Un descarnado relato

A 30 años de la tragedia del Grupo "Madera", quedan la impunidad y el recuerdo (I)

Grupo Madera en el Barrio Marín, 1977

Grupo Madera en el Barrio Marín, 1977

Credito: Juan José González

13 de Agosto.- El próximo domingo se cumplirán 30 años de la tragedia del Grupo Folklórico y Experimental "Madera". Con tal motivo, publicamos el testimonio de Nelly Ramos, quien haciendo uso de los derechos que le asisten como cofundadora y doliente en primer grado de tres de las personas fallecidas en el accidente del 15 de agosto de 1980 ofrece el relato de lo vivido, y aclara detalles con nombre y apellido.

Lo vivido antes del 15 de agosto.

Pensar que han transcurrido 30 años, cuando parece que fue tan solo hace pocos días en los que un grupo de jóvenes habitantes de la parroquia San Agustín, entre animados y entusiastas, ultimaban detalles para realizar una gira fluvial a través de los pueblos indígenas del Estado Amazonas. Tal hecho obedeció  a una invitación emitida por la Dirección y Promoción del Consejo Nacional de la Cultura, a cargo de Levy Rossell Daal, también director para ese entonces del Plan Nacional de Animación Cultural. El compromiso consistía en participar en una gira en Puerto Ayacucho  atendiendo un cronograma que originalmente se llevaría a cabo entre el 06 y el 18 de agosto de 1980, con una pauta que se iniciaría el día 06 en Puerto Ayacucho, el 09 en Zamariapo, el 12 en San José, el 15 en Moriche y el 18 en San Fernando de Atabapo. Se finiquitan los trámites, entre los que ya para el día 10 de julio el director de Promoción del Conac diligentemente avaló el viaje ante la línea Aeropostal Venezolana a los efectos de un descuento que se iba a obtener en el precio de los pasajes, -según sus palabras-  “redundará en beneficio de los componentes del grupo que inician ese viaje con mínima disponibilidad”. De la misma manera, la institución cancela el 50% de un total de 22.500,00 bolívares (de los de antes) por concepto de honorarios profesionales. Ingreso muy oportuno porque contribuyo para que los muchachos dejaran un recurso económico en sus hogares en pro de cubrir las necesidades durante su período de ausencia. El cronograma original sufre modificaciones en las fechas programadas, por lo que entonces la partida se efectúa el día 12 con retorno previsto para el 19 de agosto.  Dada la magnitud de tiempo previsto para cumplir con la gira, solo parten al viaje los integrantes del grupo que tenían un grado menor de compromisos como fueron, Luis Orta, Ricardo Orta, Jesús “Chú” Quintero, Ricardo Quintero, Nilda Ramos, Tibisay Ramos, Alejandrina Ramos, Lesvy Hernández, Héctor Romero, Carlos Daniel Palacios, Alfredo Sanoja, Felipe Rengifo, Marcela González y Juan Ramón Castro. El resto de integrantes, sujeto a causas ineludibles se queda en Caracas tales fueron: Nelly Ramos, José Rivero, Faride Mijares y Miriam Orta. Cabe mencionar que el grupo en sus inicios contó con la participación de otras personas, que por diversas razones no continuaron, entre ellas, Angel Silvera, Eva Francia Martínez, Mirna Isturiz, Oscar Escudero, Cecilia Becerrit, Felipe Blanco y Fili Guerrero.

Lo vivido el 15 de agosto.

Aparentemente, todo parecía desarrollarse normal. El día 13 de agosto los muchachos estuvieron disfrutando en “El Tobogán de la Selva”. El día 14 realizaron su primera actuación en el Polideportivo de Puerto Ayacucho. El día 15  a las 8:00 a.m. comenzaron lo que iba a ser un  recorrido fluvial de 14 horas. Con río crecido y mal tiempo, se alistan la embarcación Falka “Esther”, la cual saldría del puerto fluvial de Samariapo con destino a San Fernando de Atabapo.  Tal embarcación es ocupada por un grupo de 45 personas entre las que además se encontraban los integrantes del Grupo de Teatro Infantil “Chichón” de la Universidad Central de Venezuela, el Grupo Unión Cultural de Barrios de Barquisimeto, y oficiales de la Marina de Guerra.

