías, las tendremos que importar mañana".