La Habana, noviembre 1ero - El ex presidente cubano Fidel Castro estimó que un documento contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba, ha sido el más discutido, más aprobado y nunca cumplido en la historia de las Naciones Unidas.
El proyecto aprobado por 19 años consecutivos por la Asamblea General de ONU, con la más reciente votación la semana pasada, fue aprobado siempre por amplia mayoría de países.
El 26 de octubre pasado sólo se registraron dos votos en contra y tres abstenciones, pero ello no obliga a Estados Unidos a aceptarlo, según los reglamentos del organismo.
"Todos sabemos que, si tal imputación se hiciera contra Cuba o cualquier otro país latinoamericano o caribeño, y éste no se diera siquiera por aludido, sobre ese país lloverían raíles de punta", comentó Castro en un nuevo artículo para la prensa de la serie que suele titular "Reflexiones del compañero Fidel".
"El acto detestable que con tanta claridad y precisión se atribuye a Estados Unidos de América, cuyo cese se demanda, está calificado en el derecho internacional como 'acto de genocidio'", subrayó.
En su artículo Castro escribió que Cuba fue por 60 años neocolonia de Estados Unidos y jamás dejará de luchar por mantener su independencia.
A continuación las reflexiones de Fidel
La Sublevación en la ONU ( Primera parte)
La reunión el pasado martes 26 de octubre de la Asamblea General de la
ONU, que se supone sea la máxima autoridad política del planeta, fue
convocada con un objetivo tantas veces repetido que ya es familiar:
“Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.”
Es el proyecto más discutido, más aprobado y nunca cumplido en la historia de las Naciones Unidas.
Todos
sabemos que, si tal imputación se hiciera contra Cuba o cualquier otro
país latinoamericano o caribeño, y éste no se diera siquiera por
aludido, sobre ese país lloverían raíles de punta. El acto detestable
que con tanta claridad y precisión se atribuye a “Estados Unidos de
América”, cuyo cese se demanda, está calificado en el derecho
internacional como “acto de genocidio”.
Se eleva ya a 19 el
número de veces que, desde el año 1992, se viene aprobando por la
Asamblea General, demandando el cese de esa abusiva y criminal acción.
Pero si crecía el número de veces que se reiteraba y aprobaba la
Resolución, crecía también el número de países que le ofrecían su apoyo,
disminuía el de los que se abstenían y el minúsculo grupito que votaba
contra ésta. En la última, fueron ya solamente dos los que la rechazaron
y tres los que se abstuvieron al votar, cuyos nombres corresponden a
pequeños Estados que en realidad son dependencias coloniales de Estados
Unidos.
Un hecho a tener en cuenta es que en el mundo se han
producido grandes cambios desde que se fundó la ONU, cuando todavía no
habían cesado los combates de la Segunda Guerra Mundial, que costó 50
millones de vidas y una enorme destrucción. Muchos países que hoy
constituyen la mayoría de las Naciones Unidas, eran todavía colonias de
las potencias europeas, que se habían apoderado por la fuerza del
territorio de la mayor parte del mundo y, en algunos continentes, casi
de su totalidad. Cientos de millones de personas, en no pocos casos, de
civilizaciones mucho más antiguas y de superior cultura, fueron
sometidos al coloniaje en virtud de la superioridad en armamento de los
agresores.
Cuba no fue una excepción.
En este hemisferio,
la última colonia de España fue nuestro país, por sus riquezas en
productos agrícolas escasos y de gran demanda entonces, que surgían de
las manos laboriosas de campesinos libres y cientos de miles de esclavos
de origen africano. Cuando las demás colonias de España se habían
liberado en las primeras décadas del siglo XIX, ésta mantenía con mano
de hierro y los métodos más despóticos su colonia en Cuba.
En la
segunda mitad de ese siglo, nuestra isla, en la que España soñó tener un
baluarte para la reconquista de sus antiguas colonias en Suramérica,
fue cuna de un profundo sentimiento nacional y patriótico. El pueblo
cubano inició la batalla por su independencia casi 70 años después que
las demás naciones hermanas de América Latina, sin más armas que el
machete con que se cortaba la caña, y el brío y la rapidez de los
caballos criollos. En poco tiempo los patriotas cubanos se volvieron
temibles soldados.
Treinta años más tarde nuestro sufrido pueblo
estaba a punto de alcanzar sus objetivos históricos en la lucha heroica
contra una decadente pero tozuda potencia europea. El ejército español, a
pesar del enorme número de soldados que contaba, era ya incapaz de
mantener la posesión de la isla, donde sólo controlaba las principales
áreas urbanas y estaba a punto del colapso.
Fue entonces cuando
el pujante imperio, que nunca ocultó su intención de apoderarse de Cuba,
interviene en aquella guerra tras declarar cínicamente que “el pueblo
de la isla de Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente”.
Finalizada
la contienda, a nuestro país se le negó el derecho a participar en las
negociaciones de paz. El gobierno español consumó la traición a Cuba
poniéndola en manos de sus interventores.
