Caracas, 01 Dic. AVN.-(Aurelio Gil Beroes) El fenómeno meteorológico que azota con intensas y continuas lluvias varias regiones del país, en especial en el Litoral Caribe, se ha presentado por lo menos 11 veces en los últimos 200 años.
Se trata de una anormalidad que se repite cada cierto tiempo y que la magnitud de sus efectos ha sido mayor, en la medida que, con el paso del tiempo, ocurre sobre áreas cada vez más pobladas.
La intensidad de las lluvias interactúa con factores geográficos y antrópicos o humanos que, como veremos, en el tiempo, le dan a cada fenómeno características peculiares, aun cuando todos,en general, tienen una misma razón climática.
La causa
El geógrafo venezolano Antonio Luis Cárdenas Colmenter, en su trabajo : “Análisis del fenómeno ocurrido en el litoral venezolano en diciembre de 1999”, apunta como causa de estos fenómenos “el desplazamiento, desde el norte, de una masa de aire frío de las altas latitudes” que origina una vaguada de altura con restos de frente frío.
Algo que parece incomprensible para la mayoría de nosotros, pero que trataremos de explicar más adelante.
Lo importantes es, sin embargo, que estos fenómenos ocurren cada cierto tiempo en nuestra zona norte costera, con consecuencias, cada vez más severas.
Vaguada
Vaguada es un concepto geomorfológico que se emplea en la ciencia de la geografía, como en la meteorología, y que tiene un origen poco claro. Podría ser una alteración vacuo, es decir vacío hueco.
Otros piensan que podría derivar de aguada y otros piensan que podría provenir de la expresión inglesa “bad -weather”, que significa mal tiempo, y que en inglés británico se pronunciaría como “Ba-guadar”.
En geografía, de acuerdo con la enciclopedia libre digital Wikipedia, vaguada se refiere a la línea que une los puntos de menor altitud en un valle y, desde hace tres o cuatro décadas viene siendo utilizado en meteorología, por la similitud en el trazado de las curvas de un mapa topográfico y las isobaras de un mapa meteorológico.
El primer registro es de Humboldt
La primera mención a esta anormalidad climática de que tengamos noticias la hizo el barón Alejandro de Humboldt, en su libro: Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente”, según refiere Cárdenas Colmenter.
El investigador y expedicionario señala que en febrero de 1797, hace 213 años, tras 60 horas continuas de lluvia, se produjo una creciente extraordinaria del río Osorio, en La Guaira, “que arrastró troncos de árboles y masas de roca de un volumen considerable...”.
El torrente arrasó con varias casas, causando la muerte a unas 30 personas y alteraciones en caminos y los puertos del área.
Nuevos registros
El investigador Antonio Goldbrunner, en su trabajo “Las causas meteorológicas de las lluvias de extraordinaria magnitud en Venezuela”, publicado en 1963, cita la ocurrencia de episodios similares en 1904 y luego en 1910.
Eduardo Röhl, en el trabajo “Los diluvios en las montañas de la cordillera de la costa”, dice que el 14 de enero de 1914, en un período de 5 ó 6 horas, en su hacienda ubicada en Puerto Cruz, 45 kilómetros al este de La Guaira, cayeron 1.200 mm de lluvia.
Goldbrunner también señala eventos en 1927, 1928, 1932, 1938, y 1951.
Este último año es seguido en las estadísticas por el evento de diciembre de 1999, que todos recordamos por sus profundas consecuencias para la vida del litoral varguense y el país en general.
Los hechos en 1951
El fenómeno de 1951 fue de gran intensidad, pero de efectos negativos menores que los registrados en diciembre de 1999, entre otras razones por el factor humano.
En el censo de 1950, el departamento Vargas tenía una población de 85.889 habitantes, mientras que en el año 2000, según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística, se calculaba una población de 472.706 habitantes.
Características comunes
De acuerdo con los registros establecidos, estos eventos han venido ocurriendo en el país entre los meses de noviembre y febrero.
Eso explicaría aquello del “... desplazamiento desde el norte de una masa de aire frío de las altas latitudes”, que origina una vaguada de altura con restos de frente frío.
¿Y el cambio climático?
Parece justo no recargar el bolso del cambio climático con este fenómeno, que venimos registrando mucho antes de que se comenzara a hablar de ese evento y de los fenómenos de El niño o La niña. Sin embargo, los investigadores tienen la palabra.