Caracas, febrero 16 - Hace 26 años, de madrugada, y en una autopista caraqueña Alí Primera dejaba espacios físicos para ocupar el campo infinito del ejemplo y la dignidad.
No había cumplido 43 años aquél hombre que vivió entre la rabia, por la injusticia y la humillación constante a las que era sometido su pueblo, y entre la ternura de su canto que levantaba banderas de insurgencia para poner la patria bonita.
Alguna vez dijo: "Que mi canto no se pierda" y hoy, con el corazón a media asta pero con la bandera revolucionaria ondeando soberana le decimos: "Tu canto no se ha perdido Alí, porque tu canto vive en cada lucha obrera, en cada pupitre de la nueva escuela, en cada sonrisa de mujer emprendedora, en cada signo de soberanía y en cada paso que se da contra toda forma de explotación del hombre por el hombre".
Cuando nadie lo nombraba, Alí vivió con Simón Bolívar en los labios y en su práctica militante.
Cuando nadie lo llamaba por su nombre, Alí lo identificaba, lo señalaba y lo gritaba: "El capitalismo es el causante de todos los males que está sufriendo mi pueblo".
Con Alí Primera de la mano toda una generación se levantó e hizo caminos de conciencia. "La Patria es el hombre".
A 26 años de ausencia el pueblo venezolano ratifica a Alí Primera como su Padre Cantor y lo incluye en la lista de los precursores de la Patria Buena.