Estados Unidos se
apoderó de los recursos naturales, las mejores tierras, el comercio, los
bancos, los servicios y las principales industrias del país. Nos
convirtió en neocolonia. Eso tuvimos que soportar durante más de 60
años, pero volvimos a ser independientes y jamás dejaremos de luchar.
Con estos antecedentes, los lectores de otros países comprenderán mejor
las palabras de nuestro canciller Bruno Rodríguez el 26 de octubre de
este año.
El debate comenzó a las 10 de la mañana.
Primero
hablaron 5 países en nombre del Grupo de los 77, el Movimiento de
Países No Alineados, la Unión Africana, el CARICOM y el MERCOSUR,
apoyando todos la Resolución.
Después hicieron uso de la palabra
14 países, entre ellos dos que tienen más de mil millones de habitantes
cada uno: China e India, con casi 2 500 millones entre ambos; otros que
cuentan con más de cien, como la Federación Rusa, Indonesia y México;
otros 9 con reconocido papel en la vida internacional: Venezuela,
República Islámica de Irán, Argelia, Sudáfrica, Islas Salomón, Zambia,
Gambia, Ghana y Barbados; 19 intervenciones antes de Bruno.
Su
discurso fue lapidario. Citaré muchas veces párrafos enteros de sus
palabras. Lo inició con una referencia a los graves peligros de guerra
que nos amenazan y añadió:
“Para sobrevivir, es imprescindible un
salto en la conciencia de la Humanidad, sólo posible mediante la
difusión de información veraz sobre estos temas que la mayoría de los
políticos esconden o ignoran, la prensa no publica y que, para la gente,
son tan horrorosos que parecen increíbles.”
“…la política de los
Estados Unidos contra Cuba no tiene sustento ético o legal alguno,
credibilidad ni apoyo. Así lo demuestran los más de 180 votos en esta
Asamblea General de las Naciones Unidas que en los últimos años han
reclamado que se le ponga fin al bloqueo económico, comercial y
financiero.”
“El rechazo de América Latina y el Caribe es
enérgico y unánime. La Cumbre de la Unidad, celebrada en Cancún, en
febrero del 2010, lo expresó resueltamente. Los líderes de la región lo
han comunicado directamente al actual Presidente norteamericano. Puede
asegurarse que el repudio expreso al bloqueo y a la Ley Helms-Burton
identifica, como pocos temas, al acervo político de la región.
“Visiones
igualmente inequívocas han sido refrendadas por el Movimiento de Países
No Alineados, por las Cumbres Iberoamericanas, por las Cumbres de
América Latina y el Caribe con la Unión Europea, por la Unión Africana,
por las Cumbres del Grupo ACP y prácticamente por cualquier conjunto de
naciones que se haya pronunciado a favor del Derecho Internacional y el
respeto a los principios y propósitos de la Carta de la ONU.
“Es
amplio y creciente el consenso en la sociedad norteamericana y en la
emigración cubana en ese país contra el bloqueo y a favor del cambio de
política hacia Cuba. [...] el 71% de los estadounidenses abogan por la
normalización de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos…”
“Las sanciones contra Cuba permanecen intactas y se aplican con todo rigor.
“En
el año 2010, el cerco económico se ha endurecido y su impacto cotidiano
sigue siendo visible en todos los aspectos de la vida en Cuba. Tiene
consecuencias particularmente serias en esferas tan sensibles para la
población como la salud y la alimentación.”
De inmediato señala
una serie de crueles medidas que afectan sensiblemente a niños con
delicados problemas de salud, que el Gobierno de Estados Unidos no
podría desmentir.
Luego expresa:
“Las multas de los
Departamentos del Tesoro y Justicia contra entidades de su país y de
Europa en este último año, por transacciones realizadas con Cuba, entre
otros Estados, superan en su conjunto los 800 millones de dólares.”
Prosigue informando:
“La
confiscación de una transferencia de más de 107 mil euros
pertenecientes a la compañía Cubana de Aviación y realizada por medio
del Banco Popular Español desde Madrid a Moscú, constituyó un verdadero
robo.”
A continuación, nuestro Ministro de Relaciones Exteriores
señala algo de mucha importancia sobre los efectos del crimen grosero
contra la economía de Cuba, dada la tendencia a mencionar cifras
históricas sobre el monto en dólares del valor de un bien mueble o
inmueble, un préstamo, una deuda o cualquier otra cosa que sea medible
en dólares norteamericanos, sin tener en cuenta el valor constantemente
decreciente del dólar en las últimas cuatro décadas. A modo de ejemplo
cito un refresco harto conocido: Coca Cola -sin cobrar nada por la
publicidad. Hace 40 años costaba 5 centavos, hoy su precio fluctúa en
cualquier país entre 150 y 200 centavos de dólar.
Bruno expresa:
“El
daño económico directo ocasionado al pueblo cubano por la aplicación
del bloqueo, supera en estos cincuenta años los 751 mil millones de
dólares, en el valor actual de esa moneda.”