No terminaba de concluir la mañana de ese día cuando en Caracas, los medios de comunicación comenzaron a transmitir avances que hacían referencia a la zozobra de una embarcación en el río Orinoco cuyos ocupantes eran unos jóvenes que formaban parte de un Campamento organizado por el Ministerio de la Juventud. La contundencia de esta información aún cuando  impactante, por su contenido permitió suponer que los muchachos estaban exentos de tal situación puesto que ni habían asistido a un campamento fluvial, ni tampoco involucrados con el Ministerio de la Juventud.  En la medida que la noticia comenzó a cobrar contundencia y mayor frecuencia de difusión, se fueron afinando  detalles donde en forma intermitente proporcionaban nombres de los ocupantes de la embarcación que se hundió frente a la Isla de los Venados, saliendo a relucir el nombre de los integrantes del Grupo Madera como parte de las víctimas.

Al barrio Marín de la Parroquia San Agustín,  llegan personas de todos los rincones de la ciudad, convirtiéndose sus calles en una gran concentración que entre la incertidumbre y la desesperación esperaba conjuntamente con los familiares alguna noticia alentadora sobre los sobrevivientes. A mediados de la tarde se dio a conocer la noticia de que solo tres integrantes habían sido rescatados con vida, más se mantenía la esperanza de que en algún momento pudiesen aparecer otros, más no ocurrió así. Familiares y amigos se movilizan para partir hacia Puerto Ayacucho. Entre las personas que se pueden recordar, estuvieron José Peña, Carlín Rodríguez, Pedro Rengifo, Rosa Acosta, Noel Márquez, Luis Ramos, del exterior se traslado Carlos Enrique Orta para incorporarse también a las labores de rescate y tantos otros que se mantuvieron en el lugar todo el tiempo necesario.

Lo vivido después del 15 de agosto.

Al tanto de conocer que los cadáveres serían trasladados en un Avión de la Fuerza Aérea, mucha gente se movilizó al Aeropuerto de Maiquetía a recibirlos. Entre dantesca y dolorosa se convirtió la escena al observar  un avión de donde surgían ataúdes de los que solo se podía conocer el nombre que tenían colocado: Juan Ramón Castro, Jesús Quintero, Tibisay Ramos, Luis Orta y Lesvy Hernández. Ya en horas de la noche, el espacio posterior al Teatro Alameda,  se había convertido en una funeraria gigante para realizar un primer velatorio, puesto que era una primera parte de los cadáveres rescatados.  Cinco ataúdes fueron dispuestos en forma de columna agolpados  por una multitud que colmada en llanto solo reflejaba indignación. Quien esto redacta, se encontraba en cinco meses de gestación. En su estado de impotencia solo experimentaba la necesidad de mostrar en tal momento, una función del trabajo que el grupo realizaba, lo que por razones obvias no iba a ser posible, entonces como pudo se abrió paso para llegar hasta una tarima existente en el lugar y así saludar a sus compañeros recitándoles “El Corrido del Negro Lorenzo” poema de Miguel Otero Silva (el grupo lo dio a conocer como “La Negra Lorenza”). Ello como parte de un repertorio que el grupo difundió orgullosamente. Este día fue el comienzo de una interminable vigilia que marcharía al margen de la espera de los cuerpos restantes.

Lo que vino después.

Los cuerpos de David Colina, integrante del Grupo de Teatro Infantil “Chichón”, Alfredo Sanoja y Nilda Ramos son localizados el día 17 de agosto. A medida que aparecían los cuerpos (excepto el de David Colina) eran trasladados a la Funeraria Santo Rostro en la Parroquia Santa Rosalía. Nilda y Tibisay Ramos después de Caracas, fueron trasladadas a la población de Sotillo, Higuerote, Estado Miranda donde se les rindió cristiana sepultura. . Las labores de rescate el gobierno pretende suspenderlas sin haber concluido la búsqueda de los integrantes que estaban sin aparecer. Esta situación ocasiona una gran movilización en la parroquia San Agustín por medio de la cual los habitantes procedieron a trancar la avenida Francisco Fajardo como medida de protesta. La continuidad de la búsqueda fue muy tímida hasta que finalmente fue suspendida. Transcurrido más de un mes, exactamente el día 22 de septiembre el cuerpo de Héctor Romero “Pichón”, es localizado, atrapado en un banco de ramas en un lugar conocido “Pata de Gallo” en el raudal Carestía. En definitiva, de 18 personas en total que partieron al viaje, tristemente regresaron 3 sobrevivientes: Felipe Rengifo, Carlos Daniel Palacios y Marcela González a quien le correspondió regresar por sus propios medios desde Maracay donde fue dejada a su suerte. Y como saldo de esta catástrofe, el río Orinoco conservó entre sus entrañas para no regresarnos jamás, los cuerpos de Ricardo Orta, Ricardo Quintero y Alejandrina Ramos.

Continuará.

(*)Psicóloga. Cofundadora del Grupo Experimental Madera

nellyramos40@gmail.com




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