La Haya, agosto 23 - La supuesta detención
a manos de las tropas rebeldes, de Saif el Islam, hijo del líder libio
Gadafi, ha provocado tensiones en el seno de la Corte Penal
Internacional (CPI). El pasado lunes, Luis Moreno Ocampo, su fiscal
jefe, aseguró que estaba negociando con el Consejo Nacional Transitorio
(el Gobierno de los sublevados) el traslado de El Islam a La Haya, sede
de la Corte. El martes, sin embargo, y después de la llamativa
reaparición en público del vástago predilecto de Gadafi, la CPI pareció
matizar estas declaraciones.
"Las autoridades libias no han confirmado todavía la rendición y traslado de Saif el Islam", reza el último comunicado oficial. En otro, enviado poco antes, se subraya que "la Corte no anunció que el sujeto en cuestión estuviera bajo custodia". "Lo que se discutía era como detenerle y traerle", añade. Sin embargo, Fadi el-Abdallah, portavoz oficial de la CPI, decía el lunes lo siguiente en una nota remitida a la prensa: "La Corte ha recibido información de que Saif el Islam ha sido arrestado, y negocia ahora con el Consejo Transitorio para que sea entregado, en virtud de la orden de arresto emitida en su contra por los jueces de la Sala Primera". Un lenguaje mucho más directo que el utilizado después.
Los desmentidos denotan la confusión, y tal vez también prisas.
Cuando el hijo de Gadafi hizo ayer en Trípoli el gesto de victoria con sus dedos, también añadió que "no le importaba nada" la orden de arresto que pende sobre él. Ante la evidencia de que seguía libre, Waheed Burshan, miembro del Consejo rebelde, insistió en que "teníamos confirmada su detención; no sabemos cómo pudo escapar". Está por aclarar si en verdad fue apresado.