Es decir, no incurre
en el error de utilizar la cifra de pérdidas que significó el bloqueo
año por año, como si el valor de los dólares fuera exactamente igual
cada año. Como consecuencia de la estafa mundial que significó la
suspensión unilateral, por Nixon, del respaldo en oro de esa moneda, a
la tasa de 36 dólares por onza Troy, unida a las emisiones de dólares
sin límite alguno, el poder adquisitivo de esa moneda se redujo
extraordinariamente. El MINREX se tomó el trabajo de solicitar a un
grupo de expertos del Ministerio de Economía que hicieran la evaluación,
y esta arrojó el daño económico del bloqueo a Cuba a lo largo de 50
años, expresado en el actual valor de esa moneda.
“El pasado 2 de
septiembre” -dijo en su intervención-, “el propio presidente Obama
ratificó las sanciones contra Cuba, aludiendo al supuesto ‘interés
nacional’ de los Estados Unidos. Pero todos saben que la Casa Blanca
sigue prestando mayor atención a los ‘intereses especiales’, bien
financiados, de una exigua minoría que ha hecho de la política contra
Cuba un negocio muy lucrativo.”
“Muy recientemente, el 19 de
octubre, el presidente Obama calificó, según varias agencias de prensa,
de insuficientes los procesos que, a su juicio, ocurren hoy en Cuba y
condicionó cualquier nuevo paso a la realización de los cambios internos
que quisieran ver en nuestro país.
“El Presidente se equivoca al
asumir que tiene derecho a inmiscuirse y a calificar los procesos que
hoy tienen lugar en Cuba. Es lamentable que esté tan mal informado y
asesorado.
“Las transformaciones que hoy emprendemos responden a
los anhelos de los cubanos y a decisiones soberanas de nuestro pueblo.
[...] No se proponen complacer los deseos o satisfacer los intereses del
gobierno de los Estados Unidos, hasta hoy siempre opuestos a los del
pueblo cubano.
“Para la superpotencia, todo lo que no conduzca al
establecimiento de un régimen que se subordine a sus intereses será
insuficiente, pero eso no va a ocurrir porque muchas generaciones de
cubanos han dedicado y dedican lo mejor de sus vidas a defender la
soberanía y la independencia de Cuba.”
“Por el contrario, dicho
gobierno ha continuado la arbitraria práctica de poner a Cuba en las
espurias listas, incluida la de Estados que supuestamente patrocinan el
terrorismo internacional, que fabrica el Departamento de Estado para
calificar el comportamiento de otras naciones. Este país no tiene la
autoridad moral para hacer tales listados -que como regla tendría que
encabezar- ni existe una sola razón para incluir a Cuba en ninguno de
ellos.
“El gobierno norteamericano también mantiene el injusto
castigo a los Cinco cubanos luchadores antiterroristas que sufren
prisión hace más de doce años en sus cárceles, cuya causa ha concitado
la más amplia solidaridad de la comunidad internacional.
“Cuba,
que ha sido y es víctima del terrorismo de Estado, reclama a dicho
gobierno que ponga fin al doble rasero y a la impunidad de que gozan en
su territorio los autores confesos de actos de terrorismo que se
gestaron al amparo de la política anticubana de ese país…”
Llegado
a ese punto, Bruno le asestó a la delegación de Estados Unidos el
puntillazo del famoso memorando del subsecretario asistente de Estado
Lester Mallory, desclasificado decenas de años más tarde, que muestra el
repugnante cinismo de la política de Estados Unidos.
“‘La
mayoría de los cubanos apoyan a Castro [...] No existe una oposición
política efectiva [...] El único medio posible para hacerle perder el
apoyo interno [al gobierno] es provocar el desengaño y el desaliento
mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] Hay que poner en
práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida
económica [...] negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de
reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar
hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno’.”
“A pesar
de que la persecución económica constituye el obstáculo principal para
el desarrollo del país y para la elevación de los niveles de vida del
pueblo, Cuba muestra resultados innegables en la eliminación de la
pobreza y el hambre, en índices de salud y educación que son de
referencia mundial…”
“Cuba pudo declarar aquí, hace pocas
semanas, un elevado y excepcional cumplimiento de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio. Estos resultados, alcanzados por Cuba, aún son
una utopía para una gran parte de la población del planeta.”
“Cuba
no cejará jamás en la denuncia del bloqueo y no dejará de reclamar el
derecho legítimo de su pueblo a vivir y trabajar por su desarrollo
socioeconómico en condiciones de igualdad, en cooperación con el resto
de las naciones, sin cerco económico ni presiones externas.
“Cuba
agradece a la comunidad internacional la firme solidaridad con nuestro
pueblo, segura de que algún día se hará justicia y no será necesaria ya
esta resolución.
“Muchas gracias.”
Dijo para concluir su primera intervención.
Prosigue mañana.
Fidel Castro Ruz
Octubre 31 de 2010
5 y 13 p.m.